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Preguntas clave que ayuden a definir los contenidos de evaluación

PREGUNTAS CLAVE

El primer paso para definir los contenidos de una evaluación está en decidir el nivel de análisis inicial entre local, regional, nacional… Una vez delimitado este nivel, conviene formular un conjunto de preguntas clave que dejen claro el propósito de la evaluación que se emprende. Se trata de establecer qué puedo evaluar para luego determinar qué quiero evaluar. En un modelo de evaluación basado en un conjunto de preguntas, es fundamental contar con una buena metodología de respuesta que permita tratar adecuadamente las cuestiones planteadas y sacar todo el provecho posible de cada una de ellas.

Se han de establecer para cada pregunta un conjunto de criterios e indicadores en perfecta adaptación con el programa, que permitan recopilar de forma coherente la información obtenida y evaluar los resultados conseguidos. También facilitan la agregación y comparación de los resultados. Se ha de intentar, en la medida de lo posible, aportar respuestas cuantitativas a las preguntas de evaluación, usando los indicadores apropiados. En cualquier caso siempre se proporcionará una respuesta cualitativa bien justificada. Unos posibles pasos a seguir para el tratamiento de cada pregunta se señalan a continuación.

 

Finalidad y comprensión de la pregunta

Explicación de la pregunta haciendo una pequeña descripción de lo que se estudiará en ella. Es un punto donde se matiza, dentro de la amplitud de cada pregunta, lo que se va a estudiar en concreto y los aspectos en que se hará más hincapié. También se centra la aportación de la respuesta en el contexto global de la evaluación dando razón de su importancia.

 

Criterio para la evaluación

En este punto se especifican criterios que ayuden a formular un juicio de valor sobre el éxito de los objetivos planteados a la vista de los resultados arrojados por los indicadores y demás información obtenida. Se trata de constatar los aspectos en los que nos vamos a fijar y el grado de exigencia con el que vamos a medirlos, para dar una respuesta a la pregunta.

El criterio sirve para evaluar el éxito, al poner en relación el indicador con el resultado o impacto previsto. Dentro del criterio podemos distinguir lo que propiamente se llama criterio (aumento, disminución…) y el llamado nivel de objetivo, esto es, el nivel que ha de alcanzarse para satisfacer el criterio y concluir que la ayuda ha tenido éxito. Habitualmente, ese nivel se corresponderá con un objetivo cuantificado. Ante la escasa cuantificación de los objetivos programados, en muchas ocasiones es necesario acudir a un nivel de objetivo expresado en forma más bien genérica dando una línea de base con un punto de referencia. En estos casos, el equipo evaluador, cuando se vea conveniente y atendiendo a las características del programa o a las circunstancias locales, delimitará el objetivo con la mayor precisión posible.

 

Análisis para la respuesta

Se realiza aquí el análisis de toda la información obtenida para buscar que la respuesta a la pregunta planteada sea lo más precisa posible. Son varias las tareas a realizar dependiendo de cada caso, pero tras la recopilación y análisis de los datos y la posible necesidad de tener que reconstruir la situación de referencia será necesario tratar de definir algunos indicadores que permitan extraer algunas conclusiones para responder a la pregunta.

La recopilación de datos ha de tener en cuenta el posterior análisis, a través de medios apropiados y completando los resultados del seguimiento con la recopilación de información adicional. Una vez recopilados los datos, se ha de efectuar la evaluación, analizándolos y determinando los efectos del programa concernientes a la pregunta que se esté respondiendo.

El análisis de los datos se ha de realizar de modo que sea posible efectuar comparaciones y llegar a conclusiones, de tal manera que la evaluación sirva para determinar si los efectos que el programa ha producido son suficientes frente a los objetivos marcados. Se trata de analizar así la situación de referencia o hipotética, es decir, qué hubiese sucedido sin la intervención, definiéndose habitualmente como “la situación sin programa”. No se trata por tanto de la situación inicial sino de la situación que viviría el sector si el programa no hubiera existido.

Es importante concluir el análisis con la búsqueda de indicadores que ofrezcan la información cuantitativa que mejor recoja el análisis de la información realizado y mejor prepare la respuesta a la pregunta. Como norma general, elegir indicadores que puedan medir los progresos de la consecución de los objetivos del programa, y no perderse en interminables baterías de indicadores, sino que hay que centrarse en los indicadores más significativos y pertinentes.

 

Respuesta: Conclusiones y recomendaciones

Basándose en toda la información recogida y analizada, tanto cuantitativa como cualitativa, se ha de dar una respuesta concisa fundamentada en los apartados anteriores. Como la evaluación es considerada esencialmente un análisis de lo que se ha hecho, estas respuestas deben permitir saber cómo ocurrieron las cosas y por qué.

Por otro lado se considera que la evaluación ha de estudiar especialmente los impactos logrados tanto a corto como a largo plazo, deteniéndose en los aspectos sociales, culturales, medioambientales… según corresponda a la pregunta en cuestión. Además se han de tratar aspectos como la utilidad y sostenibilidad de los impactos conseguidos, para sacar finalmente unas conclusiones y recomendaciones.

 

Limitaciones de la respuesta

Se indican aquí las posibles limitaciones de la respuesta dada en el apartado anterior, de manera que ésta se pueda valorar adecuadamente. Como limitaciones se pueden entender informaciones que hubieran sido valiosas pero no pudieron conseguirse, la relativa fiabilidad de algunos datos, la imposibilidad de resolver determinadas situaciones, la poca colaboración obtenida, la mala programación realizada con anterioridad… y en definitiva todo lo que constituya un obstáculo a la buena realización de la evaluación.