Decadencia y caída de Evelyn Waugh

Decadencia y Caída. Evelyn Waugh

Barcelona: Anagrama, 2003

 

-Me pregunto quiénes serán este año los no graduados impopulares. Siempre atacan los cuartos de ellos. Espero que hayan sido lo bastante prudentes para ausentarse por la noche.

-Creo que Partridge será uno de ellos; posee un cuadro de Matisse o de alguien parecido.

-Tengo entendido que en su cama tiene sábanas negras.

-Y Sanders fue a cenar una vez con Ramsay MacDonald.

-Y Reding puede permitirse cazar; pero en cambio, colecciona porcelanas.

-Y fuma cigarros en el jardín después del desayuno.

-Austen tiene un piano de cola.

-Les alegrará destrozarlo.

Nuestro protagonista será uno de esos no graduados. Nuestro protagonista es Paul Pennyfeather. Es alumno de teología en el colegio Scone de Oxford.  En una noche de desenfreno y juerga sin límites, los miembros del club Bollinger,  se lanzan cual regimiento de cosacos a una razzia nocturna cargados de alcohol y perversas intenciones. Paul  se cruza en su camino. El resultado, su expulsión del colegio. Empieza el ocaso, la decadencia.

Se iniciará entonces una disparatada aventura que hará que nuestro protagonista conozca a una fauna de lo más excéntrica y desvergonzada que hará en cierto modo que este abra los ojos a una sociedad decadente e hipócrita. Perderá su inocencia.

Pasará a ser profesor en un indescriptible internado, estar comprometido con una millonaria extravagante y preso por trata de blancas. Será dado por muerto y con su nueva identidad acabará como alumno de teología…del colegio Scone.

Viejo –dijo Grimes-, usted está enamorado.

-¡Tonterías!

-¿Prendado? –inquirió Grimes

-No, no.

-¿La tierna pasión?

-No.

-¿Los encantadores y pequeños dardos de Cupido?

-No

-¿Fantasías primaverales, el juvenil ensueño del amor?

-¡Bobadas!

-¿Ni siquiera una aceleración del pulso?

-No

-¿Una dulce desesperación?

-Por cierto que no.

-¿Una temblorosa esperanza?

-No

-¿Un frisson?,¿ un je ne sais quoi?

-Nada de eso.

-¡Embustero! -exclamó Grimes.

Decadencia y caída fue un éxito para los críticos y el público tras su aparición en 1928. Según los primeros, era una nueva forma de hacer humor. Es interesante la coincidencia que durante esos años empezó a surgir también en España una generación de escritores que revolucionaron la forma de hacer humor en la literatura como Mihura, Jardiel, etc., la llamada “otra generación del 27”.

Con gran mordacidad, Waugh centra su crítica en una sociedad hipocritica y decedente. La alta sociedad británica es su objetivo. Una sociedad carente de valores y llena de superficialidad. Al igual que Dorothy Parker respecto a la sociedad neoyorkina, será el humor acido e inteligente su arma de ataque  contra esa sociedad. Siempre el humor inteligente para desarmar la mediocridad imperante.

En un mundo actual en el que el humor zafio y superficial es lo habitual es un verdadero placer  poder disfrutar con unas páginas brillantes llenas de una prosa atractiva, divertida e inteligente.

-Acabo de llegar de Grecia, donde estuve visitando los monumentos –dijo el profesor Silenus.

-¿Le gustaron?

-Son indeciblemente feos. Pero vi algunas cabras simpáticas.

Tenía entendido que le habían encarcelado.

-Sí, pero ya salí.

-Es claro, supongo que así será. ¿Fue agradable?

-No demasiado.

-¡Qué extraño! Pensé que le sentaría bien. Nunca se termina de conocer a la gente, ¿verdad?

Evelyn Waugh nació en 1903 en la ciudad de Londres y murió en Somerset en 1966.

Además de autor de novelas también lo fue de libros de viajes y ensayos, publicando también artículos en prensa. En 1945 publicó Brideshead Revisited: The Sacred and Profane Memories of Captain Charles Ryder anteriormente reseñada en NoSóloTécnica y que posteriormente fué llevada a la pequeña pantalla con gran exito.

