Se llaman procesos de alteración a todos los procesos que sufre las rocas cuando se encuentran en condiciones superficiales y en contacto con la atmósfera, la hidrósfera y la biósfera. Todas las rocas en estas circunstancias sufren estos procesos, pero son, sin duda, las rocas endógenas (formadas en zonas profundas) las que los experimentan con mayor intensidad.
Los efectos más claros de este tipo de procesos son una disminución del tamaño de la roca o el mineral y/o transformaciones de los minerales, siempre hacia situaciones de mayor estabilidad en condiciones superficiales. Los procesos de alteración pueden afectar a los materiales con distintos niveles de intensidad, que pueden ir desde simples fragmentaciones a producir distintos cambios en la mineralogía, que puede llegar incluso a la destrucción del mineral y sus integrantes lavados en solución o formando parte de otros minerales.
De forma tradicional los procesos de alteración se clasifican en función de su naturaleza y se habla de
- Procesos físicos
- Procesos químicos
En cualquier caso, hay que entender que en la naturaleza los dos tipos de procesos se desarrollan de forma conjunta y que el hecho de separarlos es únicamente para su estudio.