Joan Coromines, autor a recuperar
Joan Coromines (1905-1997)
No es posible fundamentar una etimología con el rigor indispensable hoy en día, después de cien años de lingüística científica, sin conocer a fondo la historia de la palabra, y ésta no se puede reconstruir sin un conocimiento global de la vida del vocablo a través de los siglos y a través de todo el espacio abarcado por la lengua castellana y aun por los idiomas hermanos y afines.
Diccionario crítico etimológico. Madrid: Gredos, 1976.
El lingüista Joan Coromines (1905-1997) es hoy día una figura a recuperar no solo por la magnitud de su obra filológica sino por su significación interlingüística e intercultural. Sobre todo cuanto se constata que la apreciación cabal del valor patrimonial de plurilingüismo hispánico, a nivel generalizado y popular, es aún una asignatura pendiente de la sociedad española. En 1989, con Jorge Semprún como Ministro de Cultura, Coromines fue galardonado con el Premio Nacional de las Letras Españolas. El librito publicado a la sazón por el propio Ministerio repasa diversos aspectos tanto biográficos como de su trayectoria de investigador y de sus monumentales obras construidas a lo largo de decenios, acompañando fotos de sus andanzas y borradores de trabajo. Aunque su objetivo central era el estudio sistemático de la lengua catalana, las propias necesidades de dicha empresa y su grandísimo alcance personal e intelectual le condujeron a acometer tanto el dominio lingüístico que él denominó expresamente “hispánico” (lenguas románicas de la Hispania en el Viejo y el Nuevo Mundo) como también el occitano. Para ello le sobraban vocación y una sólida formación de romanista. Su Diccionario crítico etimológico del castellano (publicado y reeditado desde 1954 en adelante) se puede considerar el primero propiamente moderno sobre este aspecto de nuestra lengua. Desde cierta perspectiva sociocultural, su figura ilustra los desencuentros y paradojas de las relaciones entre las culturas de lengua castellana y catalana: soberanista en lo político, panhispánico en lo profesional y cultural, nunca españolista en sentido vulgar del término.
Otra consecuencia apreciable de Joan Coromines -no tanto como tarea directa suya en los breves años de su trabajo en la Generalitat como por los efectos derivados de sus estudios- es la normalización lingüística. Tema por el que los bibliotecarios, tan preocupados siempre por la referencia y la precisión, le quedamos bien agradecidos. En fin, un hombre que demostró una capacidad de trabajo y una tenacidad a prueba de bomba en un clima intelectual y político a menudo poco propicio. Buen momento para recordarle este año 2016 consagrado a Cervantes. Por otro lado ¿a dónde hubiera llegado Coromines si hubiera contado con las actuales tecnologías de la información?
Obras de Joan Coromines en: Biblioteca UPM.