Laura Martín Ros. Estudiante en ETSI Caminos, Canales y Puertos. UPM.
En el municipio de Guardamar del Segura (Alicante), existe una playa llamada Playa Babilonia, la cual se caracteriza por la presencia en sus arenas de las Casas de Babilonia, pequeños chalets situados a pie de playa.
Estas edificaciones se proyectaron a principios del siglo XX con la intención de servir de barrera al pueblo del transporte eólico de las dunas y en los años 50 se cedió a varios ciudadanos la concesión administrativa de las viviendas, construidas por la administración pública. El problema es que la presencia de estas construcciones en el perfil de la playa ha provocado, con el paso de los años, la desaparición de las dunas en esa zona, impidiendo que el sistema de arenas se regenere de forma natural.
Además, la reforma del espigón de la desembocadura del río Segura entre 1991 y 2012 (Foto 1) modificó la dinámica litoral de la zona provocando la pérdida de arenas en la playa colindante, Platja dels Vivers y, por consiguiente, la Playa Babilonia que se encuentra a continuación de esta última. Dicha intervención se llevó a cabo sin Estudio de Impacto Ambiental.
Foto 1. Ortofotos del espigón. A) Espigón original (1980). B) Modificación del espigón (2012). (Fuente: IGN)”.
El deterioro de la Playa Babilonia ha llegado hasta unos niveles en los que el Ayuntamiento de Guardamar se ha visto obligado a cerrar la playa al público en varias ocasiones ya que la zona presenta riesgo para la salud humana pues el agua llega hasta las casas, muchas de las cuales, se encuentran en un estado deplorable y esto es debido a la misma Ley de Costas. Dicha ley permitía a los dueños de la concesión usar las viviendas hasta 2018 pero tenían prohibido hacer reparaciones en ellas, al encontrarse a menos de 100 m de la ribera del mar como dicta actualmente la ley. Con lo cual, hasta finalizar la concesión, las viviendas no podían derruirse, pero tampoco repararse, lo que ha llevado al estado peligroso en el que se encuentran.
Tenemos aquí un claro ejemplo de dos malas actuaciones. En primer lugar, las Casas de Babilonia nunca debieron construirse tan cerca de la costa pues afecta negativamente al sistema dinámico de la playa, y, en segundo lugar, debió haberse hecho una investigación correcta y detallada sobre la batimetría, sedimentología y propagación del oleaje en dicha zona antes de construir un espigón que protegiese el puerto cercano. Esta intervención, orientada al lado contrario del que debería, unido a los temporales que sufre esta área periódicamente, ha contribuido aún más a la destrucción del sistema dunar, imprescindible para el sistema litoral.
Debido a la mala praxis, la Playa Babilonia se encuentra actualmente en un avanzado estado de degradación y cada año presenta menos arena haciendo imposible el turismo en esa zona.
Foto 2. Estado actual de la playa y las Casas de Babilonia. (Fuente: elaboración propia)
Llegados a este punto, la pregunta que muchos se plantean es: ¿por qué no se derriban las casas si actualmente no cumplen la Ley de Costas? Parece lógico pensar que la solución para esta playa pasa por esta medida. Por supuesto, necesitaría otras, como la regeneración artificial, ya que actualmente no presenta apenas arena, así como la modificación del espigón para impedir que se repita la misma situación. El problema se encontraba en su concesión.
La concesión administrativa de estas edificaciones permitía a particulares su uso como vivienda hasta 2018, tras lo cual debían revertirse al Estado. Seis meses antes de que la concesión venciera en junio de 2018, la Asociación de Vecinos solicitó una prórroga que les ha sido denegada. Costas ha rechazado la prórroga por los daños que presentan las edificaciones tras los temporales marinos y basa su decisión en que el estado actual de las mismas impide el disfrute y uso público de la playa en condiciones de seguridad y salubridad, para el común de la ciudadanía, afectando negativamente al turismo y, por ende, al interés general.
A su vez, la Asociación de Vecinos defiende que la mala situación de la playa no es debida a la presencia de las casas sino a la reforma del espigón de casi 500 metros construido sin declaración de impacto ambiental. Es por ello que han recurrido la decisión de Costas en la Audiencia Nacional.
La solución, por tanto, no parece tan sencilla como cabría esperar de primeras, ya que intervienen distintos intereses (del Estado y de particulares) y todo el proceso judicial retrasa la posible intervención que ayude a recuperar el estado original que presentaba, un siglo atrás, la Playa Babilonia.