Mantícora, de Carlos Vermut
Resulta difícil recomendar una película como esta, por la dura temática, por el ritmo lento, porque a veces no se entiende bien donde nos quiere llevar el director, si a empatizar o a odiar. Es una película fría, sin efectos especiales, sin alardes fotográficos, de esas que te van introduciendo poco a poco en el mundo de los personajes y sin darte cuenta te ha calado hasta los huesos.
Se estrenó en el pasado festival de Sitges porque algo de terrorífico hay en esta película, Sin escenas de sangre ni de vísceras asistimos al peor de los miedos, el que nos damos a nosotros mismos.
Muy sutil en todo momento, sin ninguna escena de violencia explícita, nos empuja a preguntarnos sobre la condición humana. Acertadísima la escena donde través de sus gafas de realidad virtual el protagonista ve qué tiene entre manos y el espectador solo ve el vacío, pero entiende que el horror está ahí.
Pues, aunque no sea fácil, yo recomiendo está extraordinaria película. Se la recomiendo a todos aquellos a los que les gusta el cine que no deja indiferente, el que te hace pensar, el cine que al salir de la sala te hace hablar durante horas sobre el tema y te deja impresa en la retina escenas que no se borrarán hasta días después.