Escrito por Pablo Alcocer Borge en Enero 2023.
Cada vez somos más y cada vez estamos más concentrados. Esta es una afirmación que
atendiendo a las tendencias de los últimos años es irrefutable, y que, además, no parece que
vaya a cambiar en un futuro cercano. Las causas de este hecho son muy variadas como puede
ser una mayor calidad de vida, una mayor esperanza de vida, ect. En definitiva, es un campo muy
interesante que podría ser objeto de estudio en otro momento. Sin embargo, en este post, la
intención no es centrarse en sus causas, si no en sus efectos, en concreto uno de ellos, la
masificación de las grandes ciudades y los problemas de espacio que esta causa.
Es sencillo llegar a la conclusión de que cuanto mayor sea el número de personas en una zona,
los problemas de espacio aumentarán, y con ellos los de movilidad y construcción entre otros.
Es por ello por lo que este post quiere mostrar dos soluciones muy distintas a problemas de
similares características, quedando en evidencia los efectos negativos que puede llegar a tener
una mala planificación urbana y mostrando cómo, con una buena colaboración, la solución a
cualquier problema urbanístico es posible.
El problema que debe ser solucionado en ambos escenarios se trata de la necesidad de construir
una nueva carretera para facilitar la movilidad en la ciudad, pero, encontrando el inconveniente
de que por donde debe pasar el trazado de la misma hay viviendas, edificios… que pueden ser
afectados.
Hace no mucho tiempo se hizo bastante eco en las redes sociales la primera de las alternativas
de solución a este problema por lo surrealista de la situación y los evidentes problemas de
planificación que tuvo que haber en tal proyecto. La solución referida es el puente Teraet al
Zomor, ubicado en El Cairo (Egipto), al cual se aplica mejor que nunca la famosa frase “una
imagen dice más que mil palabras”.
Ilustración 1. Puente Teraet al Zomor
Como se puede observar en la ilustración 1, el espacio para diseñar el puente era bastante
reducido y el número de viviendas colindantes que podían llegar a ser afectadas era muy grande.
Sin embargo, la solución que parece que se tomó en este caso es ignorar el problema y seguir
adelante con un proyecto que no cabe duda, es uno de los mayores ejemplos de mala
planificación en obra civil de los últimos años. Tanto es así, que hay en zonas que la construcción
llega a pasar a escasos 50 cm de las terrazas de los habitantes trayendo consigo todos los
perjuicios de tener una carretera cercana a una vivienda (contaminación acústica, polución…)
sumados a una pérdida absoluta de privacidad. Además, como es una construcción en cierta
altura, todas las viviendas y comercios por debajo de la cuarta planta, al quedar por debajo de
la plataforma y no haber apenas espacio entre esta y el edificio, han quedado completamente
encerradas y ocultos de la luz solar, de hecho, ha habido grandes pérdidas en el comercio local
porque ya no existe flujo de peatones.
Tanto el gobernador de El Cairo, Abdulfatah al Sisi, como los ingenieros encargados de su diseño
alegan que el proyecto está en regla y que se ha cumplido con todas las normativas vigentes. Sin
embargo, esto plantea un debate mucho mayor, ¿debe tener la ingeniería civil la responsabilidad
de servir a la población, y no al contrario, a pesar de que nada se lo impida? Desde este post se
cree que sí, las soluciones que se deben buscar desde la ingeniería deben ser siempre eso mismo
“soluciones”, no ser el causante de más problemas. Por tanto, siempre se debe ser consciente
de los perjuicios que puede llegar a causar un determinado diseño e intentar aminorarlos lo
mayor posible desde el principio. Un gran ejemplo de esta responsabilidad desde fases
tempranas del proyecto es la siguiente solución, que, ante un problema similar, optó por
colaborar y buscar soluciones intermedias y consiguió una solución elegante, icónica y, sobre
todo, al servicio de la sociedad, no en su detrimento.
El caso del que se habla es el Gate Tower Building, ubicado en Osaka, Japón, y en el cual se optó
por llegar a un acuerdo entre las dos partes interesadas, los que necesitaban construir una
carretera y los que necesitaban construir un edificio de oficinas, para crear una solución
simbiótica que puede gustar más o menos, pero no cabe duda de que es un ejemplo sin
parangón de planificación y cooperación. Se creó un falso túnel que cruza transversalmente el
edificio en cierta altura, y que gracias a su diseño, no llega a causar vibraciones o ruidos molestos
a los usuarios del edificio, pues las dos construcciones no se llegan a tocar en ningún momento
y están completamente insonorizadas.
Ilustración 2. Gate Tower Building
Con una buena comunicación entre partes, una correcta planificación urbana y una
responsabilidad desde los ingenieros encargados de los grandes proyectos con la sociedad, el
aporte que puede llegar a hacer la ingeniería civil para el desarrollo de la humanidad es aún
mayor del que ya hace. Una sociedad no puede avanzar si ella misma se pone piedras en su
camino.