Desayuno en Tiffany’s : cuando la literatura y el cine hacen una buena pareja.
Una buena pareja: Truman Capote y Blake Edwars y una obra: “Desayuno en Tiffany´s”, conocida en España en su versión cinematográfica con el título cambiado “Desayuno con diamantes”.
“Los días rojos son terribles y en esos momentos lo único que me viene bien es ir a Tiffany’s, porque nada malo me puede ocurrir allí“
El libro lo escribió Truman Capote en 1958. Quizás no sea “A sangre fría” pero sí es una extraordinaria novela corta, un irónico cuadro que satiriza los ambientes neoyorquinos intelectualoides de finales de 1950. Capote transmite estados de ánimo, evoca ambientes y perfila personajes sólo con la descripción de imágenes y situaciones.
La película la rodó en 1961 Blake Edwards . Este gran director, recientemente fallecido, dirigió grandes películas como “Días de vino y rosas”,”La pantera rosa”, “La carrera del siglo”, “El Guateque”, “La mujer perfecta”, “¿Victor o Victoria” o “Cita a ciegas”. En principio se pensó en Marilyn Monroe para hacer de protagonista pero al final fue Audrey Hepburn la elegida y la verdad es que está perfecta en su papel de Holly Golighthly.
El guión adaptado de George Axelrod limaba diversas partes de la obra original. En la película se suaviza el personaje de su protagonista Holly, que en la novela es claramente una prostituta de lujo y en la película es más bien una simpática y adorable chica de compañía, que saca dinero a los hombres pidiendo suelto para sus visitas al tocador de señoras.
Otro cambio importante es el final (no lo destriparemos por si alguien todavía no la ha leído/visto), más edulcorado por exigencias de Hollywood así como ciertos diálogos que seguramente los censores no hubieran permitido.
Otra cosa, no cambiada, sino añadida, es la introducción del amante del protagonista masculino, Paul Varjak (George Peppard, en la película), que es mantenido por una mujer rica y casada. Quizás se añadiera en la película para igualar la catadura moral de uno y otro, y contar así la historia de dos inmorales redimidos al final por el amor, cuando en la novela la única inmoral es Holly.
Nadie como Blake Edwards para rodar fiestas locas y surrealistas, como la que da la protagonista en su apartamento con una galería de invitados totalmente variopintos y situaciones cada vez más divertidas y absurdas a medida que sube el nivel de alcohol.
La novela es más cruda que la película, con esa habilidad de Capote para retratar el lujo sórdido. Casi todo el mundo llega a la novela después de haber visto la película pero ambas son imprescindibles.
Inolvidable el tema de Henry Mancini, Moon river, y una de las escenas más famosas de la película cuando Audrey Hepburn la canta apoyada en la ventana de su apartamento.
La película Desayuno con diamantes está disponible en la Biblioteca UPM
Truman Capote en la Biblioteca UPM