Virxilio Vieitez
Exposición de fotografías
del 7 de febrero al 19 de mayo de 2013
Fundación Telefónica
Fuencarral, 3 – Madrid
En sentido estricto esta es una exposición de fotos pero a la hora de clasificarla, de incluirla en una categoría, no basta con eso.
Pondría también: memoria, Galicia, antropología, diarios, etnografía, historia, poesía, emigración, mujeres.
Se trata de una emocinante colección de documentos de una época, los años 50-60, donde las personas retratadas conmueven por su frescura, su sinceridad, su inocencia y la forma de mirar de frente. Ya no se mira así.
Enrica Viganó, comisaria de la exposición, dice en el catálogo que la fotografía no entra en las definiciones o esquemas de otras artes. Que su mensaje, su lenguaje y su valor es imprevisible. Una foto puede hacerse con una intención determinada y después adquirir un nuevo sentido.
Pues eso explica lo que sucede en este caso. Se trata de una colección enorme de retratos realizada por Virxilio Vieitez (1930-2008), un fotógrafo de pueblo que inmortalizó durante años a sus paisanos de Terra de Montes (Pontevedra). Él no prentendía nada más que ser eficaz, y cobrar su trabajo. Que las fotos fueran limpias.
Era rápido y seguro, no podía malgastar carretes, y dejó una obra de 50.000 imágenes que han asombrado a los profesionales y a los espectadores de medio mundo desde que se dieron a conocer. Entre sus admiradores: Cartier Bresson, al que Vieitez llamaba el francés.
Las fotos tienen un contenido esencial, dramático, trascendente, son la verdad pura, que entiende cualquiera. Una verdad que va de lo pequeño a lo universal.
Vieitez no había visto fotos de otros colegas, lo que hace pensar que el fotógrafo nace, no se hace.
Son muchas las preguntas que provoca esta muestra en el espectador. ¿Tenía Vieitez una mirada especial que iba más allá del encargo, hizos miles de fotos para el carnet de identidad, o es el ojo del que mira el que le da la trascendencia y hondura a la foto?
Sea como sea no se la pierdan.
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