Vampiros, edición y prólogo de Jacobo Siruela

Cubierta VampirosVampiros
Edición y prólogo Jacobo Siruela
Ed. Atalanta

2010

Ten solamente buen cuidado de no comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no debes comer la vida con la carne.

Deuteronomio 12, 23

En estos tiempos inciertos, nadie se libra de la crisis. Ni siquiera, los vampiros. Porque estarán conmigo en que, entre crepúsculos y amaneceres, la imagen literario-cinematográfica del Señor de la Noche se ha edulcorado (¿o quizá debería decir deteriorado?) hasta tal punto que, a estas alturas, resulta ya prácticamente irreconocible. Por eso, y pensando en los nostálgicos (entre los cuales, lo confieso, me incluyo), propongo desde aquí la lectura de Vampiros.

Publicada en el 2010 por Atalanta, Vampiros es la segunda variante de la antología del mismo título que, editada y prologada por el erudito Jacobo Siruela, vio la luz por primera vez en 1992 bajo el sello editorial de Siruela (A Vampiros (1992) le siguió El vampiro (2001), títulos disponibles en la Biblioteca UPM). Por otro lado, y al igual que la obra que le precedió, el libro que nos ocupa no sólo cuenta con una larga y bien documentada introducción general, tan interesante como amena. También, tiene dos objetivos claros:

– Por una parte, mostrar la evolución del relato vampírico, desde sus orígenes, en el Romanticismo, hasta finales del siglo XX.
– Por la otra, dar a conocer los distintos modelos literarios de vampiros.

Y para ello, reúne 18 textos, de diversa naturaleza y extensión, con sus correspondientes prólogos. Si por mí fuera, lo reconozco, no tendría ningún inconveniente en explayarme a placer hablando detenidamente de todos y cada uno de ellos. Sin embargo, como el espacio del que dispongo es limitado y además, no quiero saturarles de información, me limitaré a dejar caer, como quien no quiere la cosa, que la autoría de los mismos se debe a escritores tan prestigiosos como Tieck (No despertéis a los muertos), Polidori (El vampiro), Poe (Berenice), Théophile Gautier (La muerta enamorada), Baudelaire (Las metamorfosis del vampiro) o (¡por supuesto¡), Bram Stoker (El invitado de Drácula). A ver si así les pica (o, mejor dicho, les muerde) la curiosidad y acometen sin dilación la gozosa empresa de leerse el libro que nos ocupa.

A los textos referidos, el conde de Siruela añade dos completas bibliografías (una, la utilizada para el prólogo y la edición; la otra, la adicional) que constituyen un magnífico colofón para un libro, muy bien presentado, al que se le hinca el colmillo con auténtica fruición. Especialmente, en el año en el que se celebra el centenario de la muerte de Bram Stoker.

Jacobo Siruela en la Biblioteca UPM

A Libertad de Prado Castillejos por sus acertadas correcciones.

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