No creo poder tocar el cielo con las manos. Safo
HABLEMOS DE SAFO, NUESTRA SEÑORA DE LESBOS
Venga, lira mía
de caja de tortuga,
dime, cobra voz.
Corría el s. VII a. de C. cuando en la isla griega de Lesbos nació una niña destinada a la inmortalidad. Aquella damita recibió el nombre de Safo y, bendecida por las Musas, llegaría a convertirse en una de las grandes figuras de la lírica de la antigüedad.
Yacerás muerta, y de ti no quedará ningún recuerdo
en los tiempos a venir, pues no tienes tu parte
de las rosas de Pieria. Vagarás desapercibida
por la mansión de Hades, entre las sombras de los muertos.
Como la manzana dulce
que enrojece en lo alto de una rama,
en lo alto más alto,
y se la dejan los cosechadores;
o no, no se la dejan,
Es que no pueden alcanzarla.
Para muchos Safo es, simple y llanamente, la poetisa del amor entre mujeres. Para mí es algo más: la ferviente devota de Afrodita que cantó a la sensualidad y al deseo, a la melancolía y la belleza.
Afrodita inmortal de trono cincelado,
hija de Zeus, urdidora de engaños, te ruego
no domeñes con ansias ni desasosiegos
mi corazón, señora; . . .
Me parece igual a los dioses
el hombre que se sienta enfrente de ti
y te escucha de cerca cuando hablas
con ternura
y cuando ríes seductora. Entonces
el corazón me tiembla dentro del pecho
pues en cuanto te miro no me sale
ni un hilo de voz, . . .
Yo amo la delicadeza. Esto,
el amor reluciente por el sol, y la belleza,
me han tocado en suerte.
Todos los poemas recogidos en este texto han sido tomados de:
SAFO (2017). ‘No creo poder tocar el cielo con las manos’. Poesía portátil. Penguin Random House. Barcelona.
Un libro cuya lectura recomiendo.
Safo en la Biblioteca UPM