La carretera del Atlántico (‘Atlanterhavsveien’, en noruego) localizada en la costa oeste del país va saltando de isla en isla en un recorrido fantástico a través de puentes que se retuercen sobre el mar en escorzos imposibles.
Al parecer, la idea de construir una carretera que uniera las poblaciones de Molde y Averoy data de finales del siglo XIX, ya que la escarpada costa noruega hacía muy difíciles las comunicaciones que no fueran en barco.
La ruta se propuso originalmente como una línea de ferrocarril en 1909 con la idea de conectar la isla Averoy con el continente, pero el gobierno noruego de la época abandonó la idea en el año 1935, debido a la dificultad que ello conllevaba y a que el coche empezaba a ser más accesible y ya se estaba convirtiendo en un medio de transporte común.
Por todo ello, su construcción no se llevó a cabo hasta agosto de 1983 y estuvo marcada por la lucha contra los elementos. Durante los seis años que duraron las obras se registraron hasta 12 tormentas extremadamente violentas con categoría de huracán, típicas de la zona, que destruyeron lo que había construido hasta el momento. Finalmente, esta joya de la ingeniería civil fue inaugurada en 1989.
Foto 1. Trazado carretera del Atlántico (Fuente: https://carreteraspeligrosas.com/carretera-del-atlantico/)
Son poco más de ocho kilómetros de recorrido los que forman parte de la carretera estatal 64 del país escandinavo. La ruta discurre entre pequeños islotes que se comunican mediante un total de 8 puentes que permiten que el camino recorra las islas en el mar como una serpiente.
El más conocido es el Puente Storseisundet, por ser el más largo e icónico de todos ellos, este puente está construido siguiendo un trazado curvo con una pendiente espeluznante que lo convierte casi en una obra de arte. Por si fuera poco, su altura se eleva hasta los 23 metros, para permitir que los barcos puedan circular por debajo incluso en épocas de marea alta.
Y por si los 8 kilómetros de carretera no fueran suficiente atractivo, desde 2009, la carretera del Atlántico continúa desde Averoy hasta Kristiansund mediante un túnel de peaje, conocido como túnel del Atlántico (‘Atlanterhavstunnelen’, en noruego), de 6 kilómetros de longitud y que con sus 250 metros por debajo del nivel del mar es uno de los túneles más profundos del planeta.
En cuanto al presupuesto económico que supuso la obra costó 122 millones de coronas noruegas (NOK), de las cuales el 25% se financió con peajes y el resto con subvenciones públicas. Los peajes debían durar 15 años, pero al cabo de una década, se terminó de pagar la carretera y se retiraron.
La importancia de esta carretera reside por un lado en que constituye una vía de comunicación que conecta las poblaciones de Molde y Averoy, los dos principales núcleos urbanos de la región de Nordmore, y además gracias a su construcción las islas por las que pasa se encuentran parcialmente habitadas y conectadas entre sí por carreteras, viaductos y puentes que atraviesan los páramos y bahías noruegos.
Por otro lado, la carretera del Atlántico no sólo supone una mejora para el transporte (destacando la importancia en el transporte de mercancías para la industria pesquera), sino que también supone un espectacular viaje por carretera, gracias a la combinación de la ingeniería moderna y el espectacular entorno natural.
Tal es la importancia de esta carretera que los noruegos la eligieron en 2005 como la “construcción del siglo” en su país. Además, en 2006 el periódico británico The Guardian la seleccionó como el mejor viaje en carretera del mundo.
Foto 2: La carretera en un día de temporal (Fuente: https://www.diariomotor.com/2010/08/04/la-carretera-del-atlantico-en-noruega/)
De hecho, al encontrarse a muy pocos metros por encima del nivel del océano Atlántico ante un temporal adverso las olas rompen en la carretera. Por esta razón, la carretera fue incluida recientemente en el listado de las carreteras más peligrosas de Europa.
Desde el punto de vista turístico esta carretera considerada patrimonio cultural es el segundo destino turístico más visitado en Noruega.
Los turistas que la visitan cuando hace buen tiempo pueden disfrutar de las vistas características al encontrarse en la zona de los fiordos occidentales, donde es frecuente que en determinadas épocas del año lleguen a verse focas e incluso ballenas.
Aunque muchos turistas prefieren recorrerla en época otoñal con la esperanza de poder experimentar las tormentas que la embisten, las cuáles constituyen un fenómeno impresionante, aunque el viento puede alcanzar velocidades realmente peligrosas.
Esta obra de la ingeniería además se ha convertido en un lugar popular para la industria del automóvil para filmar anuncios; más de diez fabricantes han hecho anuncios de televisión a lo largo de la ruta, a menudo representando las inclemencias del tiempo.
Sheila Gómez Hernández