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La visualización de datos en la evaluación
La visualización de datos en la evaluación
Estamos en la era del Big Data, lo que significa que hay más datos que nunca, siendo la cantidad de información a nuestro alrededor excesiva. Los datos se convierten en un factor indispensable en nuestra actividad. Pero un montón de datos no organizados, comprendidos y presentados de la manera adecuada lleva a ninguna parte.
Si queremos obtener buenos resultados, no podemos limitarnos a obtener datos y más datos sin llegar a una correcta comprensión de los mismos. Pero cuando la información es tanta, es imposible que podamos procesarla y entenderla para obtener un conocimiento de ella. Es ahí donde entran en juego las herramientas de visualización de datos, haciéndose imprescindibles. A través de las herramientas de visualización, no solo podemos llegar a comprender el verdadero “mensaje” que hay detrás de nuestros datos, sino que también seremos capaces de mostrar dichos datos a otras personas de manera clara y sencilla, con el objetivo en ambos casos de llegar a la toma de decisiones más adecuada.
La visualización de datos es el proceso de búsqueda, interpretación, contrastación y comparación de datos que permite un conocimiento en profundidad y detalle de los mismos de tal forma que se transformen en información comprensible para el usuario. Este concepto abarca un conjunto de métodos cuya única finalidad estriba en convertir un conglomerado de datos en una explicación clara y concisa de la información que subyace en los mismos.
La visualización de datos comenzó hace miles de años, un ejemplo son los mapas de Babilonia (6200 a.c.). Estos mapas grabados en tablillas de arcilla han sido considerados como el primer mapa conocido. Tiene un tamaño de 7.6cm x 6.8cm, lo suficientemente pequeño como para caber en la palma de la mano. (Friendly and Denis, Milestones in the history of thematic cartography, statistical graphics and data visualization 2001).
En la siguiente línea del tiempo podéis observar algunos ejemplos a lo largo de la historia:
En la evaluación, la visualización de datos se ha utilizado para ayudar a entender el objetivo de las mismas, simplificando la información a proporcionar. El objetivo es dar al demandante la mejor forma de entender los datos recabados y la información procesada con el objetivo de tener una toma de decisiones adecuada y oportuna.
Dentro de los procesos de evaluación podemos utilizar dos tipos de métodos para visualizar los datos: los softwares de visualización de datos, para los primeros procesos de toda evaluación; y los softwares para crear infografías.
A continuación os mostramos algunos ejemplos de infografías que representan distintos tipos de datos:
Para mayor información, tenéis a disposición la siguiente presentación, que complementa la información publicada.
Encuesta a una biblioteca
CV originales
4. La variable ambiental y la sostenibilidad
Antes de llegar a los años 80, las variables técnico-económicas fueron predominantes en la búsqueda del desarrollo, pero repetidos fracasos en diversas experiencias, sobretodo en los países en vías de desarrollo, llevaron a cambiar de planteamiento y a la introducción de nuevas variables. Los factores técnico-económicos se consideran importantes, pero no suficientes. Un proceso de desarrollo es algo mucho más global y multirrelacional (Mayor, 1987) y el desarrollo sostenible implica un constante cambio evolutivo, auto-organizativo y adaptativo (Bossel, 1999).
La introducción del desarrollo sostenible
La Conferencia sobre Medio Ambiente Humano que tuvo lugar en Estocolmo en 1972 supuso el inicio del entendimiento y reconocimiento del vínculo entre medio ambiente y bienestar humano. Fue la primera conferencia global sobre medio ambiente, y la primera en enfocarse en un solo tema. Fue aprobada una declaración de principios que sirvió de cimiento para el desarrollo del derecho ambiental internacional durante los decenios de 1970 y 1980. Otro importante resultado de la Conferencia fue el posterior establecimiento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), principal órgano de las Naciones Unidas en la esfera del medio ambiente y principal autoridad ambiental mundial.
El proceso preparatorio se inició en 1968. En este año, un grupo importante de personalidades creó el Club de Roma, el cual viene publicando informes desde 1972 llamando la atención sobre las dificultades del planeta para sostener un desarrollo basado en el despilfarro y en el consumo masivo de los recursos naturales.
En un principio se planeaba tratar solamente temas ambientales, pero los Estados en vías de desarrollo insistieron en la inclusión de los temas de desarrollo.
Para conmemorar el décimo aniversario de la Conferencia de Estocolmo se celebró en Nairobi, en mayo de 1982, un período de carácter de sesiones extraordinario del Consejo de Administración del PNUMA. Ese período de sesiones supuso una oportunidad única para reunir a la nueva generación de encargados de la adopción de decisiones ambientales de todo el mundo para dar nuevos bríos al programa. Se planteó la necesidad de fomentar el desarrollo sostenible a partir de una mayor conciencia creada en muchos países acerca del deterioro ambiental y, específicamente, de sus repercusiones globales.
Ante esta situación, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció, en diciembre de 1983, la Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo (CMMAD) como órgano independiente_para proponer estrategias ambientales a largo plazo encaminadas a lograr el desarrollo sostenible para el año 2000 y más adelante. La Comisión se dedicó al análisis y documentación del vínculo entre desarrollo y medio ambiente, llegando a la conclusión de que ambos procesos pueden ser armónicos.
En 1987, la publicación del Informe de la Comisión Mundial para el Medio Ambiente (World Commission on Environment and Development, 1987) (conocido como el Informe Brundtland), titulado Nuestro Futuro Común, llamó la atención al mundo sobre la urgente necesidad de encontrar formas de desarrollo económico que se sostuvieran sin la reducción dramática de los recursos naturales ni daños al medio ambiente.
