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La isla de Tabarca

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La isla de Tabarca, Nueva Tabarca o Plana, es una isla situada en el mar Mediterráneo, a unas 4 millas náuticas del puerto de Santa Pola y 12 del de Alicante. Es una isla que administrativamente está considerada como partida rural de Alicante. Sus dimensiones son de 450 metros de anchura máxima por 1800 metros de longitud, estando su punto más alto a 15 metros sobre el nivel del mar.

 

La historia actual de la isla comienza en 1768 cuando, tras la liberación de setenta y nueve familias de la isla de Tabarka (situada 300 metros de las costas tunecinas) de la esclavitud del régimen local, son llevadas a la isla para que desarrollen ahí su vida. Se construyó una casa por casa familia, además de una muralla y demás elementos de protección. Tabarca estaba en inicio defendida por el ejercito español, pero en el 1854 se retiraron las tropas militares permanentes de la isla. A partir de la segunda mitad del siglo XX es cuando el turismo cobra todo el protagonismo y se abandona la pesca como principal actividad económica.

 

Tabarca fue reconocida en 1964 como Conjunto Histórico – Artístico y posteriormente como Bien de Interés Cultural debido a diferentes factores, como son la geología, biología, historia, urbanismo y gastronomía.

La población ha descendido muy notablemente, contando con casi 2000 habitantes en 1780 hasta llegar a los 57 que residen actualmente. La economía se basa prácticamente al 100% en el turismo en la actualidad, llegando a captar alrededor de 10000 turistas en los días más concurridos del verano. La isla se divide en dos partes, una urbanizada y la otra no, ya que es zona de especial importancia para las aves y reserva natural. En la parte urbanizada destaca la gran plaza central, vertebrando la estructura de las calles en dos ejes, uno Este-Oeste y otro Norte-Sur, a partir de los cuales se desarrollan las demás calles siguiendo un entramado ortogonal paralelas a estos ejes. El transporte se realiza principalmente por barco, salvo casos de urgencia, en los cuales puede llegar un helicóptero a la isla utilizando como helipuerto el campo de fútbol sala. El servicio de transporte regular es cubierto por varias empresas privadas de catamaranes de gran capacidad (a un precio de unos 15€ por pasajero) con unos horarios que dependen totalmente del turismo, además de algunas lanchas neumáticas rápidas, también privadas, que dan mayor flexibilidad pero a un mayor precio. La isla se encuentra en el centro de las 1400 hectáreas protegidas por la reserva marina. La función de esta reserva es preservar la flora así como la fauna.

Los servicios médicos que se ofrecen son muy escasos; en verano reside un médico además del puesto de la cruz roja que atiende en la playa. En invierno la atención pasa a darse de forma telemática. Para cualquier urgencia o especialidad médica los isleños tienen que desplazarse hasta Elche (a 40 minutos de recorrido) o Alicante (a 1 hora). Los servicios de seguridad se ven cubiertos por la policía local de Alicante, además de los guardias de la reserva y patrullas marinas de la guardia civil. Tabarca no dispone de colegio, por lo que los estudiantes han de desplazarse hasta Santa Pola. La gestión de residuos sólidos urbanos se realiza transportándolos en un barco diariamente a Santa Pola (donde son tratados en una planta). A su vez, las aguas residuales se tratan mediante un filtrado por tamizado y un tratamiento secundario de depuración biológica por fangos activos, y a continuación expulsa el producto resultante a 400 metros de la costa a través de una tubería.

Tabarca ha sido uno de los principales focos de crítica de los habitantes en la ciudad de Alicante. La pobre oferta de transporte, así como su precio y los servicios mínimos públicos han sido un reclamo histórico por los habitantes de la isla. Cabe destacar las críticas a la construcción de 19 bungalows en la parte del suroeste de la isla, de aspecto moderno, totalmente fuera de la tradición arquitectónica de la isla; 6 de ellos fueron declarados ilegales en el 2003 por lo que las casas fueron demolidas en 2016.

 

Las obras de modernización más importantes han sido las de rehabilitación de la muralla (comenzadas en 1980 y continuadas hasta la actualidad) y de la iglesia, que ha podido reabrir sus puertas en 2016 tras 13 años. En 2017 se aprobó otra importante obra, la construcción de una serie de bombas y tuberías a través de las cuales se puede transportar las aguas residuales de la isla hasta la ciudad de Santa Pola, de cara a tratar los residuos correctamente en la estación de aguas residuales de dicha ciudad.

 

El masivo turismo que recibe cada día de verano la isla es en mi opinión un grave problema que sufre, haciendo temas como la gestión de residuos sean muy complicados de llevar a cabo; la pobre conciencia ambiental de los turistas hace que un entorno natural precioso pueda convertirse en un basurero que perjudique enormemente la vida de las especies protegidas. Los deficientes servicios de transporte, médicos o educativos, hacen de la isla un lugar en el que desarrollar una vida con normalidad sea complicado. Obras como la ampliación y mejora del puerto actual serían de gran ayuda para los residentes, y monetizar los atraques en el mismo sería una buena medida compensatoria para la reserva marina. La construcción de los bungalows es en mi opinión una aberración para el paisaje; su estilo modernista esta completamente apartada de la estética típica de las viviendas de la isla.

Las conclusiones que he podido sacar realizando este estudio es que la mala gestión de turismo, así como la concesión indiscriminada de licencias de obra, pueden llevar a la degradación de entornos protegidos.

Javier Abad

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