De acuerdo al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) las naranjas se engloban dentro del grupo de frutas frescas y, más concretamente, en el subgrupo de frutos cítricos (naranja, limones, mandarinas y pomelo), siendo dichas variedades de fruta fresca las más consumidas actualmente.
Por consiguiente, considerando que el consumo doméstico de naranjas en el año 2019 fue de 749.931,64 miles de kg y que aproximadamente el 50% del peso de la naranja se transforma en residuo orgánico en forma de cáscara, se generaran anualmente 374.965,82 miles de kg de residuos orgánicos, pero ¿y si pudiésemos contribuir a reducir dicho desperdicio?
Para ello, proponemos confitar la piel de la naranja lo cual puede ser un postre en sí mismo, pero también puede acompañar a otros postres que podemos hacer en casa cómo, por ejemplo, un panettone.
Preparación
- Cortar la cáscara de la naranja en tiras.
- Incorporar las tiras en una olla, cubrirlas de agua, añadir una cucharada de sal y calentar hasta que el agua comience a hervir, siendo entonces cuando hay que retirar las cáscaras del fuego y colarlas.
- Repetir el paso anterior otras tres veces, pero en estas ocasiones sin incorporar la cucharada de sal y acordándonos de cambiar el agua con cada cocción.
- Incorporar en la olla las cáscaras una vez hemos eliminado el exceso de humedad, junto con azúcar y agua. La proporción de cada ingrediente será de aproximadamente 100 gramos de azúcar y agua por cada naranja de la cual hemos extraído su cáscara.
- Cocinar los tres ingredientes durante aproximadamente 90 minutos a fuego medio.
- Dejar enfriar y colar las tiras para separarlas del almíbar resultante de la cocción.
- Rebozar las cáscaras por azúcar.
- Dejar secar durante 24 horas.