Este informe marcó su importancia en la definición de desarrollo sostenible como aquel que atiende a las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las
necesidades de las futuras generaciones (World Commission on Environment and Development, 1987). Este informe fue definitivo en la decisión de la Asamblea General para convocar a la Cumbre sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, dada la clara necesidad de redefinir el concepto de desarrollo para que incluyera el desarrollo socio-económico y detuviera el deterioro del medio ambiente. Esta nueva definición podría surgir solamente de alianzas entre los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo.
Portada del Informe de la Comisión Mundial para el Medio Ambiente de 1987
La definición dada parte del supuesto de que “es técnica y económicamente realizable lograr una sociedad sostenible” (Calvo et al., 1997) y dan a entender que el desarrollo sostenible comprende, al menos, dos perspectivas que se pueden sintetizar en dos objetivos. En primer lugar, el objetivo actual, es el mejoramiento de la calidad de vida de todos los habitantes. El objetivo futuro, no menos importante, consiste en no comprometer el futuro de las futuras generaciones restringiendo sus alternativas de desarrollo. Con ello incorpora un aspecto nuevo y es el de la justicia intergeneracional o transgeneracional que debería ser parte inherente a toda política de desarrollo.
Pero el desarrollo sostenible ha sido criticado por la ambigüedad de sus interpretaciones, ya que representan una cosa distinta para cada persona y, por lo tanto, permite justificar acciones de muy diversa naturaleza (Mitchell, 1999).
La Cumbre de la Tierra en Río
Con el antecedente del informe Brundtland, comenzó el proceso de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD, conocida como Cumbre de la Tierra), que tendría su clímax en Río de Janeiro en 1992, cuando los líderes de las naciones se reunieron durante dos semanas para establecer los lineamientos de las políticas locales, nacionales e internacionales necesarias para tener un medio ambiente más sano.
La Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro no tuvo precedentes en otras conferencias de la Naciones Unidas, tanto por su tamaño como por la magnitud de los temas a tratar. El mensaje de la Cumbre fue claro: era necesaria una transformación de nuestras actitudes y comportamiento, la cual lograría los cambios necesarios para la subsistencia sana del planeta y sus habitantes.
Logo cumbre de la Tierra
A pesar de que los procesos de negociación limitaron su alcance, la Agenda 21 es sin duda el principal logro de la Cumbre de la Tierra. Este documento es un programa de acción de gran alcance destinado a remodelar las actividades humanas para minimizar el daño ambiental y garantizar la sustentabilidad en los procesos del desarrollo.
A largo plazo, los resultados positivos de la Cumbre incluyeron las reacciones en la mayor parte de los Estados de todo el mundo, como la vigilancia a la producción de componentes tóxicos, la búsqueda de fuentes alternativas de energía, el énfasis sobre la importancia del transporte público y el incremento en la preocupación por la creciente escasez de agua.
En paralelo a los trabajos de la CNUMAD, a partir de 1989, aproximadamente 7.890 ONGs y Movimientos Sociales del mundo se reunieron para formar el Foro Global de Organizaciones No Gubernamentales. El logro principal de sus trabajos fue la vinculación de las organizaciones no gubernamentales tanto de intereses ambientalistas como las de desarrollo y otras causas regionales y globales, conformando redes de enlace e intercambio de información.
Objetivos incumplidos y nuevas esperanzas
Cinco años después de Río, los líderes de las naciones se reunieron en Nueva York para evaluar los adelantos que se habían logrado a partir de los objetivos planeados en Río. A su vez, las ONG y los movimientos sociales se reunieron una vez más en Río de Janeiro con el mismo objetivo. La evaluación, desgraciadamente, resultó negativa. Los intereses económicos que provocan la destrucción de los recursos naturales y las dificultades que se presentan entre los gobiernos para llegar a acuerdos no habían permitido que los cinco años que habían pasado fueran suficientes para lograr adelantos significativos. Los resultados positivos se concentraban más que nada en la concienciación de la población global acerca de los problemas ambientales.
Al finalizar esta Cumbre la comunidad internacional se fijó como meta realizar en 2002 otra gran Cumbre en Johannesburgo para revisar los avances mundiales en la ejecución de la Agenda 21. La Comisión de Desarrollo Sustentable de las Naciones Unidas (CDS) fue creada en ese entonces como un organismo ad–hoc para analizar, año tras año, los avances y guiar la política internacional.
Lo que el mundo deseaba de Johannesburgo, según lo que afirmaba la Asamblea General, no era un nuevo debate filosófico o político sino más bien una cumbre de acciones y resultados. Desde cualquier punto de vista, la Cumbre de Johannesburgo ha puesto los cimientos y ha abierto el camino para la acción. Sin embargo, entre las metas, calendarios y compromisos que se acordaron en Johannesburgo no ha habido ninguna solución milagrosa en la lucha contra la pobreza y contra el continuo deterioro del medio ambiente natural. No ha habido ninguna solución mágica, pero lo que sí ha habido ha sido una comprensión de que era necesario adoptar medidas prácticas y sostenidas para enfrentarse a muchos de los problemas más acuciantes que existen en el mundo.
Pero en muchos sentidos, tanto estructuralmente como en cuanto a resultados, Johannesburgo también ha marcado un avance importante respecto a anteriores conferencias de las Naciones Unidas, lo cual podría tener un efecto muy positivo en el modo en que la comunidad internacional se plantee la solución de estos problemas en el futuro.
La cuestión es si serán realmente diferentes las cosas después de Johannesburgo se preguntaba el Secretario General de la Cumbre, Nitin Desai. Esta será la prueba a la hora de poner en práctica las propuestas de la conferencia.
