Técnicas de iluminación, Eloy Tizón
Técnicas de iluminación
Eloy Tizón
Madrid: Páginas de espuma, 2013
La literatura de Eloy Tizón es un gozo para los sentidos y este libro una nueva muestra de ello. Se ha hecho esperar siete largos años desde la publicación de Parpadeos. Se ha hecho esperar como todo lo bueno. Pero ha valido la pena, porque los diez cuentos incluidos en Técnicas de iluminación están dotados de una belleza extraordinaria.
Crea Eloy Tizón una prosa que es hallazgo permanente, luz, color, música. Muy plástica y sorpresiva. Y con ella levanta una voz rítmica, surrealista, extraña que genera ambientes emocionales en cuya densidad se tejen los escenarios, la progresión de los cuentos. La peripecia, la trama, es en mayor o menor medida una luz tenue supeditada al fulgor y al deslumbramiento del lenguaje.
Pinceladas de luz que salpican la oscuridad en que se mueven los personajes, siempre un poco náufragos o irremediables. En medio de este tejido lírico están colocados frente a circunstancias que dinamitan sus rutinas, resquebrajan el mapa de sus destinos. Desde ese fondo abisal del que parten (también nosotros al leer estamos en zona oscura, pues son muchos los detalles que el narrador deliberadamente nos escatima) los veremos esforzarse por alcanzar la superficie (en Merecía ser domingo una familia huye de la ciudad en busca de otra mejor forma de vida) o sumergirse en la contemplación de un momento mágico que no volverá a producirse (Alrededor de la boda); perder el control (en El cielo en casa una personalidad sensible y débil se ve sometida por otra tan magnética como brutal) o abrazar una filosofía nueva (el paseo como fin en sí mismo en Fotosíntesis); reconstruir un acto inconfesable ocurrido en el pasado para tratar de darle sentido y redimirse (Ciudad dormitorio) o aturdirse la memoria con más memoria con la esperanza de sufrir menos (Nautilus).
Cuentos que someten las reglas habituales del género para alumbrar una manera diferente de decir, labrada a semejanza de su autor, disfrutada y mimada hasta la última coma. Una fiesta de la palabra.
Eloy Tizón (Madrid, 1964) ha colaborado en medios literarios y ha dado clase en diferentes escuelas de escritura. Tiene publicadas hasta la fecha tres novelas: Seda salvaje (Anagrama, 1995), Labia (Anagrama, 2001) y La voz cantante (Anagrama, 2004); y tres libros de relatos: Velocidad de los jardines (Anagrama, 1992), Parpadeos (Anagrama, 2006) y Técnicas de iluminación (Páginas de Espuma, 2013).