Santiago Lorenzo. Los asquerosos.
Santiago Lorenzo. Los asquerosos. Barcelona: Blackie Books, 2018.
La novela arranca con Manuel, un joven de 25 años, que tiene un encontronazo casual en el portal de su casa con un policía antidisturbios al que hiere con su destornillador en defensa propia. Para su desgracia, todo queda grabado en la cámara de seguridad del portal. Asustado por lo que le pueda pasar decide huir de Madrid y ocultarse en un pueblo abandonado de Castilla para evitar una posible pena de cárcel. Su único contacto con el mundo y su fuente de suministros será su tío y narrador de la historia.
Manuel llevaba encima 23 euros, el carné de identidad, el de conducir, la tarjeta sanitaria, la del banco, unos kleenex y su destornillador. Que lavamos con agua y alcohol porque tenía la punta marrón.
Sobrino y tío se ponen a planear su fuga y a preparar la logística:
Pasadas las doce, preparamos un petate con objetos y complementos que supusimos útiles para la fuga: un saco de dormir, una navaja, las cerillas, el cepillo de dientes. Parecíamos scouts planeando una noche al raso…A las tres de la mañana, Manuel y yo nos abrazamos ante su cochecito de ocasión… La suerte estaba echada y no había otra que salir arreando: ARREA jacta est.
Y llega a un pueblo abandonado:
uno más de los cientos y cientos de ellos que hoy permanecen abandonados en España. No daré su nombre verdadero, como siempre quiso Manuel. Lo llamaré Zarzahuriel, figuradamente, según denominación inventada y arbitraria. Aún faltaba mucho para que yo lo visitara.
A partir de ese momento Manuel tiene que sobrevivir con lo que va encontrando en el bosque y con lo poco y más fundamental que le va enviando su tío. Con el tiempo, se dará cuenta de que vivir en la carencia le fascina.
Y así sigue su vida en Zarzahuriel, cada vez más encantado con la austeridad con la que vive. Como siempre fue un manitas no le cuesta ir sacando provecho de lo que encuentra en la casa que “ocupa” y en el pueblo. Una colección de libros Austral, abandonada en el sobrado, le va a mantener entretenidas las noches cuando ya no se puede hacer nada fuera.
Pero Manuel tiene que hacer frente a un tremendo revés en sus planes: unos de la ciudad han comprado la casa al lado de la suya. Una familia a la que pronto se unirán primos, amigos y los amigos de los amigos
A este conglomerado humano global y uniforme, Manuel pronto empezó a llamarlo La Mochufa… Llevaban la marca de la ropa tan a la vista que Manuel podía leer las letras desde el sobrado. Había varios que tenían que sujetarse las barrigas a pulso con las manos, y vestían camisetas de gimnasios. Una que no salía sin las joyas llevaba en la camisa el circulito de los hipies. Otro muy asnal se presentaba con la leyenda Oxford University, desprestigiando a un claustro que no le habría admitido en la casa sabia ni como cadáver donado.
Tendrá que sufrir a “La Mochufa”, a estos “asquerosos” , pijos de ciudad que gritan, presumen de lo que no son, malcrían a sus hijos y le amargan la vida todos los fines de semana. Y, por supuesto, Manuel debe vivir como si no estuviera allí, pared con pared, oyendo sus conversaciones y hasta la vida sexual de La Mochufa.
¿Qué ocurrirá entre Manuel y La Mochufa? ¿Conseguirá Manuel volver a su ansiada soledad?
Es un libro muy divertido aunque con un humor corrosivo y grandes dosis de crítica social.
Santiago Lorenzo (Portugalete, 1964) vive en una aldea de Segovia. Allí busca leña, se hace café y churros, construye maquetas y, sobre todo, escribe. Persona inquieta ha hecho cine, creó un taller dedicado al diseño y realización de escenografía y decorados y en 2010 publicó su primera novela Los millones (Mondo Brutto): a uno del GRAPO le toca la lotería primitiva; no puede cobrar el premio porque carece de DNI. Le siguió Los Huerfanitos (2012), Las ganas (2015) y Los asquerosos en 2018, el libro que nos ocupa y que como detalle con el lector incluye una postal manuscrita con un mensaje de agradecimiento del autor (imagen de la izquierda).
Pinchando aquí tenéis un enlace a la entrevista que el programa Página 2 le hizo a Santiago Lorenzo sobre “Los asquerosos” en diciembre de 2018.
Personalmente una lectura a la que no encontré ningún aliciente. Ni me gustó el tema no me gustó la prosa.