“Río+20”
«Rio+20» es el nombre abreviado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada el pasado junio de 2012 en Río de Janeiro —Brasil—, veinte años después de la histórica Cumbre de la Tierra en Río en 1992.
En el escenario de una gran crisis financiera en Europa y en otras partes del mundo, en la Conferencia Río +20, los líderes mundiales, junto con miles de participantes del sector privado, las ONG y otros grupos, se unieron para dar forma a la manera en que puede reducir la pobreza, fomentar la equidad social y garantizar la protección del medio ambiente en un planeta cada vez más poblado.
Actualmente una de cada cinco personas vive con menos de 1,25 dólares diarios o menos, mil millones y medio de personas no tienen acceso a la electricidad, casi mil millones de personas pasan hambre cada día, las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando… Río +20 ha sido también una oportunidad para mirar hacia el mundo que queremos tener en 20 años.
Las conversaciones oficiales se centraron en dos temas principales: cómo construir una economía ecológica para lograr el desarrollo sostenible y sacar a la gente de la pobreza, es decir la economía verde, y cómo mejorar la coordinación internacional para el desarrollo sostenible, es decir la gobernanza. Además se trataron gran diversidad de temas como la pesca, la energía, los oceános, la alimentación, la seguridad alimentaria, etc.
Pese a las diferencias entre participantes y el no haber llegado ha cumplirse todas las expectativas que la UE ponía en esta conferencia, el Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de España, Arias Cañete, asegura que “el desarrollo sostenible tiene una importancia crucial para la creación de empleo y el crecimiento económico” (MAGRAMA, 2012). El ministro también explica que “esta conferencia debe verse como un punto de partida, ya que marca el inicio de un proceso para aplicar mejor y de manera más eficiente las políticas de desarrollo sostenible” (MAGRAMA, 2012), después de recordar la importancia de la intervención en esta conferencia de la sociedad civil y el sector empresarial.
La cumbre se ha cerrado con la firma del documento “El futuro que queremos” (ONU, 2012) que conlleva una inversión de más de 400 millones de euros para proyectos de desarrollo sostenible.
Al contrario que la mayoría de los líderes políticos de los 193 Estados participantes quienes han visto en el documento “un paso importante en la dirección adecuada”, las ONGs subrayan que este documento se caracteriza por la “falta de ambición de los gobiernos participantes que manifiesta la falta de compromiso” de los mismos.
Por otro lado se destaca la declaración realizada por los miembros de The World Engineering Community, quienes en el marco de esta cumbre han puesto de manifiesto la importancia de la labor de los ingenieros para lograr mejoras tecnológicas que afectan a la vida de todas las personas. A través del intercambio y la aplicación del conocimiento científico, la creatividad y la práctica de la ingeniería y la tecnología, los ingenieros son capaces de introducir soluciones sostenibles en la mayoría de las áreas de actividad que contribuyen a la calidad de vida de las comunidades.
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3. La variable económica en el desarrollo
Es en la segunda mitad del siglo XX comenzó a emplearse habitualmente el concepto de desarrollo para designar a las actividades, planes, programas e iniciativas cuya finalidad es elevar el nivel de vida de las personas como colectividad.
Con arreglo a esta concepción clásica, el desarrollo se puede entender como un proceso de crecimiento económico continuado que asegura unos excedentes duraderos de toda clase de bienes, que son dedicados a cubrir las necesidades humanas y a potenciar un mayor nivel de bienestar para una población en aumento (D’Entremont, 2001).
Los modelos de desarrollo económico se caracterizan también por presentar un incremento armónico de la producción y de la población, y por la aparición de excedentes que pueden ser reinvertidos en el propio impulso económico de un país o de una región (Puyol et al., 1993).
Las necesidades humanas a cubrir, según esta concepción del desarrollo, serían principalmente económicas y materiales; y la forma de medir el nivel de bienestar se basaría en los llamados indicadores económicos: márgenes y la dinámica del crecimiento del PNB; las condiciones de la expansión de la riqueza en cuanto a la explotación y el aprovechamiento de recursos propios y ajenos; y a la acumulación de medios de producción y de infraestructuras (D’Entremont, 2001).
En los años 50-70 también se produce una enorme expansión de la planificación del desarrollo basado en la convicción de que el progreso sólo podría ser acelerado por la planificación (Waterston, 1969). En este contexto se definen los pilares, principios generales y etapas de la planificación del desarrollo.
Durante esta época resulta difícil desligar el concepto de planificación de todo contenido económico (Trueba, 2001). La planificación, como actividad encaminada a dar forma orgánica a un conjunto de actividades o de decisiones, integradas y compatibles entre sí (Martner, 1967), tiene su máxima expresión en el presupuesto. Éste se diseña desde la perspectiva de una planificación que ha de prever el comportamiento de una organización para hacer frente a las necesidades que han de presentarse en un periodo de tiempo futuro (Fayol, 1969).
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2. Evolución y teorías del desarrollo
El desarrollo es, sobre todo, una cuestión de valores, muy dependiente de la postura individual sobre aspectos culturales, políticos, económicos y sociales. Las diversas corrientes de pensamiento y opiniones contradictorias en relación con el significado del desarrollo, se reflejan en los planes y políticas con cambios drásticos en las prioridades y tendencias. Esto encuentra su expresión en cuestiones tales como la racionalidad de los gobiernos, el papel central de los economistas como asesores de los gobiernos, el efecto de goteo, el desarrollo comunitario, los efectos de demostración, el despegue, las necesidades básicas, la revolución verde, el desarrollo desde abajo, el desarrollo rural integrado, las cooperativas y el desarrollo de la comunidad, el desarrollo sostenible, etc. (Widstrand, 1990).
