¡Nos vamos de campamento!

¡Nos vamos de campamento!

El año 2020 fue un año difícil, eso ya quedará para los textos de historia. Justo en el momento donde aprendíamos que significaba estar confinados planteamos una propuesta llamada “a pie de barrio”. La realidad pesó más que las aspiraciones del equipo y, entonces, no pudimos compartir presencialidad, cacharreo ni menos probar el resultado del trabajo realizado con los chicos y chicas de los colegios Montserrat, Orcasur, y Comunidad Infantil, Villaverde Alto . 

Sin embargo, el equipo de trabajo no cejó en su empeño de hacer valer el nombre del título y  salir del aula/pantalla para descubrir los entornos naturales próximos mientras y poner a prueba los conocimientos y equipos elaborados meses atrás. En la apretada agenda escolar, la fórmula que vimos con las profesoras que podría encajar mejor fue plantearlo en formato campamento tras el cierre de la última evaluación.

Gracias a  Pablo, elaboramos una mañana de gymkhana por el río Manzanares, justo en el tramo entre Usera y Villaverde. ¿Por qué en ese tramo? Varias razones: Proximidad a los centros educativos, paisaje cambiante entre el parque lineal con una intervención de jardinería y acondicionamiento más importante que el tramo que en Villaverde, aunque se trata de un entorno natural se encuentra próxima a diferentes fuentes de contaminación tanto atmosférica (A-4, Av. Andalucía) como hídrica (EDAR La China), además, no menos importante, cuenta y con accesos sencillos para la recogida muestras de agua. 

La gymkhana empezó en el Metro de Orcasur-San Fermín, el objetivo: Hacer un reconocimiento de la zona. Paseando por el barrio tocaba identificar si se trataba una zona con mucha afluencia de personas, con mucho tráfico, si había molestias, el tipo de edificios que había, presencia de arbolado, fauna… Con estas características iríamos identificando tres tipos ámbitos: Zonas verdes, Zonas amarillas (verdes urbanas), y zonas urbanas. Un análisis visual que nos ayudaría a tener una primera idea sobre la calidad del espacio urbano, pero también, a comprender los datos que obtuviéramos. 

Tras ello, pasamos a repasar las herramientas de medición. En esta caso nuestra estación tupper-ambiental. Con algunos sensores cómo los que hicimos en clase, más otros que alumnos de teleco habían incorporado. De esta manera repasamos que cosas íbamos a medir, las unidades, y hablamos de un paso que no solemos ver, pero resulta fundamental, el calibrado. Y es que ¿Cómo sabemos que las medidas que estamos tomando son buenas o malas? La única de saber que nuestro aparato funciona adecuadamente es mediante el calibrado del equipo, es decir, que con un valor que conocemos de antemano, comprobemos y ajustemos la medición que hagamos de nuestro equipo. En el caso del pH, por ejemplo, utilizamos disoluciones que llamamos tampón, y que permite al pH-metro saber cuando la corriente que mide equivale a un pH ácido o a uno básico. 

Hecho el repaso de los sensores pasamos a la recogida de muestras. Acción que realizamos en equipos. Cada equipo tuvo que tomar 4 muestras de agua y tres de aire. La prueba consistía en ir a unos puntos identificados en el mapa, tomar un muestra y etiquetarla, para ir al punto donde se encontraba la estación de medición y tomar los valores de medición. El último punto consistió en tomar la muestra desde la pasarela que hay en el río debajo de la M-40. Una operación delicada, ya que llenar la botella atada a una cuerda no era fácil y requería de varios intentos para recogerla llena de agua. Todos pasaron la última prueba, y con todos los datos pasamos al último tramo de la actividad: montar una tabla y discutir que resultados obtenidos. 

 

 

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