Viaje a España, Theophile Gautier
Viaje a España
Théophile Gautier
Cátedra, 1998
Theophile Gautier estuvo de viaje por España entre mayo y octubre del año 1840. Vino con su amigo Eugene Piot que tenía intención de comprar obras de arte aprovechando la desamortización de los bienes de la Iglesia. Ambos eran apasionados del arte, Gautier había intentado ser pintor y tenia verdadera devoción por Zurbarán, Ribera y Valdés Leal.
Este libro maravilloso reune los artículos periodísticos enviados por Gautier a París durante el viaje. Y hay que decir que aquellos ricos seis meses vividos en España inspiraron también un importante libro de poemas.
España estaba de moda en Europa y en América, ya han aparecido publicadas las obras de Victor Hugo, de Musset y de Merimée fascinados por nuestros monumentos y nuestras costumbres. En París se ha empapado de pintura española en los museos y ha asistido a representaciones de danza española. No venía a de nuevas, venía convencido.
Su Viaje a España, con ese espíritu, fue un éxito en toda la exrtensión de la palabra. Le encantó lo que veía y narró con deliciosos detalles su periplo español en un libro, ese que hoy recomendamos, que leyeron en todos los paises europeos y multiplicó el numero de visitantes. Y no sólo se trata de un recorrido artístico, se muestra fascinado por los paisajes y el modo de vivir, a Gauthier le interesa todo; los tipos humanos, la forma de vestir, los oficios : vendedores de agua, limpiabotas, y las mujeres españolas le parecen guapísimas.
Una mujer sin abanico es algo que no he visto todavía en este bendito país. Los abanicos, al abrirse y cerrarse, producen un débil silbido que, repetido varias veces por minuto, da una nota que resulta extraña para un oido francés.
Hace una curiosa selección de palabras intraducibles al francés que aparecen en el libro en cursiva y en el original en francés en castellano. Entre otras estas: pundonor, pura sangre, horchata de chufas, mayoral, encierro…
No faltan, claro, la reflexiones sobre a cocina española:
Después trajeron el puchero, plato eminentemente español, o a decir verdad, el único plato español, pues todos los días se come de Irún a Cádiz, y viceversa.
Este viaje delicioso y emocionante nos permite aterrizar en el siglo XIX y que el chispeante Gautier nos acompañe por Burgos, el animado Paseo del Prado de Madrid, Sevilla, o la Mezquita de Córdoba. Su visión es casi siempre positiva, sin prejuicios, y tiene un encanto y una mirada limpia que les faltó a otros viajeros que le siguieron.
Gran escritor, hombre muy culto y simpático, nos regaló este libro y a su regreso a París confesó:
Me sentía allí como en mi verdadero suelo y como en una patria vuelta a encontrar.
Théophile Gautier en la Biblioteca UPM