Josep Pla
Madrid, 1921. Un dietario
Libros del K.O.
2013
Hablando en general los catalanes tenemos en Madrid fama de antipáticos.
Por fin se ha reeditado este delicioso libro de Josep Pla sobre sus andanzas por Madrid en 1921 donde era cronista de Las Cortes. Misión imposible comprarlo durante años, estaba agotado desde 1986.
Esta obra es un perfecto aperitivo al universo de Pla para los que no conocen sus libros y después adentrarse con más familiaridad en su célebre Cuaderno gris.
Sus páginas recogen las colaboraciones que mandaba a La Publicidad, el periódico del que era corresponsal, y en las que explica a los catalanes sus impresiones sobre las costumbres madrileñas y algunas excursiones que hizo por los alrededores.
El estilo de Josep Pla, en el que mezcla la realidad y la invención, añadiendo su gracia y su impagable ironía, depararán al lector de este pequeño libro momentos memorables.
En Madrid hay una institución intrínsecamente ciudadana, que es el café con leche. Mitad y mitad, dicen los castizos. Y las personas de temperamento hogareño suelen acompañar el potingue de color de tórtola con lo que aquí se llama media tostada, que se moja indecentemente en un líquido pálido y cortado.
Ya no se toma media tostada en Madrid, si en Andalucía, ni está bien visto mojar el pan en el brebaje delante de la gente, pero sigue en activo la pasión del madrileño por el café con leche matinal que tan mediocre le parecía a Pla. Tan arraigado está el café con leche, que una se pregunta desconcertada ¿y qué se desayunaba en Barcelona?
Al ampurdanés le gustaba la cerveza de la capital, que “es buena y muy fina, una de las mejores del Continente si se excluyen la alemana y la checoslovaca”. Nada se escapa de su ojo incisivo de una ciudad que empezaba a pasar de ser un lugar peculiar lleno de costumbres típicas a una capital como eran las otras: uniforme, monótona y gris.
Poder leer este libro es un regalo para los que vivimos aquí. El mejor comentarista de su tiempo nos retrata Madrid desde una perspectiva totalmente distinta. Le gusta la ciudad, pero tiene la sensación de estar muy lejos de casa. La vida social capitalina tiene mucha influencia andaluza y eso le distancia, no entiende muchas veces ni el acento ni la constante aplicación de expresiones e imágenes taurinas al lenguaje de todos los días. Le encantaba pasear por la Castellana y mirar a la gente.
Siempre que paseo por Madrid, por el centro se entiende, me sorprende la cara que tiene la gente de estar encantada de la vida.
Hoy por la Castellana solo pasan coches y la cara que tiene la gente por la calle es… de no haberse tomado todavia el primer ¡café con leche! .
Josep Pla en la Biblioteca de la UPM