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La utopía no tan perfecta de la ciudad de Brasilia

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Brasilia, la actual capital de Brasil, es uno de los grandes exponentes de los modelos urbanísticos del siglo XX. Su planificación y diseño comenzó como la materialización del sueño del presidente Juscelino Kubitschek, que quería trasladar la capital al interior del país para así ayudar a poblar las regiones de esta zona mediante el traslado de la administración pública y con ello miles de empleos y oportunidades para la población del interior, la cual se encontraba peligrosamente despoblada. Los encargados de dicho trabajo fueron el urbanista Lucio Costa y el arquitecto Óscar Niemeyer que propusieron la creación de una ciudad planificada, equilibrada y utópica con su proyecto del Plano Piloto de Brasilia. El proyecto comenzó en 1956 y tras 41 meses de trabajo, en 1960 Brasilia se convirtió en capital oficial de Brasil.

El diseño del Plano Piloto de Costa en dos ejes principales en forma de cruz se asemeja a la geometría de un avión y a la empleada en la antigüedad en los campamentos romanos. Se organizo así el eje principal, también llamado eje monumental (lo que se correspondería al fuselaje del avión) para alojar los edificios emblemáticos y administrativos y el eje transversal o residencial (las alas del avión) destinado a fines residenciales, se proyectó de forma sectorizada en pequeñas comunidades o super cuadras con grandes y despejadas zonas verdes entre ellas como forma de separación.

Super cuadras en Asa Sur Brasilia

Originariamente la ciudad se planeó como una ciudad para el automóvil, donde había unos barrios destinados para vivir y otros distintos para trabajar oponiéndose así a los sistemas no planificados de las grandes ciudades existentes de la época donde ambas funciones se mezclaban en todos los barrios. Teniendo en cuenta esto, el vehículo o los medios de transporte se convierten en algo obligatorio en la vida de cualquier ciudadano que tenga que trasladarse a cualquier sitio de la ciudad, generando muchas dificultades para el peatón y una gran dependencia del vehículo a motor.

Otro de los grandes problemas que surgieron en la ciudad con el paso de los años fue su gran crecimiento demográfico, el cual generó una superpoblación, sobre todo en su área metropolitana. La ciudad inicialmente fue proyectada para albergar alrededor de 500.000 habitantes, una cifra que difiere mucho de la actual, que cuenta con más de dos millones y medio de habitantes repartidos en la zona piloto con más de 600.000 y las ciudades satélites con más de dos millones de habitantes.

Archivo:Vista aérea da Asa Sul em direção ao Lago Sul.jpg - Wikipedia, la  enciclopedia libre

Área metropolitana de Brasilia

Estas ciudades satélites surgieron desde el principio, construidas de forma espontánea y rápida al comienzo de la construcción de la ciudad, que requirió de gran cantidad de mano de obra proveniente de otras regiones del país, y después para poder alojar a las clases bajas que dan servicio a todo el funcionariado de la capital.

Esto ha provocado que la gran imagen que hubo en su día de una ciudad como Brasilia, nueva, próspera y totalmente planificada se haya visto empañada por causa de la desorganización y el mal planteamiento que hubo en referencia al crecimiento poblacional que experimento la metrópoli, donde en torno a ella encontramos núcleos urbanos que a menudo no cuentan ni con calles asfaltadas o sistemas de saneamiento y que poseen una población cuatro veces mayor que la de la propia ciudad.

En resumen y como opinión personal, creo que la idea de la megalópolis utópica de Brasilia fue un proyecto atrevido y ambicioso, que supuso un hito histórico en la historia del urbanismo con el que se creó una ciudad en menos de tres años y medio partiendo de la nada, pero que se enfrentara en los años venideros a dos grandes problemas por la mala planificación con visión de futuro que hubo en su diseño.

El primero de los problemas será la mala accesibilidad que hay para el peatón y la constante necesidad de moverse mediante el vehículo o el transporte público para casi cualquier desplazamiento, teniendo en cuenta la actual situación en cuanto a las limitaciones y prohibiciones del tráfico en otras grandes ciudades del mundo, este puede suponer un problema que requiera de una inminente solución la cual podría llegar a variar la dinámica de vida de la ciudad. Y, por último, el gran problema que sufre de crecimiento demográfico en las ciudades satélites alrededor de la ciudad, actualmente hay 29 ciudades satélites que cuentan con una población cuatro veces superior a la del plano piloto y que en muchas zonas no cuentan con redes de abastecimiento y saneamiento o carreteras y siguen creciendo de forma desordenada y sin control, creando núcleos poblacionales caóticos y cada vez mayores y más difíciles de controlar y gestionar en un futuro.

IÑIGO RODRIGUEZ CARRACEDO

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