Realidad virtual. Desde SAO a Ready, Player One, todos (o al menos yo) soñamos con el día en el que la VR sea algo a lo que todos tengamos acceso. En esta review, exploraremos un casco de VR que creo que es el primer paso en esa dirección: el Oculus Quest.
Lo verdaderamente especial de este casco es que es “todo en uno”: muchos cascos de VR necesitan un ordenador para correr (básicamente, funcionan como un mando y unas pantallas, y todo el procesamiento se realiza en el ordenador); pero el Quest es un casco que no lo necesita. Se puede usar en cualquier lugar (siempre que tengas hueco) sin necesidad de ordenadores con tarjetas gráficas potentes ni sensores externos.
Empezaremos hablando de las especificaciones, en el Quest hay dos pantallas OLED (una para cada ojo) de 1600×1440, y una tasa de actualización de 72 Hz (básicamente, soporta 72 fps); tiene un procesador Snapdragon 835, y 4GB de RAM. Se vende en dos opciones: con 64 y 126 GB de memoria interna. Soporta 6 DOF, lo cual significa que recoge la posición y la orientación en el espacio de tu cabeza y de los dos Oculus Touch (los mandos). Tiene altavoces internos, aunque también tiene la posibilidad de conectar cascos con dos puertos Jack de ⅛” (de los cascos de toda la vida) y que recomiendo para una experiencia verdaderamente inmersiva. Todo esto en total pesa unos 570 g.
La experiencia inicial es excelente. Puedes moverte sin preocuparte de cables, interactuar con el entorno virtual sin necesidad de preparar un entorno físico mucho más que despejar la zona de cosas con las que te puedes chocar. El propio casco escanea y se sitúa en relación al espacio, y puedes establecer “paredes virtuales” para no chocarte en el mundo real. La visión es fluida, las demos son interesantes y es mucho mejor que cualquier visor VR de estos que metes el móvil (lo peor que le ha pasado a la VR).
Mientras más lo usas, más te das cuenta de algunas cosas que hacen que ya no sea tan impresionante. Parte de este enfriamiento es, en parte, porque deja de ser algo novedoso; por otra parte se debe a que te das cuenta de algunos de los “atajos” que usa el sistema para poder correr de manera fluida con unas especificaciones similares a un móvil actual de gama media-alta. Por ejemplo, las texturas son bastante simples, desenfoca las cosas que están lejos y utiliza un truco que consiste en que solo utiliza a tope la definición completa en el centro de la pantalla y desenfoca el resto para ahorrar memoria. Esto no es tan malo como puede parecer, porque sinceramente es impresionante que corra lo bien que lo hace, y no se nota tanto si no te vas fijando en ello.
La batería del casco dura en torno a dos horas y media de juego intenso, y los mandos unas 4-5 cargas completas del visor. Aunque el casco tiene baterías, los mandos van con una pila AA cada uno, por lo que recomiendo echar el guante a dos pares de pilas recargables e ir cambiando según sea necesario. Las baterías pesan bastante, y eso que han intentado ahorrar peso de esa manera; de todos modos, hay un impedimento más fuerte que la autonomía para jugar mucho tiempo: el peso. Antes hemos comentado que pesaba unos 570g, y todo eso está apoyado en tu cara. Incluso teniéndolo correctamente ajustado, no es raro que se te marque la forma del visor en torno a la media hora de uso, además de resultar incómodo en ocasiones.
Hablando de tiempo de juego, vamos a comentar un par de juegos que todos deberían tener con el Quest, y algunas opciones interesantes.
