Foe. J.M. Coetzee
Foe
J.M. Coetzee
Barcelona: Mondadori, 2004
Traducción: Alejandro García Reyes
De un modo enigmático, agobiante, claustrofóbico incluso, con el punto de vista cambiado plantea J.M. Coetzee esta reescritura del mito de Robinson Crusoe de Daniel Defoe. No es Robinson el protagonista narrando su peripecia en el destierro, sino un nuevo personaje, Susan Barton, que arrojada de un barco portugués amotinado llega a la isla en la que ya Cruso y Viernes acumulan años de lucha por la supervivencia. Susan se acomoda a la soledad y al silencio (al humano, pues el ruido natural de la isla es ensordecedor) hasta que un año después se produce el rescate que acaba con la aventura.
Y aquí es donde comienza de verdad la novela de Coetzee. Una vez pormenorizada por escrito la peripecia en compañía de los otros náufragos, Susan se pone en contacto en Inglaterra con Foe, afamado escritor de la época, para hacerle llegar su manuscrito, con la determinación de convencerle para que narre la historia, la dote del cariz narrativo, del interés literario que ella no podría darle. Mientras, sin dejar de escribir cartas que al principio envía , luego escribe sin enviar, y finalmente piensa sin escribir, aportándole al escritor recuerdos, retazos, nuevas interpretaciones de lo ocurrido, debe convivir en una ciudad ajena a ambos con Viernes, el esclavo mudo que también ha sido rescatado de la isla, pues entre ellos se ha generado un vínculo imposible de cortar.
Puede que la figura más enigmática de la novela (nunca sabremos con certeza si era un caníbal, ni si fueron los negreros o el propio Cruso quienes le cortaron la lengua), sea Viernes, con su silencio obligado, su conciencia abstraída, sus bailes que parecen sacarlo de la realidad y trasladarlo… ¿a dónde? Tal vez hacia la deriva como al resto de los personajes, pues dan estos siempre sensación de andar desorientados, perdidos, encaminados hacia la disolución, como si nunca hubieran sido rescatados de la isla.
Una novela bastante metaliteraria, pues, con sus personajes-náufragos en busca de un escritor que les dote de sentido. Pero que también explora otros asuntos interesantes como la esclavitud o el oficio de escribir.
Todos, absolutamente todos, sentimos en nuestros corazones la necesidad de ser libres; pero ¿quién de nosotros podría decir qué es la libertad exactamente?
J.M. Coetzee (1940, Ciudad del Cabo, Sudáfrica) recibió el Premio Nobel de Literatura en 2003. Se graduó en matemáticas e inglés en su ciudad natal antes de trasladarse a Londres. En 1965 se volvió a trasladar a Estados Unidos y en 2002 emigró a Australia, su actual residencia. Algunas de sus obras más conocidas son Esperando a los bárbaros (1980), Vida y época de Michael K (1983), El maestro de Petersburgo (1994) o Desgracia (1999).
J.M. Coetzee en la Biblioteca de la UPM
Pedro, las claves de lectura que facilitas en tu excelente reseña seguro que consiguen que disfrute el doble de este libro. Coetzee nunca defrauda y siempre sorprende.
Coetzee, es uno de mis héroes personales, y tiene un libro “Costas extrañas” que es sólo sobre escritores pero en versión muy breve que es increible. Puede ser cruel y destructivo pero de una manera poética. Boba como soy cuando leí por primera vez “La novela en África” estaba convencida de que era negro, pues destila “soul”. Si podéis leer “Elizabeth Costello” desde luego no os dejará fríos. Times are changing 🙂
http://www.youtube.com/watch?v=sbMlHGEICuY
Espero que lo disfrutes, Rosa. El libro es mucho más de lo que yo acierto a decir.
John es uno de mis autores de culto. Compruebo gozosamente que compartido. En “Verano” [“Summertime”], tercera parte de su trilogía autobiográfica “Escenas de una vida de provincias” [“Scenes from provincial life”] se sugiere un apunte, un tanto críptico, sobre el origen de la escritura de “Foe”.