Aquí yacen dragones. Fernando León de Aranoa
Barcelona: Seix Barral, 2013
Fernando León de Aranoa en la Biblioteca UPM
Los dragones de los mapas antiguos señalaban un límite que no debíamos traspasar. Eran un aviso para navegantes. Les invitaban a dar la vuelta. Porque al otro lado de su imponente figura acechaban peligros aterradores, ignotos. Fernando León de Aranoa encuentra una bella metáfora en esos dragones: “donde termina el conocimiento, empieza la imaginación”. Es en ese terreno imaginario donde empieza este libro. Nos anima a vencer el miedo. A cruzar los espacios inexplorados de la fantasía. A usar la ficción para darle sentido a la realidad, para soportarla.
Hoy os recomendamos Aquí yacen dragones, un conjunto de miniaturas de gran calidad literaria que navegan entre la realidad y el asombro.
LOS ASESINOS PRECAVIDOS
Los científicos de la Antigüedad creían que, al morir, quedaba grabada en
la retina de nuestros ojos la última imagen que habían visto. Suponían, por
tanto, que buscando en ella encontrarían el rostro del asesino en el momento
de asestar la puñalada definitiva, como si se tratara de una placa fotográfica,
revelando su identidad. Por ese motivo, las víctimas de crímenes violentos
aparecían con frecuencia con las cuencas de los ojos vacías.
Hoy sabemos que no es así.
Sin embargo, los asesinos, precavidos, siguen matando por la espalda.