Quiero empezar diciendo que, la verdad, no me gusta dejarme mucho dinero en juegos (principalmente porque no lo tengo), pero los 30€ que vale el Beat Saber son de los mejores 30€ invertidos en este cacharro. Es uno de los juegos más conocidos del mundo VR, en el que tenemos una espada láser en cada mano, con las que cortamos bloques de colores coincidentes al ritmo de la música. Con la compra original incluye una gran cantidad de canciones propias, junto con algunas como POP-STARS de KDA o Crab Rave de Noisestorm. También tienes la opción de comprar packs de canciones aparte de artistas como Green Day o Panic! At the Disco; sin embargo, estas no son las opciones más interesantes. Si descargas un mod puedes importar canciones preparadas por la comunidad, y ahí es donde hay sinceramente de todo y donde se saca el mayor partido al juego. Beat Saber es uno de los juegos a los que más tiempo le he dedicado; aprenderlo es sencillo, pero dominarlo es difícil, y tiene ese sentimiento de superación que te dan Guitar Hero u Osu! cuando superas canciones complicadas.
Otro juego que también merece bastante la pena es Journey of the Gods, la versión de Oculus del clásico Legend of Zelda; cuesta unos 20€, y te dará una historia de unas 5-6h llena de combate y puzles. No tengo mucho más que decir excepto que es muy interesante y divertido, y ya me lo he pasado al 100% unas 7 u 8 veces porque lo merece.
Entramos en el (escaso) territorio gratuito para el Quest con Echo Arena, un juego creado por Oculus en el que jugaremos al frisbee-fútbol en gravedad cero. Podemos agarrarnos de las paredes o los aliados para lanzarnos por el campo, o usar unos pequeños impulsores para maniobrar de manera que podamos marcar gol en la portería enemiga en partidos 3v3. Tiene mucho potencial de e-sport (de hecho, cuenta con una pequeña esfera profesional que es muy divertida de ver) y en general es emocionante de jugar y dominar.
En cuanto a las aplicaciones sociales destacan tres que son muy similares: RecRoom, BigScreen y VRChat, donde nos podemos reunir con nuestros amigos o gente aleatoria y realizar distintas actividades. Son las tres gratuitas y muy entretenidas, cada una a su manera.
Y esto es todo, al menos dentro de la tienda oficial de Oculus. Veréis, Oculus tiene un proceso de selección interno de juegos para asegurar que cumpla con las normas de la comunidad y que tenga un determinado nivel de calidad bastante estricto, y quieren comisión a cambio; y a esto hay que sumarle que, para que corra, hay que utilizar los atajos que mencionamos antes y eso cuesta tiempo y dinero que desarrollar, por lo que lo gratis no es muy común en la tienda oficial. Sin embargo, desde una aplicación llamada SideQuest podemos instalar juegos desde su propia tienda, y aquí hay más juegos gratuitos.
El primero del que hablaremos es el Hyper Dash, un shooter 5v5 que también tiene su pequeña esfera competitiva. Corre, dispara y teletranspórtate para cumplir los diversos objetivos de la partida. Es una pena que no esté en la tienda oficial, porque si lo estuviese y la gente lo tuviera más a mano sería uno de los juegos más grandes de toda la esfera VR. Otra opción interesante es el Pavlov: Shack, un shooter realista con partidas similares al CS:GO. O cosas PokémonVR o Attack On Quest, para los que somos más frikis. Es todo un universo que merece la pena explorar.
Aunque hay muchos juegos más, no tengo ni el dinero para probarlos ni el espacio del artículo, así que lo dejaremos por aquí en el entorno juegos. Si os interesa mucho, podríamos hacer análisis más profundos de diversos juegos de manera individual. ¡Esperamos oír vuestras respuestas!
Pasemos a las conclusiones finales. Todo esto está muy bien, pero, ¿cuánto cuesta?
El Oculus Quest se vende por 450€ en su versión de 64GB, y por 550€ la de 128GB.Puede parecer caro, pero en realidad es un precio muy apetecible, sobre todo si tenemos en cuenta que no necesitamos una tarjeta gráfica potente en nuestros ordenadores, no hay cables, y si lo ponemos comparado a los 700€ de las HTC Vive o los 1000€ del Oculus Rift. Yo me compré la versión de 128 gigas, y en total me he dejado unos 600 euros, con varios juegos que compré (el precio de los juegos para Quest ronda los 20€ de media). Sin embargo, estoy encantado con el Quest, y creo que es el primer paso para traer la realidad virtual a todo el mundo.
