Leer contra la nada, Antonio Basanta
Leer contra la nada, Antonio Basanta
Cuanto mejor es un libro más difícil es de glosar, eso dicen; es probable Ésta es la primera idea que me asalta, qué voy a decir yo que no haya quedado dicho en el título: LEER CONTRA la NADA.
A las personas que encontramos en la lectura, a ratos un refugio, un iluminado escondite, en ocasiones una isla de nunca jamás en buena compañía, o una cueva platónica desde la que observar el mundo entre murmullos, brumas y plumas, de repente escuchar en letra impresa tantas emociones resulta delicadamente desconcertante.
Antonio Basanta es doctor en literatura hispánica por la UCM, y escribe con clara vocación oral. Cuando un libro se ha escrito para ser escuchado más que para ser leído, de repente uno se sintiera en un ágora con algún tímido profesor de solera, embelesado ante el encanto de la flauta del faquir; ilustrados a nuestro pesar.
Para mí la principal ventaja de leer reflexiones tan suavemente mayúsculas tiene la ventaja de poder acallar al autor a la demanda, así cuando una de sus sugerentes ideas te atrapa, puedes dejarte llevar, sin ofender ni malograr la conferencia; es un libro amable, rumia-ble.
En esas ocasiones resulta hasta ofensivo hacer entresaca, para ahorrarse el esfuerzo inútil de dejar una impronta personal. En cambio el autor, demuestra una vez más su capacidad mayéutica trayendo aquí y allá otros conversadores de fama incalculable, sin el temible ridículo de las comillas, sino con la elegancia de las letras incunables (cual monje de monasterio).
La editorial Siruela ha hecho un trabajo magnifico en la elección del formato, el papel, la tipografía y las tintas modaf de dos colores, y si estas palabras no sirven al efecto de correr a una próxima biblioteca o a una librería de encanto para buscar el libro, la culpa es mía que el autor reproche no merece; a las claras queda cuando va por la tercera edición desde 2017.
Muy sugerente, Pilar, tu análisis del libro, lo anoto en mi lista de próximas lecturas (!en papel!). Marisol
Cuando publicaron la historia interminable, en los 80 o así (alfaguara, creo), con esas dos tintas tan sugerentes y la táctil impresión del papel, me dí cuenta del valor de la calidad de impresión y comprendí a Virginia y Leonard Wolf con sus esfuerzos en Hogarth Press: https://en.wikipedia.org/wiki/Hogarth_Press.