Existen una serie de conceptos etnográficos que pueden guiar y marca el ritmo del trabajo de campo cuando llevamos a cabo una evaluación participativa. Con la experiencia, estos conceptos se automatizan y terminar por regir la estrategia y comportamiento del evaluador. Se trata de conceptos que ayudan al evaluador menos experimentado a penetrar en la cultura y costumbres donde ha de realizar su trabajo participativo. Fetterman (2010) analiza todos los conceptos que deben tenerse en cuenta: cultura, contextualización y perspectiva holística, estudios micro y macro, perspectivas émica y ética, orientación no prejuzgadora, diversidad inter e intracultural, estructura y función, símbolo y ritual, y operatividad.
Cultura
El primero de estos conceptos es la cultura que bajo una perspectiva materialística clásica incluye patrones de comportamiento, costumbres y modos de vida; bajo una perspectiva cognoscitiva ideacional incluye ideas, creencias y conocimientos (orientado hacia el lenguaje, las definiciones de la realidad, la existencia y el significado de los símbolos).
Contextualización
La contextualización de los datos implica situar las observaciones que se hagan en una persepectiva más amplia, lo que resulta necesario para hacer una buena caracterización del mérito, valor e importancia de aquello que se observe. La interpretación de los datos está siempre condicionada por el contexto.
Perspectiva holística
Se trata de obtener una perspectiva integral y completa del grupo social o programa que se evalúa. El punto de partida es la descripción de su historia, religión, política, economía y medioambiente, de modo que se cubran todos los ángulos. Se trata de un concepto que ayuda a descubrir las interrelaciones entre los varios sistemas y subsistemas que subyacen en la comunidad o programa que es objeto de estudio.
Estudios micro y macro
La evaluación está determinada por los límites que se pongan en los estudios que se lleven a cabo. Según se marquen estos límites los estudios pueden ir del nivel micro —cuando adoptamos una visión de primer plano, detallada y cercana, del objeto de estudio— al nivel macro, cuando adoptamos una perspectiva más general.
Perspectivas émicas y éticas
La perspectiva émica es la perspectiva interna de las personas afectadas por una intervención, la perspectiva local o nativa. Se trata de una perspectiva que ayuda a entender situaciones y comportamientos, y fomenta la aceptación de múltiples realidades. La perspectiva ética es la perspectiva externa o científica de quien observa el mismo fenómeno, del que no es partícipe, desde fuera. La mayoría de los evaluadores comienzan a recoger datos desde una perspectiva émica y luego tratan de dar sentido a esos datos conjuntando la visión local con su propia persepectiva científica.
Orientación no prejuzgadora
Esta orientación requiere que el evaluador suspenda su propia valoración personal de cualquier práctica cultural. El hecho de luchar contra los propios prejucios obliga al evaluador a explorer nuevas direcciones, asegura la validez de los datos recogidos y previene la contaminación de los mismos. Es importante destacar que los evaluadores no pueden ser completamente neutrales; todos somos producto de nuestra cultura.
Diversidad inter e intracultural
Es importante sensibilizarse frente a la diversidad inter e intracultural. La primera es más fácil de observar, mientras que la segunda tiende a pasa inadverida. Se trata de un concepto imprescindible de cara a producir una visión completa de una comunidad, evitando el peligro de crear estereotipos.
Estructura y función
El concepto de estructura hace referencia a la estructura social o configuración de un determinado grupo social; el concepto de función, a las relaciones sociales entre los miembros del grupo. La mayoría de las comunidades tienen estructuras internas identificables y un conjunto de relaciones sociales estables que ayudan a regular el comportamiento. La evaluación ha de penetrar en esas redes informales e influencias que gobiernan la comunidad y entenderlas para dirigir correctamente sus estudios.
Símbolo y ritual
Símbolos son expresiones dotadas de un significado que evoca poderosos sentimientos y pensamientos. Los evaluadores han de buscar símbolos que les ayuden a entender y describir una determinada cultura. Los rituales son patrones de comportamiento simbólicos que se repiten y juegan un papel en la vida religiosa y secular de una comunidad; son como puertas abiertas que comenzar a comprender una determinada cultura. Juntos, los símbolos y los rituales, ayudan a los evaluadores a dar sentido a las observaciones al proveer de un marco que permita clasificar los comportamientos observados.
Operacionalismo
Este último concepto hace hincapié en la necesidad de definir los términos y métodos de medición empleados. Los evaluadores deben cuantificar e identificar las fuentes de información y sus formas de análisis siempre que sea posible, de forma que otros evaluadores puedan continuar el estudio, probarlo o desmentirlo.