Entonces, compra clara, ¿no?
Sí, y no. El Quest es el primer paso hacia el VR de usuario masivo. Pero, os quiero presentar rápidamente el segundo paso, también de Oculus, y llamado de manera muy original Oculus Quest 2.
El Quest 2 salió hace relativamente poco, y tiene una pantalla LCD que permite una resolución de 1832×1920 por cada ojo, 90 Hz de tasa de actualización, con una CPU Snapdragon XR2 (de lo mejorcito que hay), 6 GB de RAM, y viene con 64 GB por 350€ (100 menos que el Quest de la misma capacidad) y con 256 GB por 450€. En cuanto a software, de momento comparte todo con el Quest (por lo que los gráficos mejorados no se notan tanto en juegos), pero dudo que tarden mucho más en salir juegos específicos para este. Pesa 500 g, 70 menos que el Quest. Es, simplemente, una versión mejorada del Quest. Pero tiene un pequeño problema.
Oculus fue comprada en 2014 por Facebook, y todos sabemos que nuestro querido Mark quiere todos tus datos personales. Para usar el Quest 2, necesitas tener una cuenta de Facebook verificada. Eso suena bien, hasta que entiendes lo que significa “cuenta verificada”.
Por ejemplo, no sé si quiero que Mark sepa cómo me muevo o reacciono a cosas como juegos de terror, shooters, o demás. También, el hecho de tener cuenta verificada significa que debe saber tu nombre real, y tiene que ser contrastado. Así que, Facebook te puede pedir una foto de tu DNI/carnet de conducir/cualquier documento acreditativo de tu identidad. Si, por algún casual, Facebook determina que tu cuenta no es legítima, te banearán. En el mejor de los casos, pierdes el acceso a los juegos que ya has pagado por tener. En el peor, convertirán tu Quest 2 en poco más que un pisapapeles de 500 euros.
No me apetece referirme a El Círculo al hablar de Facebook otra vez (gran libro, El Círculo de Dave Eggers, lectura recomendada por mi parte), pero hasta que esto no tenga solución, no me gustaría arriesgarme a gastarme 500 euros en un pisapapeles. Y es una pena, porque es un casco sinceramente genial. Solo con el procesador prácticamente se paga el dispositivo, y creo que esta situación se debe a un único factor: Competencia.
Si hubiese otro dispositivo de prestaciones y precio similares sin tener que vender tu información a Facebook, el Quest 2 no vendería ni la mitad de lo que ha vendido. También, estaría bien tener más opciones en el mercado de este tipo de dispositivos que no sean de Oculus. Como se suele decir, en la variedad está la diversión.
Para acabar, ¿compro o no compro el Quest/Quest 2?Ahora mismo es uno de los mejores momentos para entrar al mundo de la realidad virtual. Mucha gente conoce únicamente la realidad virtual con cosas como el Google Cardboard u otros cascos para móviles, y no ven en ello nada más que una chorrada. La realidad virtual de verdad está en un gran momento, y es algo que opino que todos deberían probar al menos una vez. Con Black Friday a la vuelta de la esquina, seguro que puedes conseguir cualquiera de los dos o cualquier otro casco de VR a precios sinceramente ridículos. Hay muchas opciones en el mercado de los cascos VR de ordenador, como el de Steam, el de HTC, y muchos más. El Quest y el Quest 2, sin embargo, me parecen mucho mejores opciones de primera compra en este mundillo. No hay cables de por medio, no necesitas un espacio dedicado a ello, ni un ordenador capaz de correr los juegos. El Quest me ha dado muchísimas horas de diversión, y es muy divertido ver a la gente probarlo por primera vez y quedarse completamente maravillada. Creo que el Quest ha sido una gran compra, y el Quest 2 es aún mejor. Aunque cada uno tiene sus problemas, son una inversión interesante, si tienes el dinero.
Autor: Jorge González Oliván
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