Philippe Claudel. La nieta del señor Lihn.

Portada del libro la nieta del señor Lihn

Philippe Claudel. La nieta del Señor Lihn. Salamandra, 2006.

Un anciano desembarca en un país cualquiera. Es un refugiado que ha tenido que huir de su aldea  a causa de la guerra y que lo ha perdido todo, menos a su nieta, un bebé llamado Sang Diu. El bebé es muy bueno, nunca llora, parece que quisiera ponerle las cosas fáciles a su abuelo. Él la cuida con todo su amor y jamás se separa de ella. Y le canta la nana que aprendió de su abuela:

La mañana siempre vuelve,
siempre vuelve con su luz,
siempre hay un nuevo día,
y un día serás madre tú.

El país al que llega le es totalmente ajeno, un mundo del que no se siente parte y del que no entiende nada, ni lengua , ni costumbres, ni comida.

Le dan asilo en un piso con otros refugiados y al cabo de unos días decide salir para que le de el aire, sobre todo por el bebé. Se sienta en un banco y al poco rato otro hombre, grueso y de su misma edad, se sienta a su lado y le empieza a hablar. El señor Lihn no entiende nada de lo que le cuenta pero se siente bien con sus palabras y es amable y mira a la niña con cariño.

Al segundo día se presentan: el señor Bark / el señor Taolai,  pues es lo que repite cortésmente el señor Lihn (buenos días en su lengua) y que su nuevo amigo interpreta que es su nombre.

Un afecto espontáneo surge entre estos dos solitarios (el señor Bark ha perdido a su mujer recientemente). Los dos hombres no se entienden pero se comprenden, entre ellos rápidamente se establece una relación y una amistad. Sus encuentros se hacen diarios hasta que un día al señor Lihn le trasladan a un centro nuevo y no puede acudir.

Narrada tranquilamente, de una forma muy tierna, sentimos como nuestro señor Lihn necesita agarrarse a sus raíces o a lo que queda de ellas, aferrado a una maleta ( con tierra de su pueblo, una foto gastada y ropa usada) y a su nieta (lo único que le queda de su familia). Ésto no le impide hacerse un nuevo amigo, llevado por la necesidad de querer y ser querido.

En una entrevista concedida a Europa Press, Claudel aseguró que la novela es “un canto universal” a la tolerancia y por ello ha preferido que los lugares queden “imprecisos” (no sabemos exactamente de donde viene el señor Linh ni tampoco a qué país llega).

Una historia que también toca sentimientos universales: la sensación del extranjero en tierra extraña, la soledad, la necesidad de supervivencia.

Philippe Claudel (Nancy, 1962) ha sido profesor en la Universidad de Nancy , donde impartió Antropología Cultural y Literatura y también es guionista de cine y televisión. En su tiempo libre también imparte clases a niños discapacitados y a presos. Sus novelas y libros han sido galardonados con varios premios. En 2008, se estrenó la primera película escrita y dirigida por él, Hace mucho que te quiero.

Otras novelas de este mismo autor reseñadas en No sólo técnica son: Almas grises (2005), Aromas (2013)

Obras de Philippe Claudel disponibles en la Biblioteca de la UPM.

2 comentarios

  • José Alejandro Martínez

    Hola. A mí me encantó Almas grises, que es el único de este autor que he leído. Tiene una soberbia ambientación en la época de la Primera Guerra Mundial en medio rural en el Norte de Francia. De El informe de Brodeck tengo también muy buenas referencias aunque no lo he leído. Saludos

  • Una razón más para leerme “Almas grises”. Un saludo. María.

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