- Fabricado en 1930
- Dimensiones 8x11x8 cm
Junto a todos los aparatos telegráficos, tanto en oficinas importantes como en secundarias se disponía un miliamperímetro, generalmente de cero central, para observar el paso de las corrientes de línea, y así detectar la falta o exceso de circuito en caso de avería. Solían llevar sendos fusibles de unos 30 miliamperios en cada banda. Los telegrafistas hábiles eran capaces de “leer” los signos morse a través de los movimientos de la aguja, y supervisar así las comunicaciones en paso por sus oficinas. Podría llamársele galvanoscopio.
Esta entrada corresponde a una de las piezas del Museo de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación “Profesor Joaquín Serna”. Universidad Politécnica de Madrid.
Museo 00.399
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