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UNA SEGUNDA VIDA PARA ESTRUCTURAS ABANDONADAS

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En este post se va a hablar de una práctica debería contemplarse más a menudo, la reutilización de estructuras abandonadas.

Una de las tendencias que ha surgido en los últimos años y que va ganando fuerza, es la cultura del reciclaje, la reutilización, regeneración de materiales, recursos y edificaciones. La reutilización de edificios se presenta como una respuesta al abandono y desuso que dejan los elementos urbanos a merced del vandalismo, el hacinamiento y el deterioro.

La cita que mejor representa esta tendencia dice: “Nada se demuele, todo se puede (y se debe) transformar” (Durot, Lacaton y Vassal.)

La reutilización de edificios se presenta en muchos casos como una alternativa viable y prometedora que permite reducir la inversión y en muchos casos reporta beneficios económicos. Aunque no es siempre posible, pero si deseable.

Hay muchos términos que van ligados a la conservación y recuperación de estructuras abandonadas (recuperación, reutilización, rehabilitación, reparación y restauración), cada una con un nivel distinto de actuación. No todos los edificios o infraestructuras necesitan el mismo grado de actuación para “devolverles la vida”. Puede ir desde la rehabilitación de una fachada a la conversión de un depósito de agua en biblioteca (Albacete) o Matadero (Madrid) reutilizado con diversos fines sociales.

Matadero Madrid | Turismo Madrid

Las razones para reutilizar son muchas. Está relacionada con el desarrollo sostenible y este a su vez con la cultura ya que al conservar un edificio se está proporcionando un legado histórico y cultural que son a su vez lecciones de nuestro presente y pasado para las generaciones futuras.

Además, una mayor integración paisajística puede conseguirse mediante la reutilización de elementos en desuso y se evitan las inversiones periódicas necesarias para retirar escombros, y el deterioro del aspecto de la ciudad.

Con la reutilización de un edifico mejora la imagen de la marca o empresa que se instala en él, pudiendo llegar a convertirse en su imagen. Un gran ejemplo de esto es Budapest, donde se reutilizan gran cantidad de edificios abandonados para erigir sus famosos Ruin Pubs, marcas como Szimpla o Instant se han convertido en emblemas de la ciudad y verdaderos focos de atracción turística.
Otra ventaja es la menor inversión, tanto económica como de tiempo, ya que son necesarios menos materiales y energía y es susceptible de recibir ayudas. Aunque puede requerirse mayor mano de obra, pero es mejor invertir en esto y generar empleo.

Es cierto que también hay muchos problemas, a pesar de las indudables ventajas que presenta. Muchos edificios abandonados plantean problemas de propiedad, es difícil localizar a los dueños o estos no quieren vender o alquilar. Por lo que la elaboración por parte de las comunidades de un inventario de todos los edificios reutilizables ayudaría a resolver este problema.

Los edificios abandonados en muchos casos se construyeron en una época en la que los requerimientos legales eran distintos o menos restringidos, de manera que hay que adaptar estos edificios a la normativa vigente.

Otro aspecto a tener en cuenta es que es más difícil adaptarse a una estructura ya existente y en una localización ya fijada (que puede no ser la más adecuada), frente a la completa libertad de diseñar desde cero.

Para que un edifico pueda ser reutilizado es necesario que exista un ofertante y demandante. Los ofertantes deben ofertar dicho edificio, de ellos puede partir la iniciativa de la reutilización ofreciendo su edificio o buscando compradores interesado. Los demandantes también pueden llevar la iniciativa buscando en la localización que deseen los edificios que puedan resultarle útiles y poniéndose en contacto con los dueños.

Hoy en día la situación es distinta, en la mayoría de los casos esta posibilidad ni siquiera se contempla, ni por unos ni por otros, por ignorancia, desidia o comodidad.

En algunos casos oferentes y demandantes coinciden, y es triste ver que cuando se plantea una actividad que requiere una edificación, realizan una nueva construcción aun poseyendo un edificio que podrían reutilizar. Esta situación es frecuente entre las Administraciones públicas que no son conscientes de los recursos que poseen.

En este contexto es mucho lo que se puede hacer desde las administraciones, dando ejemplo con sus propios edificios y con ayudas para incentivar esta práctica.

Un ejemplo claro de la mala administración de recursos es el de los pabellones de la Expo del 92 de Sevilla. Esta fue concebida como un Exposición Universal que readaptaba infraestructuras utilizadas, pero no se pensó en uso para todos los espacios y solo se conservan 32 de los 102 pabellones que hubo. Algunos han sido reutilizados por empresas y por la administración, pero otros que en su momento albergaron alguna actividad están ahora en desuso y deterioro incluso siendo Bien de Interés Cultural.

Abandoned site, Seville, Expo 92 - La Isla de La Cartuja, … | Flickr

En cambio, un buen ejemplo de reutilización es el del tanque de tormentas de la Alameda de Hércules (Sevilla) cuyo vaso contenedor es el antiguo recinto de una estación de metro que se ejecutó en los años 70 y no fue finalizada.

La estación iba a ser cegada por 2 millones de €, pero EMASESA, apostó por negociar con la Gerencia de Urbanismo la cesión de esta infraestructura para su reconversión. Su construcción de nueva factura habría costado 4 millones, por lo que el aprovechamiento de la boca de metro supuso un ahorro de 2 millones de € y ha permitido poner en valor una infraestructura en desuso.

La intervención de estructuras en desuso, no es una práctica nueva, pero tampoco es una que haya sido promovida. Es una alternativa ante la creciente crisis territorial a la que nos enfrentamos año tras año.

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