Como en cualquier toma de decisiones, para la implementación de un programa de desarrollo es imprescindible preparar la idea, motivar y formar a la población, formular una estrategia a partir de la población y elaborar un plan de actuación. El objeto de la evaluación previa es supervisar todos estos pasos y asegurar su correcta ejecución.
Desarrollo del sistema de seguimiento y evaluación durante la etapa de diseño y evaluación previa
Para desarrollar un sistema de seguimiento y evaluación en la etapa de diseño de una intervención es necesario seguir una serie de pasos que van desde los trabajos preparatorios hasta la puesta en marcha del programa. Si se quiere conseguir que los programas sean evaluables en el futuro, es esencial una cuidadosa planificación del trabajo de S&E. Antes de comenzar el S&E han de estar determinados sus objetivos, ámbito de aplicación, cuestiones a tratar, calendarios, equipos encargados de realizarlo, planificación del trabajo de campo y recogida de información. También han de estar realizados los trabajos preparatorios de revisión de documentación y estudio del programa y su contexto para la correcta adecuación de las actividades que se vayan a realizar
Todos estos trabajos preparatorios podemos agruparlos en tres: la adaptación al programa y su contexto, la constitución de equipos, y la definición del ámbito de evaluación. Abordamos a continuación la adaptación al programa y su contexto.
Para lograr solventar muchas de las dificultades que resultan de la aplicación de un modelo de S&E es preciso prestar atención a los aspectos esenciales de los programas y las circunstancias que rodean su implementación. Es necesaria una adaptación a las características del programa y su contexto territorial. En un marco ya más global es necesaria esta adaptación con el contexto legal e institucional en el que se desarrolla el programa.
La adaptación a las características del programa permite el perfecto ajuste entre las actividades de S&E y las características de la intervención. Este ajuste se ha de centrar en los objetivos perseguidos, la estrategia y el funcionamiento de la gestión y financiación. Para ello es necesario conocer muy bien el programa a lo que puede contribuir la realización de un modelo lógico del programa como puede ser el Enfoque del Marco Lógico (EML). Estos modelos lógicos organizan la información sobre el programa tal y como está definida en su jerarquía de objetivos, describe sus elementos principales y qué se espera lograr en el corto y largo plazo. Las ventajas de estos modelos para lograr el conocimiento y comprensión del programa son:
- La utilización sistemática del conocimiento sobre el programa.
- La agregación de conocimiento, de forma que se puede realizar un análisis a un nivel agregado centrado en unos pocos criterios centrales. Se logra evitar así una información excesivamente detallada.
La adaptación al contexto territorial conlleva un estudio y análisis en profundidad que permite a los equipos encargados del S&E partir de una idea clara de las capacidades reales y potenciales para la generación del desarrollo. El margen de maniobra para poder juzgar en su debida medida los logros que se fueran consiguiendo. Especialmente hay que clarificar el valor de las posibles mejoras en al menos cuatro dimensiones de la competitividad territorial.
- Competitividad del entorno: Capacidad de los agentes locales para valorizar su entorno.
- Competitividad social: Capacidad de actuar juntos.
- Competitividad económica: Capacidad de crear vínculos entre sectores de tal modo que se mantenga in situ el máximo de valor añadido.
- Localización en el contexto global: Capacidad de establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo.
La adaptación al contexto legal tiene dos aspectos, el que afecta al programa y el que afecta a las propias actividades de S&E. Éste marco normalmente viene expresado a modo de directivas, reglamentos, normativas que en algunos casos son orientativas y en otros son de obligado cumplimiento. Algunos de los criterios de evaluación han de basarse en el examen detallado de este contexto y las actividades de S&E deben amoldarse al menos a los requisitos mínimos exigidos.
Por último está la adaptación al contexto institucional. Todo programa de desarrollo está sometido a un control externo a él realizado por parte de una serie de instituciones más o menos implicadas en la inversión. El modelo de S&E ha de adecuarse a este plan de controles de manera que lo facilite y contribuya a hacerlo más transparente: especialmente en el caso de las comprobaciones iniciales, los controles de aplicación y la elaboración de informes. Además ha de ser capaz de aprovechar e incluir en el aprendizaje el probable apoyo técnico suministrado por los equipos de control.