La residencia de estudiantes, Yoko Ogawa
Yoko Ogawa
Entre el intimismo y el suspense
La residencia de estudiantes es uno de los últimos relatos de Yoko Ogawa publicado en castellano. Lectura para una tarde estival (corta), curiosa manera de generar suspense (casi terror) a partir de un sencillo suceso familiar.
Escogí este relato como un impulso inconsciente, basado en una novela previa de la autora: La fórmula preferida del profesor. Esta última deliciosa, podrá paladearla por más tiempo. Es curiosa la manera que tiene la autora de invocar curiosidades matemáticas en clave de intriga: imagine un anciano profesor que, a consecuencia de un infortunado accidente, dispone de una memoria volátil (80 minutos) que le obliga a colgarse de la ropa instrucciones para la vida diaria; imagine que acude a cuidarlo una asistenta (madre soltera), y cómo se va generando un clima de confianza y confidencia entre el hijo de ésta al que llamará root (raíz cuadrada) y el profesor, que a su vez sorprenderá por su agitada vida anterior.
El ritmo de ambas historias está francamente conseguido, te atrapa suavemente dejando un buen sabor de boca; no todas sus novelas provocan esta dulce sensación pues puede ser durísima cuando se lo propone.
La biografía de la autora no parece indicar la fuente del interés matemático, pero rebuscando encontramos una interesante colaboración con el matemático nipón Masahiko Fujiwaraha, especialista en ecuaciones diofánticas (véase el tradicional problema de los monos y los cocos para quien quiera entretenerse y recordar ejercicios con aroma secundaria no exentos de complejidad).
La fórmula preferida del profesor ha sido llevada al cine: the professor and his beloved equation por el director nipón Takashi Kako, aunque no ha sido difundida en España y no está disponible en castellano (sí en versión subtitulada al inglés). Aun así algunos de sus fotogramas (acceder al vínculo anterior) nos transportan fácilmente al ambiente del libro, y el tema musical de la película es increíble. La mencionada página web: cine y matemáticas, nos ofrece para terminar esta acertada cita de William Blake:
Ver el mundo en un grano de arena,
y el cielo en una flor silvestre.
Tener el infinito en la palma de la mano
y la eternidad en una hora.
Yoko Ogawa en la Biblioteca UPM