Observando el mapa del conjunto del estado español podemos ver cantidad de edificaciones e infraestructuras de dimensiones desproporcionadas que llevan años sin prestar servicio, o que directamente nunca se llegaron a terminar de construir. La especulación, la corrupción, la falta de planificación y una mala praxis urbanística han convertido al país en un cementerio de obras faraónicas de las que poco se ha podido amortizar.
Probablemente el territorio donde esto puede ser más visible sea la Comunidad Valenciana. El Circuito de Fórmula 1 y La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia o el aeropuerto de Castellón son solo unos pocos ejemplos de grandes construcciones de la región que han quedado inservibles fruto de la resaca que dejaron los años de bonanza, despilfarro y falta de control.
Resulta curioso cómo, paralelamente a las instituciones valencianas, su equipo de fútbol más importante, el Valencia CF, también vivió una época en la que todo parecía ser posible para caer de golpe en una profundísima crisis económica. Entre los años 1998 y 2004, el club valencianista vivió una era dorada consiguiendo varios títulos y haciéndose un hueco entre los grandes de Europa. Fue entonces cuando una nueva directiva, con la fiebre del éxito aún reciente, empezó a realizar grandes alardes económicos como fichajes desorbitados o la presentación en 2006 de un nuevo estadio, el Nou Mestalla (presentación en presencia de Francisco Camps y Rita Barberá, presidente de la Generalitat Valenciana y alcaldesa de la ciudad por aquél entonces). Así se sumió al club “che” en una crisis monetaria que aún perdura.
Las obras del nuevo estadio, que pretendía poner al club a la vanguardia europea con un campo acorde a los nuevos tiempos y a los éxitos nacionales e internacionales que estaba consiguiendo el equipo, empezaron en verano de 2007 en un gran solar de 87.000 en la Avenida de las Cortes Valencianas, al oeste del barrio de Benicalap (en la zona noroeste de Valencia). La construcción de todo el complejo del estadio costaría 344 millones de euros, y el graderío tendría un aforo de 75.100 espectadores (20.100 más que el actual). Las obras deberían haber acabado en Agosto de 2010 según lo planeado, sin embargo, la crisis inmobiliaria de 2008 provocó un fuerte descenso del precio del suelo, lo que imposibilitó la venta del actual Mestalla para afrontar el pago del nuevo, lo que sumado al derroche de años atrás degeneró en una deuda de 547 millones de euros para el club blanquinegro. Esto forzó la paralización de las obras de forma indefinida en febrero de 2009, meses antes de que el club se viera obligado a realizar una ampliación de capital para evitar la bancarrota.
[FOTO 1] Figuración del futuro estadio Nou Mestalla y su situación actual
La existencia de una estructura de hormigón tan grande que ocupa una manzana de tanta superficie y que no ofrece ningún servicio tiene un impacto negativo considerable para la ciudad de Valencia y sobre todo para el barrio de Benicalap.
Tiene un impacto visual en el paisaje urbano importante, que afecta nocivamente al desarrollo económico de la ciudad, al ser el turismo su sector más importante.
También sufre el medio ambiente de alrededor de la ciudad, porque, aunque la construcción inacabada esté dentro del casco urbano, se podría haber utilizado ese solar para edificar lo que, al estar las obras ahí, tendrá que ser edificado a las afueras de la urbe.
Además, una explanada de hormigón de tales dimensiones hace descender la densidad poblacional del barrio, con las consecuencias urbanísticas y ambientales que esto tiene (aspectos como el consumo de suelo, agua y energía, los impactos derivados del transporte, las emisiones de gases de efecto invernadero…) y sin aportar ningún beneficio al vecindario, que es lo más grave.
En 2014, el inversor singapurense Peter Lim se hizo con el paquete accionarial del Valencia CF. El nuevo presidente se ha comprometido a terminar el nuevo estadio. Para ello ha tenido que negociar con el ayuntamiento valenciano una quita de la deuda del club y el desbloqueo de una serie de requisitos que el ayuntamiento le exigía al campo de fútbol. También se ha tenido que contratar a un nuevo arquitecto para que rediseñe el proyecto y lo abarate (acabarlo costará entre 120 y 130 millones). Si todo marcha según el plan de la nueva directiva, el Nou Mestalla se inaugurará en 2019, coincidiendo con el aniversario del club, doce temporadas después de que empezaran las obras.
BIBLIOGRAFÍA:
· PROBLEMAS DE LA EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL EN RELACIÓN AL PLANEAMIENTO TERRITORIAL Y URBANÍSTICO (Ángel Paniagua Mazorra y Olga P. Tarancón Rico) http://revistas.uned.es/index.php/ETFVI/article/viewFile/2510/2383
· LOS IMPACTOS AMBIENTALES DE LA CIUDAD DE BAJA DENSIDAD EN RELACIÓN CON LOS DE LA CIUDAD COMPACTA (Fernando Molini y Miguel Salgado) http://www.ub.edu/geocrit/b3w-958.htm
· https://es.wikipedia.org/wiki/Nou_Mestalla
· EL NUEVO MESTALLA SE QUEDA OBSOLETO SIN HABERSE ACABADO http://futbol.as.com/futbol/2015/10/11/primera/1444529392_564811.html
· EL NUEVO MESTALLA COSTARÁ ENTRE 120 Y 130 MILLONES TRAS EL REDISEÑO (Héctor Gómez) http://epoca1.plazadeportiva.com/ver/34353/el-nuevo-mestalla-costara-entre-120-y-130-millones-tras-el-redise%C3%B1o.html
· http://blogdeoscarpardodelasalud.blogspot.com.es/2012_05_01_archive.html
· https://nuevomestalla.wordpress.com/2012/06/25/fotos-del-nuevo-mestalla-2/
Íñigo Uraga Palacio
E.T.S.I. Caminos Canales y Puertos
UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID