Paula González. Estudiante ETSI Caminos, Canales y Puertos
Este post trata de ser una reflexión de cómo la acción del hombre ha llegado a modificar, en este caso las costas de nuestro planeta y sobre las recientes modificaciones en las Ley de Costas.
Utilizaré tres ejemplos, el edificio de ‘La Torre’ en la Isla de Toralla y la urbanización ‘La Fox’ ambas localizadas en Pontevedra, como ejemplos de práctica con poca consideración del medio y como ejemplo de buena praxis, la buena conservación del archipiélago atlántico de las Islas Cíes en la Ría de Vigo.
Como primer ejemplo, contamos con el edificio de ‘La Torre’, fue en los años 60 cuando se cometió el gran atentado ecológico y urbanístico con el que vivimos hoy en día. Esta construcción, como la de los 30 chalets que la acompañan y junto con la consecuente privatización de la Isla, ha limitado su entrada a un número reducido de ciudadanos, además de convertir la Isla en una plataforma prácticamente artificial, sin haber tenido en cuenta los yacimientos arqueológicos que se encuentran en la misma.
‘La Torre’ de unos 70 metros, destrozó notablemente gran parte del paisaje de la costa gallega al no estar en concordancia con el medio que la rodeaba.
La isla, anteriormente, era una villa romana, que como toda villa contaba con termas y diferentes mosaicos, pocos de ellos conservados. También se ha perdido toda la distribución con la que contaba como villa romana.
A continuación, la urbanización ‘La Fox’, construida a finales de los años 60, es un bloque de edificios construido en plena desembocadura del río Lagares, prácticamente encima del mar, y con piscina privada encima de la línea de costa. A parte de ser un gran atentado paisajístico y ecológico, también ha contado con diversos problemas jurídicos relacionados con la Ley de Costas.
En 2015, con el deslinde de las costas gallegas se meditó la modificación de la urbanización a pesar de que nunca se aplicó ningún tipo de medida.
Se quería modificar para en cierta medida intentar recuperar el perfil de playa natural de la misma. Este depende de las características del sedimento y del clima marítimo, y se necesitaría un prolongado período de tiempo, para poder conseguir por fin su perfil de equilibrio. La falta de apoyo político dificulta estos procesos.
Estas dos construcciones, situadas en primera línea de playa, por no decir en la misma, son perjudiciales por la destrucción de depósitos de arena que necesita la misma playa para poder hacer frente a los distintos cambios relacionados con las estaciones y puede llegar incluso a modificar cambios en el viento, y por lo tanto en la playa de arena en sí. Esto ocurre al sobrepasar tres pisos de altura construídos, y hace que no se vayan formando dunas litorales o directamente su destrucción, y con el mencionado cambio de vientos se podría producir también una erosión añadida.
Por otro lado, la Ley de Costas, que es mayoritariamente común para todas las comunidades autónomas a pesar de la posibilidad de ligeros cambios, se establece con el fin de garantizar una protección para el dominio marítimo a través de una serie de limitaciones. La más destacada es la prohibición de nuevas construcciones que no cumplan ciertas características.
Esta Ley, fue modificada, en el caso gallego, por última vez en 2013, y hoy en día, en 2021, la Xunta está pidiendo un cambio de la misma para poder rehabilitar 350 inmuebles abandonados, al no poder haber sido finalizada su construcción. Llega aquí otra cuestión a plantear, ¿habilitar esos solares prácticamente construidos y modificar la ley, no modificarla, reconstruir esos espacios?
A continuación dos imágenes, la primera desde la urbanización La Fox con la edificación de la Isla de Toralla de fondo, y en la siguiente una imagen más clara del edificio de Toralla desde Canido.
Por último, como ejemplo de buena conservación de la biodiversidad contamos con el archipiélago de las Islas Cíes, destacando como principal medida de control la limitación de acceso de personas a las mismas. Ya sea en barco privado o en barco de línea es necesaria la obtención de una licencia que concede la Xunta de Galicia.
Sin embargo, es un hecho que el medio se ve igualmente deteriorado debido a actividad humana, como puede ser un claro ejemplo los hidrocarburos producidos por los barcos, o la expansión de especies invasoras como los eucaliptos.
Su orografía destaca por ser en su zona interior, en su mayoría, una acumulación de arena ya sean dunas o playas y en su cara exterior puramente acantilados.