Autor: Rodrigo del Pozo Beamud

Contacto: rodrigo.delpozo@alumnos.upm.es          

Introducción

En aplicación de los principios de sostenibilidad social, económica y ambiental, la “renaturalización” supone la restauración de los ecosistemas de tal manera que puedan desempeñar funciones como regular el clima, reducir la contaminación y el riesgo de inundaciones y, finalmente, mejorar la salud de los ciudadanos.

Aquí adquieren capital importancia los proyectos de diseño e implementación de “infraestructura verde”, con aplicación de soluciones basadas en la propia naturaleza, económicas y duraderas, evitando así construir infraestructuras costosas.

El objetivo sería la implementación de servicios ambientales eficientes que contribuyan a proteger la salud, ahorrar energía, luchar contra el cambio climático, y mejorar la calidad del aire y el agua, en definitiva, favorecer las condiciones ambientales y con ello la calidad de vida de los ciudadanos.

Objetivos de los Proyectos de Renaturalización

Se trataría de crear zonas de alto valor ecológico, con bajo mantenimiento y que sean reservas de biodiversidad, con lo efectos positivos de:

• Minimizar el efecto isla de calor
• Mejorar la calidad del aire: la vegetación actúa como filtro, reduciendo contaminantes atmosféricos, y pulmón, aportando oxígeno y fijando CO2
• Mejorar la salud de la ciudadanía, planificando el uso de especies vegetales adecuadas y evitando las especies alérgenas o perjudiciales.
• Captación de contaminantes 
• Creación de zonas sombra, reguladoras de las condiciones climáticas. 
• Mejora de la biodiversidad
• Acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros

Consiguiendo con ello la mejora de la salud, más espacios de cercanía a la naturaleza y mayor cohesión social; en definitiva, espacios al servicio de la ciudad y los ciudadanos.

Condiciones de diseño

En cuanto a las condiciones de diseño, se debería tener como premisa la sostenibilidad, buscando minimizar el aporte de agua de riego y el mantenimiento imprescindible.

Para ello, se podría plantear en los proyectos de renaturalización de los espacios urbanos la plantación de especies autóctonas, praderas naturales sostenibles de bajo consumo hídrico, pavimentos drenantes, tanque de tormentas para utilización de aguas pluviales para riego, matorrales y zonas de refugio de fauna silvestre, previsión de anidamiento de aves insectívoras y/o murciélagos, cajas nido, soluciones contra plagas, etc.

Así mismo, se debería tener en cuenta la visibilidad y vigilancia de espacios: altura de cruces de árboles superior a la altura de la vista (1,75 m.), altura de setos y matorrales no superior a 0,75 m. (perspectiva de género), etc.

En definitiva, se trataría de proyectar espacios públicos seguros y saludables, que fomenten la potenciación de las actividades al aire libre y las relaciones entre las personas

En este artículo se pretende reflexionar sobre ello, apoyándonos en una actuación de intervención urbanística que podríamos considerar como ejemplo de buenas prácticas.

Espacio Ágora del Campus de Cuenca de la Universidad de Castilla-la Mancha

En el Campus de Cuenca de la Universidad de Castilla-La Mancha se están ejecutando las obras de Acondicionamiento del Espació Ágora, cuya primera fase se encuentra ya finalizada.

Se trataba de un espacio degradado en el que se ha intervenido con objeto de su recuperación como zona de esparcimiento para el Campus.

Su privilegiada ubicación dentro del Campus le otorga un gran potencial de uso debido al elevado número de alumnos que se mueven por la zona.

La intervención ha consistido en la realización de las obras necesarias para la creación de dos zonas diferenciadas, comunicadas entre sí por una rampa que salva el desnivel existente.

En la plataforma norte (objeto de la primera fase ya ejecutada) se ubica, aprovechando el talud existente y manteniendo su topografía, un pequeño anfiteatro al aire libre, que dispone de una plataforma-escenario a cota suelo. El conjunto se asienta sobre una pradera natural.

Imagen 1: Detalle de la grada de madera.

Su objetivo es acoger eventos varios como conciertos, clases magistrales al aire libre, etc.

Es de destacar la reducción al mínimo de los movimientos de tierra, la formación de pradera natural por hidrosiembra, mediante una mezcla de herbáceas adecuada al clima mediterráneo continental, la ejecución de red de riego a base de aspersores, difusores y tubería con gotero para riego subterráneo, con programación automática diseñada para reducir al máximo el consumo de agua.

También nos llama la atención la utilización de pavimentos permeables que reducen el riesgo de inundaciones, o la utilización de adoquines de hormigón colocados sin amorterar, con junta verde.

Se trata de un pavimento drenante con junta abierta, de ancho variable, que se llena con un sustrato de arena y tierra vegetal para favorecer el crecimiento del césped.

Para las juntas se utilizan separadores biodegradables que fijan la posición del pavimento, aportando estabilidad.

Imagen 2: Pavimento de adoquín con junta verde.

Así mismo, es de destacar el empleo de materiales de proximidad: madera de pino laricio de los bosques de Cuenca en el graderío, en la plataforma-escenario y en el mobiliario urbano.

Conclusión

Es posible, y además necesario, que las actuaciones a realizar por los profesionales con competencias en la gestión y transformación del territorio, y de su patrimonio natural y cultural, se impliquen y asuman criterios medioambientales de diseño; todo ello a fin de conseguir espacios respetuosos con la naturaleza, amigables y saludables, para el ocio y recreo del ciudadano.

Fuentes: Guía Divulgativa de la Infraestructura Verde Municipal de la FEMP