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El Enfoque del Marco Lógico

El Enfoque del Marco Lógico (EML) es una herramienta de planificación que fue formalmente adoptada por primera vez por Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) para la cooperación al desarrollo a comienzos de los 70. Sus orígenes se pueden situar en las teorías de gestión del sector privado dentro del enfoque de la gestión por objetivos que tuvo gran popularidad en los años 60.

El Enfoque del Marco Lógico (EML) (NORAD, 1993) fue diseñado como técnica para identificar y analizar una situación dada, y definir objetivos y acciones que serán llevadas a cabo para mejorar esa situación. Después de la preparación de un programa o proyecto, el EML vino a constituir en muchas ocasiones una herramienta clave de gestión, seguimiento y evaluación, proporcionando la base para la programación de las actividades y para el desarrollo del sistema de seguimiento y un marco para la evaluación.

Como resultado de la colaboración entre la Unidad de Evaluación del Ministerio Noruego de Asuntos Exteriores y Knut Samset de Scanteam International A.S. salió publicado en 1997 un manual de evaluación basado en el EML (NORAD-UD, 1997), que en aquellos momentos era sin duda el manual más utilizado para el diseño de proyectos de cooperación al desarrollo.

En los últimos años, el enfoque de Marco Lógico (EML) se ha consolidado, no sólo como metodología de planificación y formulación de programas, sino que también inspira los esfuerzos de evaluación de estos programas. Es generalmente adaptado mediante la utilización de matrices de planificación para la evaluación de programas considerándose que éstas aportan rigor a la planificación y a la evaluación.

Desde la perspectiva del EML, los programas de desarrollo se articulan en función de una jerarquía de objetivos, de acuerdo a una cadena causa-efecto de cuatro niveles: insumos, resultados, objetivos específicos y objetivo general. La función de la evaluación lógica consiste, por tanto, en un proceso orientado a contrastar resultados con objetivos, lo esperado con lo real.

la matriz del diseñoEl principal instrumento de evaluación es la propia matriz de planificación, que traduce los objetivos y resultados esperados en indicadores cuantitativos. El objetivo central del EML es asegurar la gestión eficaz del programa, mediante la revisión periódica del grado de cumplimiento de los indicadores, la revisión del presupuesto, así como la identificación y análisis de problemas como fuente de aprendizaje institucional. El resultado final del proceso continuo de evaluación es una colección de informes de seguimiento, normalizados, homogéneos, tal y como exigen los organismos financiadores. En este sentido, el EML, más que una metodología de evaluación, constituye, en el fondo, un proceso de normalización de los procedimientos de gestión de los programas.

 

La matriz del diseño del EML describe la jerarquía de objetivos y los principales supuestos.
Fuente: Elaboración propia a partir de NORAD, 1993

Como componentes generales de la evaluación se consideran la eficiencia, eficacia, impacto, pertinencia y viabilidad. En conjunto, el modelo pretende proporcionar un marco común tanto para la evaluación, como para el establecimiento de sistemas de información. Se establece según un esquema tridimensional, en el nivel inferior organiza la información sobre el programa en cuestión, tal y como está definida en la jerarquía de objetivos, describe los elementos principales del programa y qué se espera lograr en el corto y largo plazo. Esto es también conocido como el “formato EML”, en el que la jerarquía de objetivos es considerada particularmente importante para la planificación y gestión del programa.

Al ser el propósito de las evaluaciones realizar análisis a un nivel agregado, se concentran sobre unos pocos criterios centrales denominados componentes de la evaluación, que es la segunda dimensión. Se construye directamente sobre los elementos de la jerarquía de objetivos y proporciona conocimiento agregado a un nivel superior, útil para la toma de decisiones.

La tercera dimensión viene definida al existir la necesidad de analizar los factores de desarrollo que afectan a la viabilidad del programa. Objeto de atención por ser considerados como problemáticos o sensibles para el éxito de la intervención. En la figura siguiente queda esquemáticamente desarrollado este proceso:

modelo de evaluaciónModelo de evaluación del EML estructurado en las tres dimensiones: la jerarquía de objetivos, el conjunto de componentes de la evaluación y los factores de desarrollo
Fuente: Elaboración propia a partir de NORAD, 1993

Las ventajas que permite este modelo de evaluación son:

  • Una utilización sistemática del conocimiento sobre el programa en cuestión.
  • La agregación de conocimiento, de forma que aquellos que toman las decisiones pueden evitar una información excesivamente detallada.
  • Un énfasis sobre seguimiento profesional, de especial importancia para lograr un desarrollo sostenible.
  • La utilización de otros enfoques además de la evaluación de objetivos, como la evaluación de procesos.

 

Referencias citadas:

NORAD (1993). El enfoque del marco lógico (EML). Manual para la planificación de proyectos orientada mediante objetivos. Agencia Noruega de Desarrollo; Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación (IUDC). Universidad Complutense de Madrid-Fundación Centro Español de Estudios de América Latina (CEDEAL). Madrid.

NORAD-UD (1997). Evaluación de proyectos de ayuda al desarrollo. Manual para evaluadores y gestores. Agencia Noruega de Desarrollo-Unidad de Evaluación del Ministerio Noruego de Asuntos Exteriores. Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación (IUDC) – Universidad Complutense de Madrid – Fundación Centro Español de Estudios de América Latina (CEDEAL). Madrid.