Las Meninas. Javier Olivares y Santiago García

Cubierta de Las Meninas. Guión: Santiago García. Dibujos: Javier OlivaresLas Meninas
Guión: Santiago García
Dibujos: Javier Olivares
Astiberri
2014

Las Meninas de Velazquez son, además de un cuadro, un misterio y una fascinación.

Esa fascinación lleva al Museo del Prado a miles de personas, inspira a miles de artistas y descoloca a miles de espectadores que desean participar  en el enigma que encierra y que nadie ha logrado hasta ahora explicarnos.

En 2014 es la novela gráfica, con Santiago García como guionista y Javier Olivares como dibujante, la que se suma a tantos trabajos de creacion  inspirados por ese embrujo.

Lo primero decir, para que no quede el mensaje difuso,  que el resultado es excelente, una maravilla que tiene gran valor por si mismo.

El dibujo es  duro, de trazo grueso y al principio resulta un poco chocante pero al poco rato se convierte en el vehículo perfecto para llegar al siglo XVII. Javier Olivares ha visto muchos cuadros, se ha fijado en muchos detalles pequeños de ceremonias del Siglo de Oro, se ha impregnado de un perfume que nos llega intacto con sus personajes, colores  y composiciones.

Viñeta de Las Meninas, de Santiago García y Javier Olivares.

Me sorprendió inmediatamente que, lejos de contarte la historia del cuadro, este trabajo profundiza en el misterio de la obra, se aportan datos poco conocidos, se tratan aspectos muy innovadores de la cuestión y el argumento gira sobre el momento en el que Velázquez es nombrado caballero.

Las Meninas. Guión: Santiago García. Dibujos: Javier Olivares

Esta circunstancia, que un pintor llegara a caballero, era insólita. Dice Fernando Marías que el hecho de que Velázquez se autorretratara de cuerpo entero con su cruz de Caballero de Santiago y al lado del rey, escandalizó a muchos y también y sobre todo a los propios pintores de la época.

Javier Portús, Jefe del Departamento de Pintura Española del Museo del Prado, puntualiza que Las Meninas es un cuadro que no pertenece a ninguno de los géneros conocidos. No es un retrato, es algo más. Su contenido excede al de los retratos y añade que nadie sabe lo que ocurre dentro de este lienzo.

Volvemos al misterio.

Las Meninas de Velázquez fijan un instante, fotografían un momento, una tarde de la vida de aquellas niñas en el estudio del gran pintor y lo hace con tal verdad que nos emociona.

 Las Meninas de Santiago García y Javier Olivares nos plantean aspectos novedosos sobre la circunstancia que rodeó al pintor y al cuadro. Esta novela gráfica tiene ya un hueco entre las mejores creaciones inspiradas por la obra del genial pintor sevillano.

Velázquez en la Biblioteca UPM

Altamira y otras cuevas de Cantabria. M. A. García Guinea.

Cubierta de Altamira y otras cuevas de Cantabria. Miguel Ángel García GuineaAltamira y otras cuevas de Cantabria
Miguel Ángel García Guinea
Silex, 2004

Las Cuevas de Altamira han vuelto a ser noticia estos últimos meses. Por un lado nos enteramos de que después de muchos años será posible ver las pinturas auténticas en grupos reducidos, organizados según las normas de conservación, y por otro que se está rodando allí, con todas las precauciones, una película en la que se cuenta como se descubrieron las pinturas.

No es extraño que el cine se haya interesado por esta historia porque es fascinante.

Se supo por primera vez de su existencia en 1875 y unos años después Marcelino Sanz de Sautuola, hombre de ciencia interesado por la Historia Natural, fue con su hija a la cueva y sería la niña la primera que vio aquellos bisontes en el techo. En 1880 Sautuola publicó un trabajo sobre el hallazgo, el folleto se titulaba: Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la Provincia de Santander. Afirmaba que las pinturas eran prehistóricas, del periodo paleolítico, y nadie le creyó.

Eran demasiado perfectas, demasiado naturalistas y demasiado grandes para admitir que fueran paleolíticas. No se conocía nada parecido.