Durante el pasado siglo XX el concepto de desarrollo ha ido evolucionando, al igual que las principales variables que lo componen y el diseño de su planificación. Desde el lenguaje político económico, el concepto de desarrollo ha venido implicando:
- Elevada capacidad productiva determinada por una compleja estructura de producción industrial, competitiva y rápida en su readecuación.
- Elevados niveles de ingreso y consumo per cápita y bienestar social extendido a la mayor parte de los sectores sociales.
- Grado de utilización (y eficiencia en el uso) de las llamadas modernas tecnologías de producción
- Elevado nivel de la población económicamente activa.
La evolución de la teoría del desarrollo puede proporcionar un marco para comprender la concepción actual del desarrollo y detectar su carácter dinámico. “En términos generales podemos decir que en las décadas de los 50 y 60 la modernización fue el término clave; en la década siguiente, comenzó a destacar la teoría de la dependencia; a comienzos de los 80, fue adquiriendo importancia el concepto de liberalización” (NORAD-UD, 1997), a partir de los 90 el acento se puso en la integración social y en la actualidad el término clave es el conocimiento. No se trata de enfoques opuestos sino que se enriquecen mutuamente. Una buena concepción del desarrollo debe contemplar estos cinco enfoques que, de forma esquemática, se resumen a continuación:
Evolución de la teoría del desarrollo durante las últimas décadas
Fuente: Elaboración propia.
- La modernización: Defiende que la inversión en industrialización y agricultura por encima de un cierto nivel desencadenará un desarrollo hacia la producción en masa, la democracia y los sistemas de protección social. Este enfoque supone:
- Creencia en el comercio libre y en la conveniencia de una creciente integración en la economía mundial.
- Énfasis en la tecnología moderna y en la industrialización.
- Creencia en el papel del Estado para lograr la industrialización e influir sobre el mercado.
- Creencia en los efectos de goteo y el incremento de la formación de capital en la sociedad como resultado de la industrialización.
- La dependencia: En este caso se considera que las áreas débilmente desarrolladas reciben relativamente menos beneficios del desarrollo que las más desarrolladas cuando se intercambian bienes con un bajo grado de elaboración por bienes altamente procesados. Este enfoque supone:
- Creencia en el proteccionismo y en un bajo grado de integración en la economía mundial.
- Gran importancia a la función que el Estado cumple en la planificación, inversión y distribución de los recursos.
- Creencia en el desarrollo integrado dentro de áreas limitadas.
- Creencia en la conveniencia de unidades de producción de menor tamaño y en la utilización de tecnología simple.
- La liberalización: Aquí el estímulo de las fuerzas del libre mercado y el crecimiento del sector privado son una condición previa para el crecimiento económico y el desarrollo. Este enfoque supone:
- Énfasis en la inversión y el desarrollo del sector privado.
- Se concede una mayor importancia a la producción y la productividad que a los aspectos de distribución.
- Énfasis en la producción para el mercado externo.
- Menor énfasis en los aspectos políticos, institucionales y culturales, y más en el crecimiento económico.
- La integración social: La integración social se refiere a los esfuerzos por desarrollar, en diferentes formas, métodos científicos de investigación en los cuales las personas que se espera que obtengan un beneficio de la investigación desempeñan un papel preponderante. Es un proceso de sensibilización y organización de una comunidad para que de forma voluntaria integre sus esfuerzos con un fin determinado y preestablecido. El éxito va a radicar en que la población esté bien estructurada, mantenga el diálogo, tenga relaciones, participe, colabore y desarrolle actividades en un marco armónico para alcanzar unos objetivos comunes (Trueba, 1988). Se trata de concebir los resultados en función de los destinatarios del mismo (Muñiz, 1989) y aplicar un modo de aproximación basado en el proceso de aprendizaje del propio planificador basado en los beneficiarios (Uphoff, 1991).
- La integración en la Sociedad del Conocimiento: En éstos últimos tiempos el crecimiento económico y la productividad de los países desarrollados se basan cada vez más en el conocimiento y la información. Actualmente, la generación y explotación del conocimiento juegan un papel predominante en la creación de bienestar (Dirección General de Investigación de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid). Es lo que se ha venido llamando la Sociedad del Conocimiento.
Los tres primeros enfoques suponen una perspectiva predominantemente económica que a lo más llegan a la introducción de las variables del medio físico o preocupación medioambiental. Esta comienza a adquirir una gran importancia en los años sesenta y supuso un enverdecimiento de la opinión pública que se plasmó en todos los niveles de la sociedad moderna en los años 80. La sostenibilidad se convirtió en un término clave pero aún así, el movimiento ecologista no consiguió suficiente poder para dominar los aspectos económicos del desarrollo (Cloke & Little, 1990). La llegada de la década de los noventa supuso la difusión y preponderancia de la variable social como vía para un desarrollo viable. En la actualidad destaca la importancia de una nueva variable, el conocimiento y su papel en el desarrollo.
Evolución de las variables del desarrollo durante las últimas décadas.
Fuente: Elaboración propia
Aunque existe un consenso firme acerca de la importancia de las cuatro variables señaladas, el desarrollo puede ser interpretado de varias maneras, No existe una teoría universal sobre las causas del desarrollo, ni tampoco hay un modelo simple de general aplicabilidad para entender cuáles son los procesos que conducen al desarrollo. Es necesaria una mente abierta, contar con un amplio conocimiento y experiencia y evitar verse influido por una sola postura. Es importante abordar el desarrollo desde varias perspectivas o enfoques.
A continuación se analizan las cuatro variables señaladas y los contextos en cada unas de ellas se generó: la variable económica en los años 50-70, la ambiental en los años 80, la social en los 90 y el conocimiento en el siglo XXI. Variables que no se van excluyendo sino que se van sumando, contribuyendo a un enriquecimiento de la concepción del desarrollo.
