Ejercicios de estilo, por Raymond Queneau
Este libro es un canto a la imaginación. Consiste en una estúpida historia, trivial, anecdótica, que poco interés puede suscitar en cualquier lector, y que solo tiene dos párrafos, apenas media página. Entonces Queneau nos muestra el poder de la imaginación. Aplicando una idea concepto a la historia la vuelve a reescribir de 99 maneras distintas, a cual más creativa. El texto base, la historia trivial es esta:
Una mañana a mediodía, junto al parque Monceau, en la plataforma trasera de un autobús casi completo de la línea S (en la actualidad el 84), observé a un personaje con el cuello bastante largo que llevaba un sombrero de fieltro rodeado de un cordón trenzado en lugar de cinta. Este individuo interpeló, de golpe y porrazo, a su vecino, pretendiendo que le pisoteaba adrede cada vez que subían o bajaban viajeros. Pero abandonó rápidamente la discusión para lanzarse sobre un sitio que había quedado libre. Dos horas más tarde, volví a verlo delante de la estación de Saint-Lazare, conversando con un amigo que le aconsejaba disminuir el escote del abrigo haciéndose subir el botón superior por algún sastre competente.
Y algunas de las variaciones tienen como título retrógrado, distingo, visual, olfativo, lítotes, gustativo, filosófico, amanerado, informe policial, sorpresas, sueño. Por ejemplo, retrógrado queda así:
Te deberías añadir un botón en el abrigo, le dice su amigo. Me lo encontré en medio de la plaza de Roma, después de haberlo dejado cuando se precipitaba con avidez sobre un asiento. Acababa de protestar por el empujón de otro viajero que, según él, le atropellaba cada vez que bajaba alguien. Este descarnado joven era portador de un sombrero ridículo. Eso ocurrió en la plataforma de un S completo aquel mediodía.
El lector puede vislumbrar cómo funciona el libro y sus restricciones estéticas. Pero hay que leerlo para, primero, apreciar la técnica literaria y, segundo, para darse cuenta de lo importante que es la creatividad.
A mí este libro me enseñó esa importante lección: la lección de la creatividad, que ser creativos es incluso una obligación moral. Espero que mi reseña empuje a otros lectores a disfrutar de este libro.
Comentario realizado por: Paco Gómez Martín.
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