Ciudad, Clifford D. Simak
Ciudad
Clifford D. Simak
Barcelona: Minotauro, 2002
Traducción: José Valdivieso
City (1952)
En Ciudad, a lo largo de ocho cuentos fuertemente entrelazados, se describe la odisea de la raza humana, las evoluciones, las mutaciones de sus últimos individuos, el fin del hombre (al menos como nosotros lo conocemos), y, al mismo tiempo, la evolución de sus herederos, los perros, que auxiliados por los robots que se construyen, se asoman a estas viejas narraciones con espíritu crítico (cada relato va precedido de un resumen que aglutina las teorías de sesudos perros en confrontación con las de sus rivales académicos), esforzándose por aclarar si en el origen de sus existencias gobernó una criatura tan improbable llamada hombre, o si estas páginas que han sobrevivido al paso del tiempo no son otra cosa que mitos más o menos confortables, ideales para entretener a los cachorros alrededor del fuego.
La primera pregunta, por supuesto, es la de si alguna vez ha existido una criatura llamada hombre. Por el momento, ante la ausencia de pruebas positivas, lo más razonable es opinar que no; que el hombre, tal como se lo presenta en la leyenda, es obra de la imaginación folklórica. El hombre debe de haber aparecido en los primeros días de la cultura perruna como un ser imaginario, un dios racial, invocado por los perros en los momentos de apuro, y al que recurrían cuando necesitaban ayuda.
Tienen un peso importante en la narración los perfiles psicológicos de los diferentes habitantes del mundo (de los diferentes mundos). No solo está finamente trazado el modo de pensar y de sentir de los humanos en sus sucesivos estados evolutivos, también está cuidado el de los perros, el de los robots, el de los temibles mutantes (esos individuos otrora humanos que escogieron vivir y evolucionar aislados del grupo). Es gozoso a lo largo de la lectura toparse con alguna de estas pinceladas que van caracterizando poco a poco a cada raza.
Ciudad es una historia cargada de humanidad, de serenidad, de melancolía, de viajes al interior. Sencilla e inolvidable.
-No puedo volver -dijo Towser.
-Ni yo -dijo Fowler.
-Harían de mí otra vez un perro -dijo Towser.
-Y de mí un hombre -dijo Fowler.
Clifford Donald Simak (Millville, Minneapolis, 1904-1988) obtuvo, entre otros, tres premios Hugo con El patio delantero, Estación de tránsito y La gruta de los ciervos danzarines. Por Ciudad le otorgaron el International Fantasy Award. Es uno de los grandes escritores de la época dorada de la ciencia ficción.
Clifford D. Simak en la Biblioteca UPM
Siempre me he resistido a esto de la ciencia ficción, pero con esta reseña igual me animo a meterme con esta o con otra novela de este tipo, me ha gustado eso de que es una historia “cargada de humanidad”
Yo tan solo soy un modestísimo aficionado, pero puedo asegurar que la ciencia ficción está cargadísima de humanidad, así que ánimo…
Totalmente de acuerdo en eso de que la ciencia ficción está cargada de humanidad. Y si no, ahí tenemos, aunque ya en el plano cinematográfico, esa auténtica obra de arte que es “Blade Runner”.