‘Matar un ruiseñor’, por Harper Lee
Una voz por megafonía anunciando la próxima estación me devuelve a la realidad. A mi alrededor, son mayoría los viajeros adormilados enganchados a sus móviles. La excepción: un hombre que con gesto crispado pasa enérgicamente las páginas de un periódico de ámbito nacional. También hay una mujer. Está sentada frente a mí. No sabría calcular su edad. Tiene estilo, diría incluso, que es realmente guapa. La gabardina doblada sobre sus rodillas. Sus largos dedos sujetando el libro en el que tiene fijada su mirada. Leo la cubierta: “Matar un ruiseñor”, premio Pulitzer. Mi memoria me dice que no lo he leído, pero en ese mismo instante decido que tengo que hacerlo.
Esa noche tengo un ejemplar en mis manos. Unas pocas páginas me bastan para saber que estoy ante un grandísimo libro. De golpe me encuentro en una época y lugar lejanos: años treinta-cuarenta en el sur de los Estados Unidos. Sin embargo, la historia y su problemática siguen siendo actuales. La inocencia de unos niños (bendita inocencia), la injusticia racial y las desigualdades sociales conforman el día a día del personaje principal, Atticus Finch, un padre cuyo único propósito es actuar de forma consecuente con los valores que quiere transmitir a sus hijos. ¡Encantado de conocerle Señor Atticus!
¡Qué delicia de libro! Aún busco a la mujer del metro para darle las gracias.
Comentario realizado por: Luis Carrera.
Harper Lee en la Biblioteca UPM