Lara Clements. Estudiante del Máster de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. UPM.
En las últimas décadas, la sostenibilidad urbana se ha convertido en un elemento clave en la planificación de las ciudades. Esta perspectiva se adapta a la preocupación por el cambio climático y el deterioro ambiental como a la necesidad de construir espacios urbanos más habitables, accesibles y equitativos. La movilidad, como eje vertebrador de la vida urbana, desempeña un papel fundamental en esta transformación. Las ciudades enfrentan el desafío de conciliar el crecimiento económico y demográfico con la reducción de emisiones contaminantes, la mejora de la calidad del aire y la creación de entornos que prioricen a las personas sobre los automóviles.
A nivel global, diversas ciudades han implementado proyectos que transforman su movilidad y reorganizan su espacio público, convirtiéndose en referentes internacionales. Ciudades como Copenhague, Singapur y Medellín han logrado avances significativos en el uso del transporte público, la promoción de la bicicleta y la reducción del tráfico vehicular. Sin embargo, hay ejemplos que destacan no solo por su impacto local, sino también por su capacidad para servir como modelos replicables. Entre ellos, las supermanzanas de Barcelona y el Bosco Verticale de Milán son casos emblemáticos de cómo las ciudades pueden priorizar la sostenibilidad y la calidad de vida mediante intervenciones innovadoras y transformadoras.
Las supermanzanas de Barcelona han supuesto un cambio paradigmático en la organización urbana de la ciudad. Desde su implementación en 2016 por el Ayuntamiento, estas áreas han transformado las calles de la ciudad en espacios centrados en las personas, limitando el tráfico motorizado y fomentando la movilidad activa y sostenible. Cada supermanzana agrupa nueve manzanas convencionales, liberando las calles interiores de vehículos y destinándolas a peatones, ciclistas y actividades comunitarias. Este modelo no solo mejora la calidad del aire y reduce el ruido, sino que también fomenta la interacción social y crea un entorno urbano más saludable y seguro. El Programa Supermanzanas 2016-2019, incluido en el Catálogo de Buenas Prácticas Urbanas de la Agenda Urbana Española, tiene como objetivo redistribuir el espacio urbano en favor de los peatones. Además, incorpora una red integrada de carriles bici y un sistema de autobuses rápidos, fortaleciendo el transporte público sostenible. La participación ciudadana ha sido clave en su implementación, permitiendo a los vecinos involucrarse en el diseño y los ajustes necesarios para garantizar el éxito del modelo. El primer ejemplo, la supermanzana de Poblenou, consistió en reorganizar al menos cuatro manzanas adyacentes en un espacio de más de 16.000 m² prácticamente libre de vehículos. El proyecto se llevó a cabo en dos fases: primero, mediante soluciones de urbanismo táctico con elementos temporales para delimitar zonas de juego, descanso y encuentro social; y después, con la consolidación permanente de infraestructuras, incluyendo la ampliación de aceras, plantación de árboles, instalación de mobiliario sostenible y carriles bici. Esta intervención añadió 13.350 m² de espacio público para peatones, redujo el tráfico en un 58 % y disminuyó significativamente los niveles de ruido. El éxito de las supermanzanas ha llevado a su expansión hacia otras áreas de Barcelona, como Sant Antoni y el Eixample, donde se está creando una red de ejes verdes y plazas peatonales. Este enfoque demuestra que, con intervenciones relativamente sencillas, es posible mejorar la calidad de vida urbana y fomentar la cohesión social, además de inspirar a otras ciudades como Vitoria-Gasteiz, que han adoptado este modelo para sus propias transformaciones urbanas.
Imagen 1: Supermanzanas antes y después Barcelona. Fuente: movilidadconectada.com
Por otro lado, el Bosco Verticale de Milán ofrece un enfoque diferente pero igualmente innovador para integrar la sostenibilidad en entornos urbanos. Diseñado por Stefano Boeri e inaugurado en 2014, este proyecto consta de dos torres residenciales de 111 y 76 metros de altura, cuyas fachadas albergan más de 20.000 plantas y árboles. Este “bosque vertical” actúa como un filtro natural, capturando partículas contaminantes y absorbiendo dióxido de carbono mientras libera oxígeno. Además, la vegetación ayuda a mitigar el ruido y regula las temperaturas interiores, reduciendo la dependencia de sistemas tradicionales de climatización y, por ende, el consumo energético. El Bosco Verticale también fomenta la biodiversidad urbana, proporcionando un hábitat para aves, insectos y otras especies que de otro modo no prosperarían en la ciudad. Se estima que estas torres albergan más de 1.600 ejemplares de aves y mariposas, convirtiéndose en un oasis natural en medio de Milán. Además de su impacto ambiental, el proyecto tiene un componente social significativo al ofrecer a los residentes un entorno verde en sus propios hogares. Las terrazas, diseñadas como jardines privados, no solo mejoran la calidad de vida de sus habitantes, sino que también fortalecen su conexión con la naturaleza. Reconocido como “Mejor Edificio del Mundo” en 2015 por el Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano (CTBUH), el Bosco Verticale ha servido de inspiración para desarrollos similares en ciudades como Nanjing, Shenzhen y Utrecht. Este modelo arquitectónico refleja un compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, especialmente en acción climática, biodiversidad y ciudades sostenibles, demostrando que la arquitectura puede ser funcional, estética y ambientalmente responsable.
Imagen 2: Estructura del Bosco Verticale. Fuente: archdaily.com
Tanto las supermanzanas de Barcelona como el Bosco Verticale de Milán evidencian que es posible transformar las ciudades en entornos sostenibles y habitables. Mientras que Barcelona se enfoca en reorganizar el espacio público para priorizar a las personas, Milán apuesta por integrar la naturaleza en la arquitectura urbana. Estos proyectos no solo mejoran la calidad de vida local, sino que también actúan como modelos globales de sostenibilidad urbana.
Lara Clements. Estudiante del Máster de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. UPM.
Bibliografía
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ArchDaily. (2015, 4 de diciembre). Bosco Verticale / Stefano Boeri Architetti. ArchDaily. Recuperado el 22 de enero de 2025, de https://www.archdaily.com/777498/bosco-verticale-stefano-boeri-architetti