En todos los tiempos hay gente que quiere defraudar al sistema, estafarnos a todos. Hoy es un poco más fácil, aunque también es más fácil pillarles. Quieren los beneficios de algo sin pagar el coste. Quieren el aprobado sin aprender nada, el título sin adquirir la capacidad que conlleva. Y esto lo digo de todos los títulos, los de médico, los de arqueóloga y los de cocinero. Y qué decir del de piloto de helicóptero. ¿Montarías en un helicóptero con un piloto que pagó a otro para examinarse?
Pero vamos al hecho de copiar, y separarlo del trabajo, o el ahorro de esfuerzo. ¿Es bueno copiar? Sí, si se trabaja lo suficiente. Saber qué hacer y cómo debe ser el producto final ahorra esfuerzos baldíos, reduce plazos y evita experimentación. Si no quieres ser original, copia. Por eso, si decides no ser original tienes que plantearte cómo copiar. Copiar no es nunca un atajo, porque los riesgos en los que incurres (multiplicados en los tiempos de internet y Google) no compensa. De verdad.
Hay escritores magníficos que han escrito sobre el tema. Bernardo Atxaga, en una serie de cuentos cortos incluidos en Obabakoak, da unas instrucciones precisas. Yo empezaré por destacar las fases de la copia. Son cinco: Elección, estudio, adaptación, seguimiento y resultado.
1 Elección
Una vez definido el asunto en el que vamos a trabajar, hay que elegir a quién copiar. Y tendremos que estar razonablemente seguros de que el modelo sigue siendo válido en cada fase. Si resulta que no lo es, habrá que cambiar de modelo, y copiar a otro. Un modelo (o conjunto de modelos) tiene que ser válido en tres aspectos: formal, de metodología y en alcance.
Supongamos que tenemos que hacer un collage. ¿Un collage cómo, cómo de grande, con cuanto detalle, con cuantos materiales? ¿Es para vender en una exposición, para pasar una asignatura en Bellas Artes, para un curso de estudiantes antes de colegio de 13 años? ¿Como hay que presentarlo? ¿Físicamente, en digital, con memoria explicativa, con seudónimo y lema? Este es el primer paso: tener un modelo de cómo tiene que ser formalmente el resultado final. Con qué índice, con qué formato, con qué información. En un primer momento interesa la forma. Conocer cómo será formalmente el resultado presentado permite ahorrar esfuerzos de adaptación y algunos disgustos, amén de mucho trabajo inútil. Un buen modelo formal es un precedente que haya obtenido una evaluación positiva y nos parezca bien. Las dos cosas son importantes, porque no hay que seguir un modelo acerca del cual tenemos reservas. Si tenemos claro cómo presentar, hemos dado un paso fundamental en la dirección del éxito.
Es el momento de fijarnos en el segundo aspecto: el contenido del modelo. No será una sorpresa que digamos que, nuevamente, hay que fijarse en la calidad del modelo y qué resultado obtuvo. Hay que subir un peldaño en exigencia: el modelo ahora tiene que parecernos bien, y haber alcanzado una evaluación un poco mejor de la evaluación a la que aspiramos a conseguir. Podemos examinar el alcance del trabajo desarrollado, y que método ha seguido la persona a quien queremos copiar. Si nos parece que no costaría demasiado trabajo hacerlo mejor, hay que cambiar este modelo por otro, o pensar en cómo lo mejoraremos.
Bien, ya tenemos un modelo formal, y un modelo de metodología y alcance. La fase de elección ha sido completada, y con éxito. Tenemos la tranquilidad de tener un buen mapa. Lo que vamos a hacer, el trabajo, será el de un viaje conocido, no el de una expedición a lo ignoto. El modelo es como el mapa. Con un mapa adecuado, el viaje es mucho más sencillo, esto se sabe bien desde hace dos mil años.
Ya podemos empezar a copiar. ¿Ya, copiamos ya? Bueno, no, en realidad no. Si empezamos a copiar inmediatamente, cometeremos errores.
2 Estudio
La segunda fase es la del estudio del modelo. ¿Qué información recopiló quien dibujó nuestro mapa?, ¿qué hipótesis hizo? ¿Cómo dividió el trabajo, aparentemente? en estos aspectos el modelo nos ayuda a planificar el trabajo ¿Cuáles son los datos básicos? ¿Están disponibles para nosotros? Si hay una gran diferencia en los datos disponibles, ya sea por oportunidad o recursos, no podemos tener esos datos, ni parecidos, el modelo no vale. ¡Rayos!, si teníamos un modelo válido. ¿Entonces? Era un modelo básico en sí mismo, en éxito y alcance. Pero no nos sirve, porque no podremos seguirlo. Hay que volver a buscar otro modelo, que cumpla lo dicho hasta ahora.
Mucha gente se encuentra con este dilema, y sigue adelante. Por miedo, por costumbre o por falta de responsabilidad. No pueden conseguir los datos con fiabilidad, y lo saben, no será posible que hagan un buen trabajo, pero siguen. Sin embargo, este es un punto muy importante del proceso. Clave en la gestión de riesgos. Clave. Fundamental. No todo es posible, con los medios asignados. Si no localizamos un modelo tal que los datos equivalentes a los que se emplearon en el modelo sean accesibles para nosotros, es posible que no podamos llevar a cabo el trabajo. O que debamos cambiar seriamente las condiciones de partida: medios y plazos. En este momento, es fundamental poder parar o seguir. Y decirlo. Decirlo de una manera educada y eficaz, y por escrito.
Bueno, supongamos que tenemos un modelo válido, y podemos seguir estudiando. ¿Cuáles son los procesos seguidos? ¿Qué conclusiones se sacaron? ¿Valen estas conclusiones para nuestro caso? Tendremos entonces que demostrarlas. ¿No valen? Ya sabemos que no llegaremos al mismo puerto. Es hora de ponernos a trabajar.