Otras obras de Waugh, Un puñado de polvo, Cuerpos Viles, Noticia bomba

Evelyn Waugh en la Biblioteca Universitaria UPM.

Las aventuras del buen soldado Švejk, Jaroslav Hašek

Barcelona: Galaxia Gutenberg / Circulo de lectores, 2008

El 28 de julio de 1914 se inició la Primera Guerra Mundial.  El heredero del Imperio Austro-Húngaro era asesinado en Sarajevo  y las alianzas y pactos que las naciones europeas habían suscrito tiempo atrás llevan a estas al conflicto. El horror se extiende por todo el mundo. Millones de personas sufrirán sus consecuencias.
Hombres de distinta condición y origen se ven obligados a luchar. Entre ellos nuestro protagonista. Su oficio, falsificador de perros. Su condición, es idiota.

¡Soy un idiota oficial! Es Švejk.

 

Las preguntas se basaban en tres metodologías psiquiátricas: la del doctor Kallerson, la del  doctor Heveroch y la del inglés Weiking.

-El radio es más pesado que el plomo; ¿sí o no?

-No lo sabría decir, nunca los he pesado –contestó Svejk con una sonrisa afable.

-¿Cree en el fin del mundo?

– Primero tendría que ver ese fin del mundo –contestó Svejk con negligencia–, pero seguramente no me tocará verlo mañana mismo.

-¿Sabría calcular el diámetro del globo?

Eso sí que no –respondió Švejk–, pero ahora, señores, a mí también que gustaría proponerles una adivinanza: hay una casa de tres pisos y en cada piso hay tres ventanas.  El tejado tiene dos claraboyas y dos chimeneas. En cada piso hay dos inquilinos. Y ahora díganme, señores, ¿en qué año murió la abuela del portero?…

Cuando Švejk estuvo fuera, la comisión de los tres concluyó unánimemente que Švejk era un majadero y un idiota según todas las leyes descubiertas por las ciencias psiquiátricas.

 

Pero nuestro protagonista,¿es un idiota redomado o un simple truhán?, ¿un imbécil descarado o un pícaro moderno?. Esa pregunta nos persigue a lo largo de todo el libro. Es  difícil decidirlo porque encontramos continuamente en sus páginas  ejemplos de un Švejk como máximo exponente de la estupidez humana pero también en ocasiones como un compendio de conocimientos, una especie de Lazarillo de Tormes trasladado de las tierras de Castilla al centro de Europa.¿ Sabiduría o estulticia?.

Las aventuras del buen soldado Švejk es una disparatada novela en la que Hašek utiliza el humor y la sátira como armas para criticar una sociedad decadente. Švejk, el capellán Katz, el teniente Lukáš y otros personajes tan sinvergüenzas que se cruzan en su camino son  en realidad supervivientes natos  de un mundo en decadencia, de un mundo que llega a su fin, el del imperio austrohúngaro, lleno de corruptelas y miseria moral.

 

Así pues, fueron otra vez con el cochero y honradamente devolvieron todo, salvo la botella de vino de misa…

Švejk dijo al capellán.

-Padre, me gustaría saber si el monaguillo tiene que ser de la misma confesión que el que dice la misa.

-Claro –asintió el capellán- Si no, la misa no sería válida.

Entonces se ha cometido un gran error, señor capellán –dijo Švejk -. Yo no soy de ninguna confesión. ¡Siempre he tenido mala suerte!

El capellán miro a Švejk y, después de permanecer en silencio, le palmeó la espalda y le dijo:

-Puedes acabarte el vino que ha quedado en la botella. Imagínate que de esta manera empiezas a formar parte de la Iglesia.

Jaroslav Hašek nació en Praga en 1883. Contemporaneo de Kafka se inició en la literatura a través del periodismo, publicando en diversas revistas y periódicos. Las aventuras del buen soldado Švejk está considerada como una obra maestra de la literatura checa. En principio el autor tenía previsto publicar seis volúmenes pero su prematura muerte en 1923  dejo inacabada la obra en cuatro.

A sus órdenes, mi capitán, en lugar de ciento cincuenta gramos de salchichón húngaro los soldados han recibido dos postales.

