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CICLO INTEGRAL DEL AGUA EN LA ISLA DE LA GRACIOSA

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Autor: Eduardo Fernández González

La Graciosa es una isla del Archipiélago canario sita en la reserva marina más grande de Europa. En 1860 se instala una factoría de salazón de pescado en la isla y es entonces cuando surge el pueblo pesquero “Caleta del Sebo”. Además de la industria pesquera, su economía en la actualidad se basa en actividades vinculadas con el sector turístico.

El viernes 2 de junio de 1995 el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación publica en el BOE la orden del 19 de mayo por la que se establece una reserva marina en el entorno de la Isla de la Graciosa y de los islotes del norte de Lanzarote: “El área marina que rodea los islotes y roques situados al norte de Lanzarote, constituye, por sus condiciones excepcionales, un hábitat con abundancia de especies de peces y de otros grupos, algunas de ellas raras e incluso inexistentes en el resto del archipiélago, como se desprende de los estudios de carácter científico realizados hasta el momento en Canarias sobre reservas marinas en agua del archipiélago”.

El término islote está definido por la RAE como una isla pequeña despoblada o como un peñasco muy grande rodeado de mar. En 2013, un graciosero, propuso el cambio de la denominación de La Graciosa, para poder obtener los servicios sociales que no se conceden a los islotes. Finalmente, el 26 de junio de 2018, el Senado aprobó la moción por la que se declara a La Graciosa como la octava isla canaria habitada. 

El aumento de la población, que asciende a unos 700 habitantes, y del gran número de turistas en determinadas épocas del año, hace que la isla albergue en muchas ocasiones poco más de 2000 personas. La gestión del ciclo integral del agua para poblaciones de estas dimensiones debe adaptarse y amoldarse a esta situación. 

El sistema actual de abastecimiento de La Graciosa depende de Lanzarote. A través de desaladoras con procesos de ósmosis inversa situadas en Lanzarote se potabiliza el agua que se distribuye por medio de unas tuberías submarinas hasta La Graciosa. El flujo de agua no es constante a lo largo del día, sólo en una franja determinada, por lo que todas las casas de La Graciosa disponen de un pequeño depósito para el almacenamiento de agua y así poder abastecerse en las horas en las que no distribuyen agua desde Lanzarote. En agosto de 2019 la tubería submarina sufrió un daño, dejando a la isla sin suministro de agua. Esto supuso que, durante las reparaciones, que se llevaron a cabo en época de máxima afluencia turística, los habitantes de La Graciosa tuvieran que compartir sus reservas privadas de agua con el sector servicios. Las islas Canarias son pioneras en la instalación de desaladoras y son pocas las iniciativas existentes para la construcción de una en La Graciosa. De manera esporádica, se destina financiación al estudio y viabilidad, pero la mejora en cuanto a abastecimiento sigue sin llegar.

Foto 1. Mapa del sistema de abastecimiento de Lanzarote y la conexión con la isla de la Graciosa (Fuente: Canal Gestión Lanzarote).

El sistema de saneamiento actual consiste en dotar de un pozo negro a cada vivienda de la isla. Cuando estos depósitos se llenan, se traslada a la isla, a través de barco, un camión cisterna para la retirada de fangos. Aun así, este sistema produce numerosas filtraciones de contaminantes directamente al suelo sobre todo por la antigüedad de las instalaciones. En el año 2016, se aprobó por vía urgente el proyecto de creación de un sistema de depuración propio de la isla. A día de hoy, el proyecto no ha concluido, ni espera hacerlo en los próximos meses. La planificación sobre la isla para la ubicación de viviendas, la nula segregación entre viviendas habituales y de uso turístico, son indicios de la mala planificación territorial de la isla, por lo que no parece raro que implantar un simple sistema de depuración cueste tanto tiempo. El lugar donde se ha instalado la depuradora es Llanos de la Mareta, a unos 2 kilómetros de la Caleta del Sebo. La distancia requiere de un sistema de bombeo para trasladar las aguas residuales de la población hasta la depuradora. Todavía esta conexión, cinco años después, sigue sin estar disponible, y la contaminación del actual sistema de saneamiento sigue siendo constante.

Foto 2: Mapa de la isla de La Graciosa con la zona donde se sitúa la nueva depuradora marcada (Fuente: Organismo Autónomo Parques Nacionales).

Debido a las condiciones ambientales de la isla y el gran potencial que tiene, sería muy interesante implantar un sistema integral del ciclo del agua totalmente sostenible. El proceso consistiría en un sistema de captación de agua poco invasivo, una desaladora de ósmosis inversa que funcionase mediante energía renovable, un sistema de depuración lo más natural posible y un proceso de regeneración del agua para su uso en cultivos. De esta forma se demostraría cómo una buena gestión y planificación de los recursos hídricos para el abastecimiento y saneamiento, en islas de pequeño tamaño y con características climáticas semejantes, es posible. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el número 6, hablan de garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos. No es que a día de hoy el sistema sea nulo, pero al tratarse de una isla que pertenece a un país pionero en sistemas de desalación y cuyos avances en cuanto a depuración son reconocidos a nivel mundial, llama la atención encontrar espacios tan valiosos que no han podido avanzar tecnológicamente en cuanto a estos procesos. Es claramente un reto que deberíamos estar dispuestos a aceptar como país.

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