Los puntos de estudio y adaptación pueden superponerse en el tiempo, pero no en su primera parte. No empieces a trabajar y gastar recursos si no sabes que podrás razonablemente llegar al final completando el trabajo con la calidad y precisión exigidas. Superado este escollo, es posible desarrollar las fases 2 y 3 en paralelo.
3 Adaptación
Es casi imposible que el modelo pueda ser seguido paso por paso, sin pensar. Cuando esto ocurre, es que el proceso es muy rutinario, y el trabajo no es de alto nivel, porque en esencia ya está hecho, y se trata de cambiar unos datos por otros. No suele ocurrir. Otra posibilidad es que nadie controle el resultado de lo que hacemos, y que de igual. Si da igual, algunos valoran la mera transcripción o plagio directo. Son casos de subsistemas perversos, estafas idiotas. Los hay, eso sí, pero al plagiar nos empeoramos, y por eso hay que evitar la tentación. Suele ser mejor hacer algo propio. Como el sistema no te controla, la mica recompensa real es lo que tú obtienes del trabajo. Aunque se puede escribir mucho del orgullo del trabajo bien hecho, y de la mejora de haber aprendido practicado, a veces los plazos y otras cosas que queremos hacer nos hacen caer. Pero, ojo, si plagias pueden pillarte, y serás responsable del resultado. Te conviertes, tontamente, en vulnerable. Ojo.
Lo más normal es que se plantee la necesidad de adaptar los procesos y detalles del modelo para que valgan para nuestro caso. ¿Y si no se puede? es menos común, pero puede ocurrir. En la fase de adaptación hay dos aspectos que tienen que ser abordados: la cultura local y la jerga empleada. La cultura local es importante si el modelo seleccionado no pertenece al mismo entorno en el que se desarrolla el trabajo. Pongamos un ejemplo muy obvio: las declaraciones de hacienda. Las declaraciones de hacienda son esencialmente iguales en todos los países con una estructura fiscal desarrollada. Pero es inútil llevar una declaración colombiana a Chile, por ejemplo. Son los mismos datos, pero hay que entregarlos en el modelo chileno. Demuestra conocmiento, inteligencia y atención.
Cada profesión tiene una cultura local que, de no ser respetada, ocasionará problemas evitables si nos adaptamos a la cultura local. Es posible que necesitemos un modelo formal diferente, y adaptar a este formato y código el trabajo.
4 Seguimiento
Durante el desarrollo del trabajo se debe hacer un seguimiento del proceso, comparando nuestro trabajo con el modelo. Esta fase, la más corta aquí, suele ser la que más tiempo consume, y en la que más se trabaja sin mirar demasiado el modelo. Se trata de desarrollar el trabajo mirando de reojo el modelo, para ver en qué lo seguimos y en qué nos apartamos.
Copiar no implica eliminar la originalidad, sino evaluarla. Ser original es bueno, pero la originalidad debe estar buscada y controlada. Un ejemplo de originalidad diseñada es Salvador Dalí. Mira algunas de las cosas que hizo para ver cóm ser completamente original. Dalí era un perfecto concedr de la historia de la pintura y de los pintores. Eligió la originalidad completa, hasta el esperpento.
La elaboración del cuerpo del trabajo es la que da sentido a las conclusiones. No debe ser demasiado largo ni demasiado escueto.
5 Resultado
Cuando lleguemos al final del proceso, hay que dar el resultado de manera que se parezca al modelo, pero al mismo tiempo llame positivamente la atención. Es un poco como ocurre, por ejemplo, en los concursos de gimnasia. La gimnasta encadena los mismos movimientos que las demás, tiene también una música, y lleva un conjunto elegido. Cada gimnasta, en su número, pertenece claramente al grupo. Pero, al mismo tiempo, quiere destacar, ganar.
Al mirar los resultados de nuestro trabajo, queremos lo mismo que la gimnasta: ser la mejor, o, sí no, de las mejore, o, como mínimo, destacar. Tenemos una clara ventaja sobre ella, no nos la jugamos en directo, y podemos prepararnos bien, repetir, mejorar. Los demás también lo harán.
Para presentar los resultados es fundamental un buen resumen, y ayuda mucho contar con una historia, un origen, un hilo conductor y una conclusión. En estos tiempos, en los que resulta barato copiar y pegar (plagiando a los demás o con autoplagio, mucho más extendido) la falta de un resumen claro hace que el trabajo pase muchas veces desapercibido.
6 Conclusión
Copiar es un ejercicio natural, basado en la imitación. Ahorra trabajo (pero menos de lo que esperan los plagiarios), y evita fallos y trabajo inútil. Sobre todo, ahorra incertidumbre y controla los riesgos.
Para copiar es imprescindible un buen modelo, válido en tres aspectos: formal, de metodología y en alcance. Además, es una ventaja que sea un modelo que haya obtenido buenos resultados. Finalmente, debe parecernos bien a nosotros, ir con nuestra propia naturaleza. Hay que elegir un modelo que tenga cuantos más de estos rasgos mejor.
Con el modelo seleccionado, tenemos que estudiarlo y adaptarlo al trabajo que hay que desarrollar. Finalmente, el objetivo es que el resultado sea llamativo por su calidad y originalidad dentro de los cánones esperados, lo que es casi imposible de lograr sin un muy buen resumen.
Todos los grandes artistas y profesionales aprendieron y ejercieron copiando, pero trabajaron tanto y tan bien que su originalidad se impuso a sus fuentes de inspiración. Copiar es muy bueno, pero no ahorra trabajo.
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