A lo largo del proceso de evaluación participativa se crean vínculos, una relación estrecha, entre el evaluador y los implicados en el programa objeto de la evaluación. A través de estos vínculos, la experiencia del evaluador puede enriquecer el proceso si se utiliza de forma adecuada. No se trata de imponer esa experiencia sino de compartirla, analizar muy bien cuál debe ser su papel, y entender que la toma de decisiones en los trabajos de evaluación puede variar a lo largo del proceso.
El papel del evaluador ha sido descrito como: facilitador, educador, consultor, consejero (Morabito, 2002); colaborador (Patton, 1997); amigo crítico (Rallis and Rossman, 2000); intérprete y mediador. Cada uno de estos términos añade algo a la implicación del evaluador en el proceso de evaluación. La cuestión es entonces averiguar cuáles son los papeles que el evaluador puede tomar en la evaluación participativa. Éstos pueden resumirse en dos:
- Evaluador, que hace referencia a su profesionalidad y provee a su trabajo de la credibilidad necesaria. Se trata de un papel en el que lo importante es cumplir los requisitos del que encarga la evaluación y llegar a producir resultados creíbles de evaluación.
- Facilitador, que hace referencia a la construcción de capacidades (especialmente capacidades de evaluación interna) entre los participantes en la evaluación. Se incluye aquí el papel de educadores, colaboradores, amigos críticos o consejeros a través, principalemente, del proceso de evaluación.
El papel del evaluador en los diferentes enfoques participativos de evaluación.
En el gráfico podemos ver cómo el papel del evaluador puede ir de ser el director absoluto de la evaluación, a ser un simple facilitador en una evaluación dirigida por los participantes. En el eje de ordenadas vertical está representado en nivel de implicación en la toma de decisiones tanto del evaluador como de los participantes (líneas inclinadas que se cruzan a la mitad); en el eje de abcisas horizontal están representados los diferentes enfoques de evaluación participativa.
En los enfoques participativos en el extremo izquierdo de la gráfica (implicación del evaluador mayor que la de los participantes en la toma de decisiones) las evaluaciones son dirigidas por los evaluadores que solo usan de la participación para extraer información que resulte útil y práctica para la toma de decisiones. En los enfoques participativos en el extremo derecho de la gráfica el punto de vista es más transformador y se tiende a que sean los participantes los que toman las decisiones en las actividades de evaluación, relegando al evaluador a un papel de facilitador del proceso. Muchos evaluadores piensan que nunca debería pasarse de la mitad de la gráfica para la derecha, pues se piensa que los evaluadores han de dirigir siempre la evaluación.