METAMORFISMO

El metamorfismo es el conjunto de procesos que, esencialmente, se desarrollan en estado sólido y que afecta a las rocas provocando cambios en su composición mineral y/o en su microestructura (textura).

El metamorfismo se puede considerar como un conjunto de reajustes que sufren las rocas al encontrarse en un medio con características distintas a las de su formación. En general, se acepta que estos cambios, se producen en estado sólido, aunque pueden coexistir con fusión parcial e incluso, intervenir fluidos intersticiales como H2O y CO2 que  tienen una gran influencia en el desarrollo de estos procesos.

Los principales factores o características que determinan la estabilidad de minerales y rocas son la temperatura y la presión. Por lo tanto, si por distintas circunstancias varían estos factores, los minerales y rocas serán inestables y sufrirán distintas modificaciones para alcanzar la estabilidad en las nuevas condiciones de temperatura y presión.

De forma general, los procesos metamórficos se desarrollan en zonas profundas de la litosfera; y en general representan un tránsito gradual entre los desarrollados en zonas más superficiales de ambientes sedimentarios y los que se desarrollan en condiciones de elevadas presiones y/o temperatura cercanas a ambientes magmáticos.

En un esquema muy simplista, en realidad los procesos son mucho más complejos, se pueden entender los procesos metamórficos como procesos de adaptación sufridos por la roca. Estos cambios afectan fundamentalmente a:

  • Los minerales de tal forma que durante el metamorfismo desaparecen los minerales inestables y aparecen minerales estables en las nuevas condiciones
  • Las texturas, ya que el metamorfismo determina cambios en cambios en el tamaño, forma y orientación de los minerales

 La mayoría de los procesos metamórficos no conllevan cambios en la composición química global de las rocas, pero hay ocasiones en las que sí se producen variaciones debido a la pérdida o enriquecimiento en determinados minerales.

Las reacciones metamórficas están condicionadas por variaciones de la temperatura, la presión y en menor medida por la presencia de fases fluidas, aunque éstas no están siempre presentes y de forma general actúan como catalizadores favoreciendo las reacciones metamórficas.

Debido a la cantidad de variables, a la gran diversidad de sus intensidades y a que el metamorfismo puede afectar a cualquier tipo de roca, existen una gran variedad de rocas metamórficas. Por ello, para su estudio es necesario establecer distintos grupos con características comunes. El lugar o ambiente geológico donde se desarrolla es uno de los criterios utilizados para establecer una primera clasificación:

Metamorfismo no asociado a la Tectónica de Placas

Metamorfismo asociado a la Tectónica de Placas