Mary Karr. El club de los mentirosos.
Mary Karr. El club de los mentirosos. Periférica&Errata naturae, 2017.
“Poco antes de que muriera mi madre, el tipo que le estaba reformando la cocina sacó de la pared un azulejo con un agujerito redondo bastante sospechoso.
– Señora Karr, ¡esto parece un agujero de bala!
Lecia, que no dejaba pasar una, intervino:
– ¿Eso no es de cuando le disparaste a papá?
Y mamá entornó los ojos, bajo un poco las gafas por su nariz patricia y dijo con displicencia:
– No, eso es de cuando Larry.- Se giró y señaló otra pared.- A tu padre le disparé allí".
Como dice la propia Mary Karr, “cuando el destino te pone en bandeja unos personajes así, ¿para que inventar nada?”
Estas memorias cuentan la infancia de la autora en los años sesenta en un pequeño pueblo de Texas, Leechfield, con un paisaje de refinerías y bayous (pantanos) dentro de una familia disfuncional. La madre propensa a beber, usar armas y casarse, de hecho lo hizo siete veces, dos de ellas con el trabajador de la industria petrolera que fue el padre de Mary Karr.
El libro es como una catarsis para la autora, ya que al sacar todas sus vivencias a la luz, con las bendiciones de su madre, se reconcilia con su clan. Y la verdad es que cuenta historias terribles, que vivieron ella y su hermana mayor, Lecia. Mary Karr afirma que todas las familias con más de un miembro son disfuncionales pero desde luego, la suya, lo era en gran medida.
Mi madre no leyó este libro hasta que no estuvo terminado. Sin embargo, durante dos años ha respondido sin rechistar a todas mis preguntas, por teléfono o por carta, y ha realizado pesquisas para mí incluso estando ya enferma. Me ha animado sin reservas para que llevara a cabo mi labor, a pesar de que buena parte de la historia le resulta dolorosa. Su valentía es encomiable. Su apoyo ha sido todo.
Es un libro duro y ácido. ¿Y qué es lo que hace que te enganches? Sin duda, el gran sentido del humor que desprende toda la novela incluso cuando cuenta las vivencias más duras. Y otro sentimiento que desprende el libro es el amor, a pesar de todo. El amor que se deja traslucir en las historias vividas. Amor de esa madre a sus dos hijas y de las niñas hacia esa madre inestable. El amor de Mary hacia su padre, un hombre imperfecto, borrachín (como no podía ser de otra forma en esa familia) y amante de contar historias. De ahí el título de la novela “el club de los mentirosos” del que su padre era miembro preferente y al que muchas veces acudía con Mary, encantada de oír lo que contaba.
No hay autocompasión ni victimismo por parte de la autora, las cosas fueron así y ya está. Como ella misma dice:
Historias así desbaratan el mito de que dramas familiares tan turbios te condenan al pabellón psquiátrico de por vida.
Habrá que esperar al final del libro para descubrir, como lo descubrió la propia autora, un secreto familiar que aporta una nueva perspectiva para entender lo complejas que son las vivencias y cómo influyen en la vida de las personas.
Si su padre le inculcó el amor por las historias, su madre lo hizo por los libros y la lectura,
ese lugar mítico habitado por almas afines que florecen juntas al compartir viejas historias, esas que te enardecen el ánimo y te liberan, las auténticas.
Mary Karr (Groves, Texas, 1955) actualmente es profesora de literatura en la Universidad de Siracusa y vive en Nueva YorK. Entre sus obras destacan The Art of memoir (2015), las memorias Lit y Cherry y poemarios como Sinners Wellcome (2006), Viper Rum (2001) o The Devil`s Tour (1993). El club de los mentirosos (1995) fue uno de los libros más vendidos durante un año entero según el New York Times y mejor libro del año para The New York Times Book Review. Ha ganado diversos premios como el Whiting Award, el Radcliffe's Bunting FellowshipKarr y dos premios Pushcart. Además, ha recibido una beca Guggenheim.