Visitas en Altamira año 1970Los especialistas, muchos de ellos franceses, le acusaron, entre otras cosas, de haber llevado a un pintor a  la cueva para que decorara con animales aquel abrigo. Hubo que esperar veinte años para que, en 1902, el prehistoriador francés E. de Cartailhac publicara un articulo aceptando su valor y reconociendo que se había equivocado. Este era su título: Les cavernes ornées de dessins. La grotte d’Altamira, Espagne. Mea Culpa d’un sceptique.

A partir de este momento la cueva de Altamira adquirió reconocimiento universal y vino todo el mundo a ver las pinturas.

Pero no solo vinieron a conocer Altamira porque en Cantabria hay catorce cuevas declaradas por la Unesco como Bien de interés cultural y Patrimonio de la Humanidad.

Animo desde aquí a visitar esos recintos sagrados. A dejarse invadir por el misterio y la emoción de descubrir la  presencia del  hombre de hace 15.000 años através de unos dibujos directamente maravillosos. Visitar la Cueva del Pendo es una experiencia inolvidable. Se trata de espacio enorme, al fondo están las pinturas que fueron encontradas en 1991, hace dos días como dijo nuestra guía,  y que merecen ellas solas un viaje.

Cueva de El Pendo

Miguel Ángel García Guinea en la Biblioteca UPM

Conversaciones en Giverny con Claude Monet

Cubierta de Conversaciones en Giverny con Claude MonetConversaciones en Giverny con Claude Monet
Confluencias Editorial
2014

Claude Monet (1840-1926) fue, como todo el mundo sabe, uno  de los creadores del impresionismo y dedicó su inteligencia y su energía a captar la luz y el color de la naturaleza.

El maestro saca su reloj:

– Las diez y media- y añade-,vayamos a verlos: ya se han abierto.

Descendemos por una gran alameda bajo los abetos cargados de sombra. A derecha e izquierda los lirios se extienden en grandes capas por el espacio, formando una especie de bruma lila bajo la luz del sol.

Entrevista a Monet en Giverny. Marc Elder (1922)

Lirios en el jardín (1900)

En Giverny (Normandía) a las orillas del Sena, siempre el agua, siempre el Sena, se compró Monet una casa donde vivió y pintó los últimos años de su vida. El jardín de la casa lo convirtió en campo de experimentación para poder pintar las especies de flores que más le gustaban, las plantas que mejor juego le daban al cambiar de estación; colocaba los setos buscando sombras, elegía cada año los tonos de los tulipanes y con su jardinero organizaba un concierto de flores milimétricamente orquestado para que se sucedieran, sin vacíos, las peonías, los lirios, los rododendros o las caléndulas. De este modo no necesitaba salir de su jardín para pintar. Y sobre todo aseguraba que podía capturar cada cambio de luz sobre el paisaje.

El barco estudio (1876)Con la escuela impresionista los temas de la pintura se volvieron amables. La gente podía reconocerse en las escenas de bailes populares, de paseos por el campo o de escenarios de villas y huertos. Escenas cotidianas y alegres sí, pero detrás de tanta aparente dulzura se escondía un esfuerzo terrible para el pintor, un trabajo lleno de sacrificios  y duros horarios siempre al aire libre.

La novedad consistía en que la emoción del cuadro residía en la luz. La luz, el cambio de luz convertía un río en otro, pero también una catedral en otra (como demostró el propio Monet pintando 31 veces la Catedral de Rouen), y tu propio jardín se volvía un jardín diferente.

Capturar todas las luces se convierte en una obsesión, en un reto, en una dificultad que rige la vida de Monet. Levantarse de  noche, buscar el sitio exacto donde dejaste ayer de pintar, comprobar que ninguna rama caída ha modificado el encuadre, un pitillo tras otro esperando que amanezca en el barco estudio en medio del río y, si hay suerte, continuar los reflejos iniciados el día anterior… para interrumpirlo todo poco después, cuando cambie la luz. Todo este ritmo tan sorprendente nos lo descubre este libro que marca un antes y un después a la hora de ponerse  ante un cuadro impresionista.