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14. Reflexión de conceptos etnográficos con interés para la evaluación
Existen una serie de conceptos etnográficos que pueden guiar y marca el ritmo del trabajo de campo cuando llevamos a cabo una evaluación participativa. Con la experiencia, estos conceptos se automatizan y terminar por regir la estrategia y comportamiento del evaluador. Se trata de conceptos que ayudan al evaluador menos experimentado a penetrar en la cultura y costumbres donde ha de realizar su trabajo participativo. Fetterman (2010) analiza todos los conceptos que deben tenerse en cuenta: cultura, contextualización y perspectiva holística, estudios micro y macro, perspectivas émica y ética, orientación no prejuzgadora, diversidad inter e intracultural, estructura y función, símbolo y ritual, y operatividad.
Cultura
El primero de estos conceptos es la cultura que bajo una perspectiva materialística clásica incluye patrones de comportamiento, costumbres y modos de vida; bajo una perspectiva cognoscitiva ideacional incluye ideas, creencias y conocimientos (orientado hacia el lenguaje, las definiciones de la realidad, la existencia y el significado de los símbolos).
Contextualización
La contextualización de los datos implica situar las observaciones que se hagan en una persepectiva más amplia, lo que resulta necesario para hacer una buena caracterización del mérito, valor e importancia de aquello que se observe. La interpretación de los datos está siempre condicionada por el contexto.
Perspectiva holística
Se trata de obtener una perspectiva integral y completa del grupo social o programa que se evalúa. El punto de partida es la descripción de su historia, religión, política, economía y medioambiente, de modo que se cubran todos los ángulos. Se trata de un concepto que ayuda a descubrir las interrelaciones entre los varios sistemas y subsistemas que subyacen en la comunidad o programa que es objeto de estudio.
Estudios micro y macro
La evaluación está determinada por los límites que se pongan en los estudios que se lleven a cabo. Según se marquen estos límites los estudios pueden ir del nivel micro —cuando adoptamos una visión de primer plano, detallada y cercana, del objeto de estudio— al nivel macro, cuando adoptamos una perspectiva más general.
Perspectivas émicas y éticas
La perspectiva émica es la perspectiva interna de las personas afectadas por una intervención, la perspectiva local o nativa. Se trata de una perspectiva que ayuda a entender situaciones y comportamientos, y fomenta la aceptación de múltiples realidades. La perspectiva ética es la perspectiva externa o científica de quien observa el mismo fenómeno, del que no es partícipe, desde fuera. La mayoría de los evaluadores comienzan a recoger datos desde una perspectiva émica y luego tratan de dar sentido a esos datos conjuntando la visión local con su propia persepectiva científica.
Orientación no prejuzgadora
Esta orientación requiere que el evaluador suspenda su propia valoración personal de cualquier práctica cultural. El hecho de luchar contra los propios prejucios obliga al evaluador a explorer nuevas direcciones, asegura la validez de los datos recogidos y previene la contaminación de los mismos. Es importante destacar que los evaluadores no pueden ser completamente neutrales; todos somos producto de nuestra cultura.
Diversidad inter e intracultural
Es importante sensibilizarse frente a la diversidad inter e intracultural. La primera es más fácil de observar, mientras que la segunda tiende a pasa inadverida. Se trata de un concepto imprescindible de cara a producir una visión completa de una comunidad, evitando el peligro de crear estereotipos.
Estructura y función
El concepto de estructura hace referencia a la estructura social o configuración de un determinado grupo social; el concepto de función, a las relaciones sociales entre los miembros del grupo. La mayoría de las comunidades tienen estructuras internas identificables y un conjunto de relaciones sociales estables que ayudan a regular el comportamiento. La evaluación ha de penetrar en esas redes informales e influencias que gobiernan la comunidad y entenderlas para dirigir correctamente sus estudios.
Símbolo y ritual
Símbolos son expresiones dotadas de un significado que evoca poderosos sentimientos y pensamientos. Los evaluadores han de buscar símbolos que les ayuden a entender y describir una determinada cultura. Los rituales son patrones de comportamiento simbólicos que se repiten y juegan un papel en la vida religiosa y secular de una comunidad; son como puertas abiertas que comenzar a comprender una determinada cultura. Juntos, los símbolos y los rituales, ayudan a los evaluadores a dar sentido a las observaciones al proveer de un marco que permita clasificar los comportamientos observados.
Operacionalismo
Este último concepto hace hincapié en la necesidad de definir los términos y métodos de medición empleados. Los evaluadores deben cuantificar e identificar las fuentes de información y sus formas de análisis siempre que sea posible, de forma que otros evaluadores puedan continuar el estudio, probarlo o desmentirlo.
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Aprender a trabajar en diferentes contextos culturales
A causa de la globalización los evaluadores trabajan cada vez con más frecuencia con múltiples grupos étnicos con culturas muy diferentes. Gente de diferentes culturas pueden mostrar su diferencia de modos muy diversos: diferentes formas de ver las cosas; diferentes creencias, valores, normas, costumbres, comportamientos, conocimientos, lenguajes; o diferentes modos de expresar la personalidad o la bondad. Estas diferencias pueden causar dificultades en el trabajo de evaluación y en la interpretación de los datos recogidos a través de las técnicas participativas. Poner atención en estas diferencias culturales puede dar a un evaluador extranjero una mejor oportunidad de ser aceptado y poder hacer bien su trabajo.
Los evaluadores son tentados muchas veces por dejarse llevar por generalizaciones que llevan a recomendaciones que no siempre son apropiadas. Reconociendo la necesidad humana por crear categorías, se ha de afirmar que estos estereotipos pueden tener efectos negativos en el trabajo de evaluación, pues las generalizaciones son siempre peligrosas.
Es necesario reflexionar sobre las diferencias culturales y discutir sobre ellas, pero no hay nada mejor que la buena observación, el saber escuchar y el sentido común para saber manejarlas. Las diferencias entre culturas y razas son reales y constituyen una fuente de riqueza. Pero al mismo tiempo hay entre ellas mucho en común, cuando lo más superficial es traspasado se ve que en el fondo hay bastante en común. Algunos aspectos relacionados con la personalidad, el deseo de hacer mejor las cosas, la necesidad de participar y contribuir, son comunes a una gran cantidad de culturas. El problema es que los evaluadores han de afrontar muchas veces el aspecto más superficial y puede no haber tiempo de ahondar en estos aspectos más comunes, lo que hace de las diferencias culturales un aspecto muy importante de su trabajo de evaluación.
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12. Adaptación de la evaluación al programa y su contexto
El S&E de un programa de desarrollo debe atender al tipo de programa de que se trata, la lógica de la programación con la que se ha diseñado, su contexto territorial, legal e institucional. A la hora de diseñar un modelo de S&E, es importante tener en cuenta este marco para conseguir una adecuada adaptación al programa y su contexto.
Adaptación del modelo de seguimiento y evaluación a su contexto.
Fuente: Elaboración propia.
La adaptación del S&E al programa ha de realizarse de acuerdo a las características específicas de los programas, por lo que es necesario un conocimiento sistemático y profundo tanto de los objetivos y estrategias como de la gestión y financiación. La adaptación al contexto territorial ha de abarcar todos los recursos —sociales, ambientales y económicos— y ha de basarse en una labor de acercamiento y participación. La adaptación al contexto legal cuenta con dos aspectos importantes, el que afecta a los programas y el que afecta a las propias actividades de S&E. En la adaptación al contexto institucional es importante tener en cuenta el control externo al que es sometido el programa por parte de una serie de instituciones más o menos implicadas en la inversión. El S&E ha de adecuarse a este plan de controles de manera que lo facilite y contribuya a hacerlo más transparente.
Aprendizaje adaptativo: Adaptación del S&E al programa y su contexto
Como concluimos en el segundo capítulo, es imprescindible que el modelo de S&E buscado, se adapte al tipo de programación europea y su contexto. Esta adaptación ha de partir de un profundo conocimiento del ámbito territorial y las características de los programas, y en un marco más global, del contexto legal e institucional comunita
rio. Comparando este ajuste del modelo de S&E con la realización de un puzzle, la ficha que representa al modelo ha de encajar perfectamente con las otras cuatro fichas que forman las características del programa y su contexto.
Uno de los problemas actuales en la evaluación está en que los evaluadores se entretienen en los detalles y se olvidan de lo más importante de la evaluación. Los evaluadores comienzan normalmente sus reuniones con los implicados con la definición de los instrumentos para recoger información sin examinar los objetivos, prioridades y definiciones compartidas sobre la evaluación que se comienza. Asumen que saben ya las prioridades y objetivos de la evalua
ción y que los implicados las entienden del mismo modo. Este enfoque termina en que, tarde en el proceso de evaluación, se vuelve a los temas importantes que no fueron considerados al principio. Siempre puedes añadir detalles a tu trabajo, pero sólo puedes poner los cimientos al principio (Patton, M.Q., 1999). Estos temas fundamentales en la evaluación son su filosofía, objetivos y posicionamiento en el contexto.
Adaptación al contexto territorial
Desde un principio el S&E han de adaptarse al territorio donde se va a operar y que ha de ser objeto de estudio. Esta labor de acercamiento se ha de caracterizar por el dinamismo y la atención a las aportaciones que hacen los individuos y colectivos sociales. Ha de suponer un análisis detallado y global del ámbito territorial. Su finalidad es la de determinar el margen de maniobra del programa, la situación de partida y el grado de desarrollo con que cuenta el territorio para poder juzgar en su debida medida los logros que se fueran consiguiendo. La adaptación ha de abarcar todos los recursos: sociales, ambientales y económicos.
Adaptación a las características del programa
Parte importante de la adaptación hace referencia a las características del programa sobre el que se trabaja. Los programas de desarrollo deben ser evaluados por medios adaptados a sus características específicas (COMISIÓN DE LA UE, 1999a. Op. cit.). Es necesario un conocimiento sistemático y profundo de un programa para que las actividades de S&E puedan proporcionar nuevos conocimientos y experiencias que puedan mejorar la calidad de la intervención. El principal deber de un evaluador es contribuir a un juicio imparcial e independiente, basado en un conocimiento previo profundo y en un análisis sistemático (NORAD – UD, 1997. Op. cit.).
La adaptación ha de extenderse tanto a los objetivos y estrategias del programa como a su gestión y financiación. Es necesario tener un conocimiento profundo de cómo funciona el programa, sus órganos de gobierno, criterios de selección de beneficiarios, procedimientos para la concesión de ayudas, coordinación entre diferentes instituciones implicadas a diferentes niveles, flexibilidad de la financiación, mecanismos de verificación y control de posibles ayudas pagadas… Además, se ha de conocer quién realiza cada una de estas funciones, aptitudes, conocimientos, experiencia.
Adaptación al contexto legal
Además de las circunstancias concretas del programa con el que se va a trabajar, siempre se encuentra un marco más amplio que ha de orientar también las actividades de S&E. Éste marco viene normalmente expresado mediante directivas, reglamentos, normativas que en algunos casos son orientativas y en otros son de obligado cumplimiento. Es importante investigar dos aspectos importantes de este marco, el que afecta al programa y el que afecta a las propias actividades de S&E:
- El contexo legal de los programas responde a una determinada política de desarrollo y orienta el programa en muchas de sus facetas. Se trata de un contexto que – junto a la descripción del programa – enmarca muchos de los criterios de S&E que se establezcan para juzgar la intervención.