 

Roque Six de José López Rubio

José López Rubio. Roque Six: Temas de Hoy, 1999

“-Pero vamos a ver –dijo Roque-. ¿Usted está vivo o está muerto?

– ¡Ah! Eso es lo que hay que resolver.

Lo resolveremos mañana, no se apure. Por esta noche, basta con que usted se decida a estar vivo o a estar muerto hasta mañana. Depende de cómo usted se encuentre.

– Pero, ¿cómo voy a decidir?

-¡Qué afán de complicar las cosas!…¿Muerto?¿Está usted muerto? Pues cerca, junto a la iglesia, hay un cementerio. Allí le dejarán pasar la noche. ¿Está usted vivo? Pues no tiene usted más que ir a la fonda.

– Bueno, pero… en la fonda, habrá que pagar…

– ¡Naturalmente!…

Roque  Fernández es un triste funcionario con una vida anodina y vulgar. Un dia se muere, como se tiene que morir todo el  mundo. Se muere de pulmonía como se podía morir de otra manera, no importa. Pero en realidad no lo hace. Dios le da otra oportunidad.  No ha cumplido su destino en el mundo. ¿Cuál? Hacer el tonto.

Es el comienzo de una historia surrealista, absurda en apariencia, disparatada. Roque busca su sino que no es otro que llenar el mundo de tonterias.

“Rara, muy rara vez hace Dios un genio. ¡Gran trabajo para Dios el componer  un Miguel Ángel, un Beethoven o un Pasteur! Son muchos días ocupados en cada uno, porque cuestan lo que mil hombres de los otros. Apenas hay tres genios por siglo de los buenos. Pero un tonto, un buen tonto, un tonto contagioso, un tonto genial, le es mucho más difícil. Dios ha hecho muy pocos tontos de verdadero merito de los que pueden volver tonto al mundo, haciendo escuela de su tontería. Solo muy de tarde en tarde hay un tonto que merezca la pena. ..Dios te hizo, Roque Fernández, y te puso en el mundo…”

Y Roque Fernández vuelve a revivir. Dios le da otra oportunidad. Esta vez es Jean Rocherier, un funcionario francés. Roque no entiende que le ocurre, por qué esta suplantando a este hombre, huye, abandona a su familia adoptada. No se da cuenta de su destino, del papel que tiene en el vodevil de la vida. El papel que Dios le ha dado. Y vuelve a morir una vez más. Esta vez atragantado por una bola de ruleta. Y así la rueca vuelve a girar,  comienza una nueva vida, ahora como reverendo en la América profunda. Posteriormente se aparecerá como  profesor anarquista a punto de ser fusilado, bebé incomprendido, y por último transformado en una pareja de  gemelos. Al fin alcanzará su objetivo, llegar al cielo.

Se trata de una novela de humor pero al igual que con otros autores como Jardiel Poncela y Mihura, ya reseñados en No sólo técnica, es un humor inteligente, escéptico, que nos hace reir, si, pero también nos deja un poso de tristeza y melancolía. Y siempre presente Ramón Gómez de la Serna.

“Hay una puerta arriba, con clavos dorados. Música, dentro, celestial.

Antes de empujar prueba a ver si está abierta. Cede al menor impulso. Si tuviera goznes, se diría que está bien engrasada.

Pero está sola, sola en medio de todo, y se abre en dos hojas.

Al otro lado…

No hay nada, positivamente, pero bien se nota que aquello no puede ser otra cosa que lo que es.

La música se ha callado.

-Irán a cambiar de pieza…

…-Ahora, si quisiera olvidar…

(Se olvida de todo. De sí mismo se olvida.)

Es el Cielo, no puede ser otra cosa.”

José López Rubio, (Motril 1903- Madrid 1996) empezó su carrera como escritor realizando colaboraciones en un periódico de Cuenca. Ya en Madrid, toma contacto con Jardiel Poncela y se inicia en el teatro. Colabora en revistas como Buen Humor y Gutiérrez. Trabaja también en el mundo el cine como guionista, traductor y adaptador  a través de un contrato con la Metro que le lleva a Hollywood al igual que otros compañeros como Jardiel, Edgar Neville y Eduardo Ugarte.

