Patrimonio: una historia verdadera, Philip Roth
Patrimonio: una historia verdadera
/ Philip Roth
Barcelona: Seix Barral, 2003
Cuando leí Patrimonio: una historia verdadera hacía tan solo un par de años que había muerto mi padre, y estaba esperando a mi primera hija. Y quizá por ello, su huella en mí fue profunda.
Philip Roth convierte a su padre Herman Roth, y su historia familiar, en el argumento de su novela. Tras diagnosticarle un tumor cerebral a su padre de 86 años, que vive solo en un complejo de apartamentos para jubilados en Florida, Philip se hace cargo del cuidado de Herman y narra, en primera persona, las vicisitudes cotidianas de la atención a su padre, que por otro lado es un hombre de carácter fuerte y poco dado a dejarse cuidar por un hijo cincuentón.
A pesar de que el tema tratado es claramente autobiográfico, y el subtítulo “una historia verdadera” pretende insistir en este hecho, estamos ante una novela con mayúsculas. Lo que nos encontramos es auténtica y verdadera Literatura. La historia evidentemente es cierta y los acontecimientos narrados, casi con seguridad se desarrollaron como el propio autor relata, pero para mí lo relevante de la novela es cómo el protagonista se enfrenta a la muerte y la dignidad intelectual con la que lo hace.
El otro gran personaje de la obra es el hijo, es decir el propio autor, que mediante su evolución interna llega a reconocer, en la miseria física del cuidado de un anciano enfermo, su lugar en la vida, el sentido de su propia existencia en una cadena de trasferencia de amor, sabiduría y dignidad que pasa del padre al hijo. No es por tanto una novela devastadora sobre la muerte, sino todo lo contrario, una visión honesta de la existencia y del amor como único elemento que nos acompaña en los últimos momentos. Para Philip la revelación final es que esta transferencia de amor y dignidad es el auténtico patrimonio que heredará de su padre.
Es una historia dura, y sincera. El trascurrir de la enfermedad del padre hasta su muerte y la relación compleja que mantienen padre e hijo es de una autenticidad humana tan elevada que casi cualquier otro individuo del orbe se puede sentir conmovido. De ahí que sea Literatura pura.
La prosa de Roth es sencillamente perfecta. La exactitud del vocabulario y la precisión de la sintaxis hacen de este autor de origen judío uno de los mejores escritores actuales, y sin duda un firme candidato al Nobel.
Piliph Roth es un reputado novelista y ensayista norteamericano, muy galardonado. Entre su larga bibliografía, voy a señalar otras dos novelas, que quizá por su adaptación al cine han sido más populares.
La primera es La Mancha Humana (novela que cierra la Trilogía americana), en la que un respetado profesor universitario (Coleman Silk) es apartado de su carrera por un comentario ambiguo y malinterpretado como racista. Lo que deja entrever la novela es la hipocresía y mezquindad de la elite académica estadounidense. Las circunstancias extremas de esta situación, junto con la muerte de su esposa, hacen que la vida de Coleman Silk se remueva por completo y salga a la luz su verdadera identidad que ha permanecido oculta largos años.
La otra novela es The Ghost Writer, mal traducida en español por El escritor, cuando el término en inglés hace referencia a los llamados “negros”; escritores fantasma que escriben libros para que otros los firmen. En este caso aparece muerto, de forma sospechosa, el “negro” que escribe las memorias de un ex primer ministro británico. Otro escritor se hace cargo de la redacción del libro por lo que se traslada a la casa del ex primer ministro, situada en una isla. La elaboración del manuscrito que redactó el anterior escritor está rodeada de gran secretismo y hace sospechar al protagonista sobre las circunstancias de la muerte del anterior escritor. En ese momento estalla un escándalo político que salpicará enormemente al ex primer ministro, mientras el escritor va descubriendo inquietantes documentos guardados por su predecesor.
Philip Roth en la Biblioteca UPM
“The Ghost” (2007) es una novela “popular” (pero no sin cierto interés) de Robert Harris, autor británico best-seller, llevada al cine por Roman Polanski en 2010, y a ella corresponde el breve resumen indicado en la reseña sobre Philip Roth. Pero no a “The Ghost Writer” (1979), la novela de Roth, cuyo narrador es el personaje Nathan Zuckerman.
…y “The Ghost Writer” (1979), de Roth, se ha publicado en España con el título “La visita al Maestro”, tanto en su primera traducción, la de Mireia Bofill para Argos-Vergara (1981), como en la posterior de Ramón Buenaventura para Seix Barral (2004),en edición individual, y en la recopilación de las novelas de Zuckerman, “Zuckerman Bound” [“Zuckerman encadenado”]. Todas disponibles en edición de bolsillo (con ocasión de la concesión a Roth del Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2012) en Debolsillo, Random House Mondadori.
Último comentario: si “The Ghost Writer” (1979), de Philip Roth es, en español “La visita al Maestro”, y “The Ghost” (2007), de Robert Harris, “El poder en la sombra” (Grijalbo, 2008; bolsillo, Random House Mondadori), ¿a qué se refiere la reseña “…’The Ghost Writer’, mal traducida en español por ‘El escritor'”? ¡Pues a la peli de Polanski! Por ahí había que haber empezado. Bueno: enhorabuena por No sólo técnica, y perdón por estos comentarios tan pelmazos por mi parte.
Estimado Evelio: muchas gracias por tus comentarios, completamente acertados. Efectivamente hay en la reseña una confusión entre la obra de Harris y la de Roth, en concreto sobre la adaptación cinematográfica.
Todos tus comentarios son muy bien venidos y apreciamos mucho las matizaciones que haces, que serán de gran utilidad para nuestros lectores.
Te invitamos, si te apetece, a publicar una reseña de la obra “The Ghost Writer” 1979 de Roth, que ilumine a nuestros lectores (a los que hemos dejado medio ciegos con esta confusión entre la obra de Harris y la de Roth).
En todo caso, la adaptación de la obra de Harris, hecha por Polanski es muy buena, y creo que merece la pena verla.
Muchas gracias, María. Como la parte final de tu reseña sobre Roth se refería a películas inspiradas en obras suyas, parecía inevitable citar, además de “La mancha humana”, “Elegy” (2008), de Isabel Coixet, con Ben Kingsley y Penélope Cruz, basada en “The Dying Animal” (2001) [“El animal moribundo”], novela corta perteneciente al “ciclo” del personaje David Kepesh. De películas anteriores pocos (jóvenes) se acordarán, pero pongo un par de referencias en el siguiente comentario (abusando de vuestra generosa hospitalidad).
Roth, ¿maltratado por el cine? 1960: “Battlle of the Bloof Island”, de “Expecting the Vandals” (1958). “Goodbye Columbus”, de 1969, llega a España en 1978, en cines de reestreno, y con el estrambótico título “Complicidad sexual”. En 1972, Ernest Lehman (guionista de “Con la muerte en los talones”) dirigió “Portnoy’s Complaint”, “El lamento de Portnoy”, obra mayor de Roth, con muy escaso éxito de taquilla. ¿La mejor? “La mancha humana”, de Robert Benton. Veremos qué pasa con “Pastoral americana”.