- El contexto legal de las actividades de S&E lo constituyen normativas, orientaciones y determinados marcos metodológicos. Han de conocerse en detalle para que las actividades de S&E puedan amoldarse al menos a los requisitos mínimos exigidos. Esto implica la necesidad de modelos con un alto grado de flexibilidad que permita adaptarse al nivel de análisis exigido y la utilización de los parámetros específicos que se exijan.
Adaptación al contexto institucional: plan de controles
Todo programa de desarrollo está sometido a un control externo realizado por una serie de instituciones más o menos implicadas en la inversión. Normalmente este control se realiza en diferentes niveles: local, regional, nacional… Suelen ir dirigidos a la verificación del cumplimiento de la normativa y del correcto funcionamiento del equipo gestor. También tienen como objetivo la prestación de un posible apoyo técnico en caso de que se vea necesario y la elaboración de informes que vayan reflejando la buena marcha del programa. El S&E ha de adecuarse a este plan de controles de manera que lo facilite y contribuya a hacer más transparente y reglamentaria la aplicación del programa.
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11. Apreciative Inquiry (AI)
La investigación apreciativa (Preskill y Catsambas, 2006; Dunlap, 2008) un modelo de evaluación que busca estar abierto a nuevos potenciales y posibilidades, valorar y reconocer lo mejor en la gente y en el mundo a nuestro alrededor. El AI es un enfoque que proviene del campo del desarrollo organizacional y que ha ido ganando atención por su aplicación exitosa para facilitar el cambio organizacional. Se trata de un enfoque para el cambio y que busca identificar y desarrollar lo mejor de las organizaciones para crear un futuro mejor para ellas.
Se basa en el poder del cuestionamiento positivo, de forma que en vez de centrarse en los problemas, sus causas y soluciones, se centra en las experiencias exitosas para aprender de ellas. No se trata de obviar los problemas, sino de abordarlos desde una persepectiva más constructiva, como areas con necesidades de conversación y transformación.
La idea de fondo es la del cambio positivo que asume que en toda organización hay algo que funciona bien y la hace manternerse viva, lo que podría denominarse como un núcleo positivo. La formulación de esta idea es que todo cambio (rediseño, planificación) de una determinada organización ha de comenzar con un análisis de ese núcleo positivo para ligar a él lo fundamental de la estrategia de cambio que se diseñe.
En definitiva, se trata de escoger lo positivo como centro de nuestra evaluación. Una de las herramientas con las que se aplica este enfoque es el de las cuatro “Ds”, haciendo referencia a sus cuatro etapas en inglés: Discovery, dream, design, destiny. La primera etapa de descubrimiento busca explorar el núcleo positivo haciendo preguntas sobre las mejores experiencias y lo que mejor funciona en la organización. La segunda etapa trata de soñar y crear imágnes de los mejores escenarios futuros para la organización. En la etapa de diseño se trata de poner encima de la mesa propuestas provocativas, formas innovadoras y concretas, para llegar a ese futuro soñado. En la última etapa de destino se busca poner realidades concretas y factibles detrás de las propuestas realizadas en la etapa anterior.
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8. El Empowerment Evaluation (EE)
El Empowerment Evaluation (EE) ha supuesto un fenómeno a nivel mundial desde su difusión en 1993 a través de la Asociación Americana de Evaluación (Fetterman, 1994; Fetterman y Wandersman, 2005). Esta Sociedad apadrina actualmente el EE a través de uno de sus TIG (Topical Interest Group) centrado en el Collaborative, Participatory, and Empowerment Evaluation. La EE forma parte del panorama actual de la evaluación, habiéndose adoptado en diversos campos de las políticas públicas y cooperación al desarrollo en Estados Unidos y otros países (Fetterman, 1998; Fetterman et al., 1996, Fetterman, 2000).
El trabajo de Zimmerman sobre la teoría para el fortalecimiento (empowerment theory) proporcionó un marco teórico para la EE (Zimmerman & Rappaport, 1988; Zimmerman et al., 1992; Dunst et al., 1992). Para definir una teoría para el fortalecimiento es necesaria una distinción entre los procesos y los resultados. Los procesos para el fortalecimiento (empowering processes) ayudan a la población en el desarrollo de habilidades que la hacen independiente de los responsables de la toma de decisiones. Los resultados (empowered outcomes) se refieren al buen funcionamiento del proceso de forma que podamos ver sus consecuencias (Zimmerman, 2000).
La idea original nació durante la preparación del libro Speaking the Language of Power: Communication, Collaboration, and Advocacy (Fetterman, 1993). Esta idea surgió de la confluencia de diversas fuentes: la psicología (Rappaport, 1987), la antropología (Tax, 1958), la evaluación participativa (Choudhary & Tandom, 1988; Oja & Smulyan, 1869; Papineau & Kiely, 1994; Reason, 1988; Shapiro, 1988; Stull & Schensul, 1987; Whitmore, 1990; White, 1990), la planificación (Friedmann, 1981, 1992) y el proceso mismo de investigación. El proceso de la EE es muy similar a este último, ambos están orientados a la mejora y requieren ciclos de reflexión y acción[1]. Otra gran influencia en el desarrollo de la EE fue el movimiento de reforma nacional de la educación que tuvo lugar en Estados Unidos en los años 80. Éste llevó al diseño de una evaluación adecuada para la mejora de todos los colectivos relacionados con la educación: órganos de gestión, profesorado, alumnado y padres (Fetterman & Haertel, 1990).
