Cervantes por el mundo: Argel.
Cuando volvía por fin a España en compañía de su hermano Rodrigo y muy cerca de las costa de Cadaqués una flotilla turca les hizo presos y se los llevaron cautivos a Argel.
Empezaba la etapa más dura de su vida, y la más oscura, estuvo preso durante cinco años.
El cautiverio fue tan largo porque nadie podía pagar el enorme rescate que pedían por su libertad, 500 escudos. El hecho de que Cervantes llevara unas cartas de recomendación del Duque de Sessa y del mismísimo Don Juan de Austria hizo pensar a sus captores que era una persona muy importante y que por el podían sacar mucho más dinero que por cualquier otro de los presos. Su familia lo intentó, su madre vendió las tierras que tenía en Arganda y tras reunir todo el dinero que pudo se iniciaron las gestiones del rescate. No hubo dinero suficiente para sacar a Miguel de Cervantes de Argel, sí llegó la cantidad para rescatar a su hermano Rodrigo que trajo un plan urdido por el escritor para fugarse de la cárcel.
Durante los cinco años que estuvo allí intentó escaparse tres veces y las tres veces tracasó.
En 1580 los padres Trinitarios que se ocupaban de intentar liberar cautivos, y que en ocasiones se intercambiaban por ellos, consiguieron recolectar entre los mercaderes cristianos griegos la cantidad de dinero necesaria para rescatar a Cervantes. Llegó a España el 24 de octubre desembarcando en Denia y desde allí fue a Valencia. En diciembre regresó por fin con su familia a Madrid.