En este artículo se va a tratar de plasmar el impacto que tuvo, y sigue teniendo en la actualidad, la construcción del pantano de Benínar, situado en la provincia de Almería.

La presa fue construida en el año 1983, y este es el primer punto de controversia en este artículo. Dada la localización de dicho pantano, se tuvo que inundar el ya olvidado pueblo de Benínar, lo que obligó a las familias del lugar a dejar sus casas. Este primer punto a tratar no será criticado en gran medida. Esto se debe a que esta práctica es común, y en muchos casos necesaria. Puede ser que en ciertas ocasiones haya provocado grandes problemas, pero dado que la construcción de un embalse viene destinada a ayudar a un gran número de personas puede estar justificado. El sacrificio de unos pocos por la ayuda de muchos.

El segundo tema a tratar serán los problemas prácticos que, después de 35 años, siguen apareciendo en la actualidad. Dichos problemas son las filtraciones. Previamente a su construcción, los ingenieros encargados del proyecto advirtieron de estos problemas. Además de los corrimientos de tierra que había en la zona, el terreno sobre el cual se construyó era muy permeable. La decisión de su construcción fue meramente política, por lo que cuando se advirtieron de estos problemas no se les hizo el mayor caso, y por lo tanto se decidió seguir adelante con la obra. La magnitud de este problema ha sido tal, que en el año 2008 se decidió realizar un costoso estudio para tratar de solucionar el problema. El resultado fue que se realizaron unas pantallas de impermeabilización, que paliaron el problema, pero se quedaron muy lejos de solucionarlo.

El tercer y último problema para la crítica es el motivo y las dimensiones que tiene dicha presa. El embalse se concibió para recibir los trasvases de otro río en la región. Concretamente de los ríos Grande, de Adra, y del trasvase Trévelez-Cadiar-Adra. Puede que el problema de las filtraciones fuese el motivo por el cual el embalse nunca llegase a recibir dichos trasvases, o puede ser por diversos motivos políticos, el resultado final es que nunca se realizaron dichos trasvases. Con esto se dejó un embalse completamente sobredimensionado, que opera en unos niveles mínimos. La repercusión de tener un embalse muy sobredimensionado no es simplemente económica. Es necesario evaluar también la repercusión ambiental que puede tener en el medio y la barrera natural que supone para las especies. La construcción de una presa se trata de una interacción con el medio, por tanto, hay que tener en cuenta el impacto ambiental que puede llegar a ocasionar. Un ejemplo claro de esto son las presas en china. Cumplen técnicamente sus funciones desde un punto de vista ingenieril, generan una inmensa cantidad de energía gracias a su gran salto y pueden abastecer grandes poblaciones, pero no están nada aclimatadas al medio. Frecuentemente destruyen el ecosistema de la zona y causan un impacto ambiental que difícilmente se puede paliar, además de causar estragos a las poblaciones de la zona. En resumen, se trata del ejemplo a todo lo opuesto al respeto por el medio natural.

Realizando pues una visión de conjunto en todo lo anteriormente expuesto procederemos a sacar las conclusiones del presente artículo, lo cual era el objeto inicial. Los problemas de la construcción de la presa fueron a grandes rasgos tres: la inundación de un pueblo, las grandes filtraciones que tiene la cerrada y el motivo de su construcción. El hecho de haber seguido adelante en la construcción fue una decisión meramente política. Se han visto casos similares en los que se han tenido que abandonar las construcciones por esta razón. El problema de la zona es claramente la escasez de agua. El hecho de que por culpa de malas decisiones hace 35 años se sigan teniendo problemas en la actualidad es un asunto que podría calificarse incluso de temerario. Una construcción que tiene grandes impactos ambientales, que ocasiona grandes pérdidas de agua y que supone a su vez una gran pérdida monetaria debería tener importantes alternativas actuales más que medidas paliativas. La única justificación actual del proyecto, de que el embalse funcione a tan bajos puntos de funcionamiento, y esté prácticamente vació podrían llegar a ser el objeto de sobrellevar grandes avenidas y tormentas, pero no se trata de un gran problema en la zona, y por tanto es una escusa que no es representativa. Por tanto, la crítica final es que esta construcción parece haber carecido enormemente de un estudio previo a la construcción, y que la primera alternativa que a priori parecía rentable para el problema de la sequía, como podría ser la construcción de una presa, ha resultado ser una catástrofe en todos los aspectos.

 

Pablo Gutiérrez Mordini