Muy relacionada con la gestión del conocimiento está la gestión del cambio y la innovación que éste genera. Entendiendo esta innovación como el arte de transformar el conocimiento en calidad de vida, en un sentido amplio que abarca todos los conceptos de desarrollo: estrategia, procesos de gestión o coordinación, productos/servicios, resultados… Un proceso de aprendizaje social que requiere de esfuerzo más que de genialidad, y de una estrategia para la gestión del cambio.
Una estrategia para la gestión del cambio tiene como punto de partida la creación de un clima que cuide los siguientes puntos como caldo de cultivo para la generación de innovación:
- Respeto de la autonomía, el permitir a todos los individuos actuar con libertad supone una posible fuente de innovación. Los individuos han de poder actuar con el mayor grado de libertad posible para aprovechar el potencial de ideas que representen nuevas oportunidades.
- Generación de un estado de tensión, de retos elevados dentro de un límite adecuado que no lleva a la frustración, que dirija a todos los implicados hacia la búsqueda del cambio y no hacia la mera adaptación al entorno. Este estado de tensión y caos creativo supone un caldo de cultivo que impulsa la innovación.
- El diálogo como proceso para la transformación que posibilita a sus participantes el abandono de sus propias perspectivas y formulación de nuevos escenarios de entendimiento.
- La visión compartida que permita a los individuos compartir e integrar aspectos de sus conocimientos que no son comunes entre ellos y construya nuevas experiencias a través del desarrollo de trabajos o proyectos conjuntos.
- El desaprendizaje implica desechar aquellos conocimientos que se han quedado obsoletos venciendo la resistencia que en muchos casos se presenta. Esta actividad es fundamental para una correcta interpretación compartida, pues el esfuerzo por mantener las visiones anteriores, puede conducir a que la información se interprete dentro de un ámbito muy limitado, obteniendo como resultado una miopía colectiva que impida detectar nuevas oportunidades [1].
Al igual que en la gestión del conocimiento, la documentación es una actividad importante en la gestión de la innovación para hacer explícitas, fáciles de entender y accesibles a todos las potenciales innovaciones que se puedan introducir. También es importante la vigilancia del entorno introduciendo actividades de medición y diagnóstico a través del seguimiento o monitero para realizar una búsqueda sistemática de información. Todos los que lo realizan deben convertirse en escaneadores del entorno, es decir, en recopiladores y transmisores de información.
Gestión de la innovación
Estas actividades han de permitir focalizar la atención y los esfuerzos en alguna estrategia concreta de innovación. Una vez lograda esta focalización, los esfuerzos pueden orientarse a la capacitación de la estrategia elegida dedicando los recursos necesarios para implantarla. La reflexión sobre todos los elementos anteriores y la revisión de las experiencias tanto de éxito como de fracaso ha de llevar al aprendizaje y mejora continua entre la población, en definitiva, a su fortalecimiento desde el punto de vista del desarrollo.
La innovación puede ser gestionada si se sabe dónde y cómo mirar (Drucker, 1991). La gestión del cambio y la innovación suponen un auténtico reto organizativo. Elaborar una auténtica estrategia del cambio, donde en primer lugar se identifican las necesidades de cambio y las resistencias a éste junto con las propuestas concretas de innovación. Posteriormente —a través de un modelo de actuación que incentiva la innovación— se realiza el desplazamiento deseado y consensuado con la participación.
En este sentido, destaca la dificultad que encuentran las comunidades con experiencia en programas de desarrollo para desechar las formas de actuar que en el pasado dieron resultado. Esta resistencia probablemente tiene su origen en las reticencias de las personas con experiencia a abandonar parte de los conocimientos y formas de actuar adquiridos a lo largo de los años y que constituyen su único capital.
Mecanismo de aprendizaje para la generación y gestión de la innovación en el modelo de S&E
Cinco son los elementos clave para gestión del cambio y la innovación en el modelo:
- Identificación del liderazgo local como proceso interpersonal mediante el cual influir en el comportamiento para que logren metas de innovación. Sin un líder comprometido con el aprendizaje y la innovación, difícilmente se logrará el cambio.
- Implantación de una cultura que incentive la innovación, la experimentación y el riesgo y motive a la población a desarrollar su capacidad de aprendizaje. Hacer a todos los implicados responsables de la intervención —que se identifiquen más intensamente con ella— y vean sus posibles beneficios, aumenta su motivación.
- Selección de personal con un elevado grado de profesionalización en cuanto a técnicas de negociación y comunicación, que permita potenciar las actitudes cooperativas de los trabajadores y facilitar la confianza y el trabajo en equipo. Es importante su formación de cara al éxito en la gestión del cambio.
- Estrategia que articule la orientación futura de acuerdo con el capital territorial y con una combinación óptima entre la explotación de los recursos y capacidades existentes y la exploración de nuevas alternativas.
- Estructura organizativa, elemento que da soporte a los anteriores especificando las interacciones entre los individuos y grupos dentro del sistema de S&E. El desafío para lograr una gestión eficiente de la innovación pasa por la combinación de los conocimientos, las comunicaciones laterales y formas organizativas flexibles y autónomas que permitan la experimentación y la integración de nuevos conocimientos.
Referencias citadas:
Davenport, TH., DeLong, DW. and Beers, MC. (1998). Succesful knowledge management projects. Sloan Management Review, 39 (2), 43‐57.
Drucker, P. (1991). La innovación y el empresario innovador. Barcelona: Edhasa.