Premio nacional de teatro en 1954, ingreso en la Real Academia de la Lengua con un discurso sobre la Otra Generación del 27 de la que el mismo formó parte y que cambió de forma radical el modo de entender el humorismo en las letras españolas.

Otras obras de López Rubio;Estoy pensando en ti( 1951), La otra orilla(1954), El caballero de Barajas(1956), Las manos son inocentes(1958), Esta noche tampoco (1961), etc.

 

Mis Memorias de Miguel Mihura

Miguel Mihura. Mis Memorias

Madrid: Temas de Hoy, 1998

“¡Pobre Valcárcel! El recuerdo de nuestra primera entrevista fluye a mi memoria.

-Señor Valcárcel, yo quiero trabajar en su periódico.

Le dije un día, entrando en su despacho y besándole los pies y las manos, según era costumbre en aquellos tiempos.

-¿Sabe usted escribir? – me pregunto gravemente, poniendo los pies y las manos encima de un estante para que no se los besase más.

-Sí, señor;  sé escribir -dije con desparpajo.

-¿El qué?

-Sé escribir “caballo”.

-¿En singular o en plural?

-De las dos maneras.  -replique con osadía, ya que solo sabía escribirlo en plural o sea poniéndole una “ese”  al final del caballo.”

El humor como arma contra las miserias de la sociedad, contra la falta de escrúpulos, contra el desencanto y el pesimismo de una sociedad llena de convencionalismos. Como señalaba Wenceslao Fernández Flórez, “el humor se coge del brazo de la Vida, con una sonrisa un poco melancólica quizá porque no confía mucho en convencerla.” Y que mejor representante que Miguel Mihura y sus memorias. ¿Ficticias?, si, ¿reales?, también.

Laura Montálvez, la tiple cómica, me preguntaba si la palabra “cáspita” que debía decir al final de primer cuadro, la tenía que pronunciar con acento cómico, con acento dramático o con acento escéptico.

-Con los tres acentos, y uno más encima de  la “a”.

Le explicaba yo, para que dijese ¡cáspita! en vez de “caspita”.”

Miguel Mihura nace en Madrid que “no estaba inventado todavía, y hubo que inventarlo precipitadamente para que naciese yo y para que naciese otro señor bajito, cuyo nombre no recuerdo en este momento y que también quería ser madrileño” en 1905. Hijo de un empresario teatral, vivió inmerso de pequeño en el ambiente de la farandula del que conocería todos sus entresijos, sus alegrías y sus miserias.

Empezó a escribir muy pronto en revistas como Buen Humor y Gutiérrez,  donde coincidiría con Neville, Jardiel, Tono, López Rubio y otros que constituyeron lo que se llamó “La Otra Generación del 27.

Y por encima de todos ellos, su maestro, su inspirador,  Ramón Gómez de la Serna, que les llevó a hacer una nueva forma de humor   distinto al que se había hecho hasta ahora, cercano al surrealismo y siempre inteligente.

“Leocadia quería dejar un  niño recién nacido en un portal, con un letrero en el pecho que dijese: “Por amor de Dios, no le abandonéis. Y si le abandonáis, devolved el casco a Fuencarral, 14””

En 1932 escribió su primera obra teatral, “Tres sombreros de copa” ,que no pudo estrenar hasta 20 años más tarde cuando Gustavo Pérez Puig la llevó al escenario del teatro Español el 24 de noviembre de 1952 con Juanjo Menéndez, Agustín González o Fernando Guillén entre otros.

Durante la Guerra Civil crea en San Sebastián La Ametralladora y en 1941  La Codorniz con Álvaro de Laiglesia.

Algunas de sus obras;

¡Viva lo imposible! (1939), Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario (1943), El caso de la mujer asesinadita (1946), Sublime decisión (1955), Mi adorado Juan (1956), Melocotón en almíbar (1958), Maribel y la extraña familia (1959), Ninette y un señor de Murcia (1964),  Sólo el amor y la luna traen fortuna (1968)…

El humor es un capricho, un lujo, una pluma de perdiz que se pone uno en el sombrero; un modelo de pasar el tiempo. El humor verdadero no se propone enseñar o corregir, porque no es esta su misión. Lo único que pretende el humor es que, por un instante, nos salgamos de nosotros mismos, no marchemos de puntillas a unos veinte metros y demos una vuelta a nuestro alrededor contemplándonos por un lado y por otro, por detrás y por delante, como ante los tres espejos de una sastrería  y descubramos nuevos rasgos y perfiles que no nos conocíamos.