La EE se centra en el fortalecimiento del proceso y los resultados (Fetterman, 1998). Es fundamentalmente un proceso democrático. Toda la comunidad – no un solo individuo, un evaluador externo o un gestor interno – es responsable del proceso de evaluación. Quizás lo que más distinga el discurso de la EE más claramente de otros enfoques es su reconocimiento y profundo respeto a la capacidad de la gente para crear conocimiento y generar soluciones a partir de su propia experiencia (Fetterman, 1998; Patton, 2005; Scriven, 2005).
Aunque hay grandes diferencias como el objetivo último. En la empowerment evaluation es la autodeterminación lo que implica colaboración. Sin embargo el proceso de investigación puede ser individual.
Figura II-106: Ciclos del Empowerment Evaluation.
Fuente: Elaboración propia a partir de Fetterman & Eiler, 2001
La EE no es más que el uso de los conceptos, técnicas y hallazgos de la evaluación para fomentar la mejora y autodeterminación (Fetterman, 1998). Autodeterminación entendida como la capacidad para decidir nuestro propio futuro. Aunque puede ser aplicado a los individuos, organizaciones, comunidades, sociedades y culturas el acento lo suele poner en el diseño de la programación. Fue diseñado para ayudar a las personas en la mejora de sus programas con el uso de la autoevaluación y la reflexión. Los participantes en un programa conducen sus propias evaluaciones y el experto evaluador se convierte en un facilitador.
El Empowerment Evaluation representa una forma de aprendizaje en los contextos sociales. Su base teórica y las herramientas que utiliza logra crear una cultura de organización del aprendizaje y evaluación. Se trata de un proceso cíclico de reflexión y acción (Fetterman & Eiler, 2001) donde el ciclo que caracteriza el EE está guiado por una serie de ciclos más pequeños.
El ciclo que representa el EE (señalado como ciclo del EE en la figura) subraya el recorrido del equipo desde sus pasos iniciales, en los que primero aprenden a trabajar juntos como grupo, hasta los pasos más a largo plazo que caracterizan un trabajo maduro y productivo de una comunidad que aprende. Los ciclos pequeños (en el interior del ciclo del EE en la figura) representan el funcionamiento del EE y caracterizan la naturaleza progresiva del proceso, constituido por continuos ciclos de reflexión y acción que dependen unos de otros.
En esencia, el ciclo del EE representa el proceso por el cual la evaluación se convierte en parte de la normal planificación y gestión del programa. El primer ciclo pequeño (arriba en la figura) suele consistir en un trabajo en equipo donde todos quedan de acuerdo en establecer una misión y objetivos comunes. El segundo supone la revisión de estrategias específicas, el tercero supone una revisión de objetivos y estrategias de acuerdo a la nueva situación y conocimientos generados, y el cuarto y quinto suponen una profundización de lo hecho hasta el momento y una reflexión sobre el cómo se está aprendiendo. Todo este proceso se lleva a cabo en tres pasos:
- El primer paso es establecer la misión o visión sobre el programa. Es la construcción de una comunidad y una cultura con un enfoque común, compartiendo significados y modos de ver.
- El segundo paso es el inventariado, la identificación y priorización de las actividades más destacadas del programa. Posteriormente, el personal del programa y todos los participantes valoran como el programa está haciendo cada una de ellas (típicamente por medio de una escala de 1 a 10) y discuten esta valoración. Esto ayuda a determinar donde se encuentra el programa, incluyendo fortalezas y debilidades.
El tercer paso supone planear el futuro. El grupo establece objetivos y estrategias para alcanzar sus propósitos. Los objetivos ayudan a los miembros del programa y participantes a determinar a dónde quieren ir y en qué quieren mejorar el programa. Las estrategias les ayudan a llevar a cabo los objetivos fijados.
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4. Claves para ser un buen facilitador de talleres grupales
A la hora de diseñar un taller de evaluación, independientemente del enfoque de evaluación participativa adoptado, hemos de plantearnos las siguientes cuestiones: A quién invitar, buscando siempre la máxima inclusión posible; cómo llevarlo a cabo en cuanto a preguntas a formular y herramientas a utilizar; dónde realizarlo; y cuándo. Es importante no tratar de conseguir demasiada información demasiado rápido, la participación lleva su tiempo, aunque también conviene maximizar tiempos para llegar a plantear todas las preguntas necesarias. Tampoco conviene utilizar demasiadas técnicas participativas en detrimento de los verdaderos objetivos del taller y la evaluación.
Antes de comenzar cualquier actividad en el un taller participativo es importante asegurarse de que el grupo está preparado para esa actividad, de que la actividad fortalecerá las relaciones en el grupo y beneficiará a la evaluación que estamos realizando. Una vez decididas las actividades a realizar es importante establecer unas mínimas normas de funcionamiento. Puenden decirse frases como: “No estamos aquí para estar de acuerdo en todo”; “toda opinión es válida y debemos respetar todas las opiniones”; “no queremos que nadie monopolice la discusión”; “hablar de uno en uno”.
A lo largo del taller es necesario formentar el interés y la comunicación, ser capaz de improvisar cuando se vea necesario, saber escuchar a lo que se dice y no se dice (tono, ambiente, lenguaje corporal…) y ser consciente de los propios prejuicios. El papel del evaluador como facilitador consiste más en formular buenas preguntas que en dar respuestas, preguntas que sean abiertas y puedan provocar desacuerdo. Aunque en este caso es necesario saber manejar los conflictos que puedan generarse, cuidar que la gente más tímida participa y la gente más participativa no acapara el tiempo. En definitiva se trata de generar un ambiente en el que todos participan.