Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal / Stefano Mancuso, Alessandra Viola
Stefano Mancuso, Alessandra Viola:
Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal. Galaxia Gutenberg, 2015 (trad.: David Paradela López)
Verde brillante: sensibilità e intelligenza del mondo vegetale. Giunti, 2013
En nuestra lengua, la palabra “vegetal”, cuando no se refiere a una planta, adquiere una connotación ofensiva: “ser un vegetal”, o mejor dicho “quedarse como un vegetal”, significa haber perdido todas las facultades sensoriales y motrices de que estamos dotados y, en definitiva, ser poseedor tan solo de la vida. Igual que las plantas. ¿O no? (p. 41)
Tal vez recuerden la anécdota relatada por José Saramago –autor de apellido vegetal- referente a su abuelo: cuando consciente de su próxima muerte y a modo de despedida, se abrazó a los árboles con los que había convivido: ¿ocurrencia casual de un campesino sencillo o herencia de sabiduría ancestral? También me viene a la mente una actitud diametralmente opuesta: la legendaria secuencia de aquellos juerguistas del clásico Rollerball (Norman Jewison, 1975) que seguían la fiesta aniquilando árboles con lanzallamas por puro entretenimiento, toda una metáfora de cierta brutalidad industrial o postindustrial. Pues bueno, parece que hay remedio bibliográfico a la vista.
Doctores tienen las iglesias biológicas y agroforestales que podrán ponderar mejor el valor de este libro. Con la humildad del profano, me parece que el hecho de que pueda pasar por provocador revela la tremenda falta de perspectiva de los humanos sobre la realidad en la que estamos inmersos. Se trata de un ensayo divulgativo muy centrado en la exposición de la vida y experiencia vegetal en sí mismas. Alude también al papel cultural de las plantas en las distintas sociedades humanas, su simbología, etc., pero sin desarrollar demasiado estos asuntos: para público “de letras” como el que suscribe, esta misma insuficiencia nos señala un camino sugestivo de exploración y lecturas ulteriores. Por lo demás una gran virtud del libro es su pulcra estructura general y la buena organización de contenidos, teniendo en cuenta además que no es muy largo: 142 páginas. Los capítulos son sustanciosos, las ilustraciones significativas y la abundante bibliografía aparece explicada y razonada al final de cada tema abordado.
En algún sentido la obra pilla por la retaguardia al animalismo hoy día tan en boga. No por intención deliberada sino por evidenciar la posición relativa de ese movimiento respecto a una consideración proporcional del mundo biológico y la naturaleza en general: la insistencia exclusivamente animalista sería una especie de antropocentrismo “ampliado”. Al fin y al cabo los animales todos juntos representamos una parte pequeñísima de la masa viva total en el planeta Tierra.
Descubrir que las plantas adoptan comportamientos altruistas es una novedad excepcional, porque deja entrever dos posibilidades, ambas revolucionarias: o bien las plantas son organismos mucho más evolucionados de lo que creemos, y por eso son altruistas, o bien el altruismo y la colaboración son propios también de las formas de vida más primitivas, en las que siempre se había creído que imperaba la pura competencia y la ley del más fuerte. (p. 83)
Una joya, Alejandro. Excelente y muy oportuna reseña. Muy bien la referencia al "Rollerball" de Norman Jewison. Ya habíamos oído decir que a algunas plantas les gusta Mozart, y a otras Miles Davis: esa ventaja que llevan a algunos humanoides, igual que con los comportamientos altruistas. Para el budismo, las plantas son también seres sintientes.
Una recomendación estupenda. ¡Muchas gracias!
El libro está realmente muy bien escrito, y me pareció una lectura adecuada para celebrar la primavera boreal que comienza ahora. Por mi parte me pido el papel de mala hierba händeliana. Cordial saludo.
Si las plantas hablaran… a veces me siento una (por vocación y condición). Felicidades Alejandro has hecho hablar a Evelio 🙂 Bienvenido
PD me gustan especialmente los video que aceleran el movimiento de las plantas. Entonces es cuando te das cuenta que son seres vivos increiblemente reactivos al medios pero leeentos