El humor es verle la trampa a todo, darse cuenta de por dónde cojean las cosas; comprender que todo tiene un revés, que todas las cosas pueden ser de otra manera, sin querer por ello que deje de ser tal como son, porque eso es pecado y pedantería, El humorismo es lo más limpio de intenciones, el juego más inofensivo, lo mejor para pasar las tardes. Es como un sueño inverosímil  que al final se ve realizado.

Miguel Mihura en la Biblioteca Universitaria.

!Pues vaya! de P.G. Wodehouse

!Pues vaya!. Lo mejor de Wodehouse. P.G. Wodehouse

Barcelona. Anagrama, 2004

“-¡Pues vaya!- dije.

-¡Pues vaya! ¡Pues vaya!

-¡Pues vaya! -¡Pues vaya! -¡Pues vaya!

Después de lo cual pareció bastante difícil proseguir la conversación.”

Primer ingrediente; inteligencia, dícese de la capacidad de entender o comprender, habilidad, destreza y experiencia.

Segundo ingrediente; humorismo, modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad, resaltando el lado cómico, risueño oridículo de las cosas.

Tercer ingrediente, creatividad, dícese de la facultad de crear, capacidad de creación.

Tres ingredientes principales que volcamos en la coctelera en cantidades ingentes. Lo aderezamos con un dominio del idioma deslumbrante, fina ironia y un toque de autentico “sportman” y el resultado de todo ello es ¡Pues vaya!

“Alf Todd – siguió Ukridge, abandonándose a un torrente de imágenes- tiene tantas posibilidades de ganarle como la que tendría un hombre ciego y manco en una habitación a oscuras de meterle dentro de la oreja izquierda a un gato salvaje medio kilo de mantequilla fundida, ayudándose de una aguja al rojo vivo.”

¡Pues vaya! es una antología de los mejores relatos de Wodehouse, publicado con motivo del vigésimo quinto aniversario de su fallecimiento. En ellos nos encontramos con toda la pléyade de personajes que han hecho sus relatos tan famosos, Bertie Wooster con su inseparable y admirable Jeeves, Lord Emswoorth en su castillo de Blandings, Psmith, Ukridge, Bingo Little y otros miembros impresentables del Club de los Zánganos.

“En cierta ocasión me comprometí con su hija Honoria, una espantosa exhibición de dinamismo, que leía a Nietzsche y tenía una risa como de olas rompientes contra una agreste rocosa.”

¡Pues vaya! incluye también una serie de relatos cortos, ensayos, correspondencia, sobre distintos temas como su encuentro con el grandísimo W.C. Fields, realizados a lo largo de su dilatada y prolífica trayectoria creativa.

P.G. Wodehouse nacido en Guildford, Inglaterra en 1881 y fallecido en Southampton, Nueva York en 1975 “after a good morning’s work on his latest novel, inicio su carrera como escritor publicando en periódicos y semanarios compaginándolo con su trabajo en un banco. En 1902 publicó su primera novela, renunciando a su trabajo en el banco y dedicándose desde ese momento a escribir.

Emigró a Estados Unidos de donde se haría con posteridad ciudadano americano, colaborando en el cine y con grandes artistas como Cole Porter, Irving Berlin, etc en comedias musicales.

Entre sus obras, Amor entre pollos (1906), El inimitable Jeeves (1923), Jim de Piccadilly (1928), y la serie que se inicia con El castillo de Blandings (1935) etc.

“Conste que era una chica condenadamente bonita, inteligente y atractiva, pero tenía muchos ideales y cosas por el estilo. Puede que sea injusto con ella, pero me parece que es el tipo de chica que quiere que un hombre se labre su carrera o algo semejante. La he oído hablar favorablemente de Napoleón.”

Wodehouse en la Biblioteca UPM

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