Monet estuvo en Madrid el año 1900. Vino para conocer el Museo del Prado y nos dejó este párrafo que forma parte de las entrevistas recogidas en este libro y que no tienen desperdicio.

Madrid, El Prado, ¡qué museo! El más bello de todos los que conozco. Cuando me he encontrado en aquellas salas, en medio de tizianos, rubens, velázquez, tintorettos, se diría que fueron pintados ayer, rebosando como están de fuerza, de luz y de color.

Claude Monet

Cubirta de La luz y Monet en Giverny, Eva FigesAcaba de aparecer otro libro interesante sobre Monet. Eva Figes (Berlín 1932 – Londres 2012) describe en esta novela, La luz y Monet en Giverny,   un día en la vida del pintor. El ambiente de la casa de Giverny, diez hijos entre los suyos y los de su mujer, los criados, los marchantes, los horarios de trabajo de Monet, su proceso creativo… No es que explique los cuadros ni los describa, es que los pinta con palabras. Es asombroso y mágico sentirte de pronto y por sorpresa dentro de las obras creadas en Giverny.

Claude Monet en la Biblioteca UPM

Murillo y Justino de Neve. El arte de la amistad

Exposición Museo del Prado: Murillo y Justino de Neve, El arte de la amistadMurillo y Justino de Neve. El arte de la amistad
Museo del Prado
Del 26 de junio al 30 de septiembre. 2012

 
Esta breve y exquisita exposición, solo diecisiete obras,  pone de actualidad a un pintor  que merece ser mejor conocido. Es una ocasión perfecta para quitarse posibles prejuicios y asombrarse ante la  maestría, el sentido del color y la  fuerza de la obra del maestro sevillano.
El pintor Ramón Gaya en un artículo sobre Murillo aclara la razón de ese terrible desconocimiento con la brillantez que le es habitual.
Murillo es, quizá, el pintor español peor situado, peor estudiado, peor comprendido por la crítica y la historia profesionales.
El éxito verdaderamente analfabeto de una parte un tanto dulzona y débil de su pintura ha tapado y borrado, por lo visto, al gran pintor de reciedumbre, de cepa, de solera, de grandeza antigua que hay en él.
Ramón Gaya
 

El argumento de la muestra es la amistad, y la relación de mecenazgo, que hubo entre Murillo (1617-1682) y Justino de Neve (1625-1685) canónigo de la Catedral de Sevilla y hombre apasionado por la pintura. Se exponen retratos, alegorías, pintura religiosa y una miniatura.

Murillo gozó en vida de un enorme prestigio y popularidad. Fue el pintor másLa primavera (La florista). Murillo. Londres, Dulwich Picture Gallery. famoso de la Sevilla de mediados del XVII  y su estudio disfrutaba de una enorme actividad. Prueba de ello es esta exposición que recoge obras destinadas a diversas iglesias sevillanas, a la Catedral  cuando Justino de Neve es nombrado mayordomo de fábrica (encargado de mantenimiento y mejora del edificio y sus obras de arte)  y otras de la colección privada de Neve.

Además es la primera vez que se reunen estas obras en España, todas encargos sevillanos y para la ciudad de Sevilla,  tras el expolio llevado a cabo por las tropas napoleónicas. La muestra viajará luego a Sevilla  y más adelante a Londres donde tendrá un montaje extraordinario en la primavera de 2013.

Admirable me ha parecido la capacidad de Murillo para las mas arriesgadas composiciones. Y maravillosas esas figuras ciertas de personajes sevillanos con ropones pardos a la velazqueña que asisten deslumbrados a las apariciones marianas.

Retrato de Justino de Neve. Murillo.National Gallery. Londres.

Murillo es uno de nuestros mejores pintores barrocos.

Favorito de Delacroix, de Henry Fantin Latour, maestro de los pintores ingleses del siglo XVIII, buscado por coleccionistas del mundo entero y al que tanto debe Reynolds. Y desde luego el preferido de Justino de Neve que le facilitó muchos de sus mejores encargos y que reunió en su colección particular ochenta y dos cuadros del maestro sevillano. Así lo dice su testamento.

  

Barme Murillo

 

1 2 3 4